Confían en convencer a Macron

Sánchez fía todo al Midcat para evacuar el gas atascado por metaneros en el país

El Gobierno viaja hasta Bruselas para definir las líneas de actuación en el sistema energético de la UE. Además, se espera pactar cómo lograr tener los almacenes subterráneos de gas llenos el próximo invierno.

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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
EDUARDO PARRA

El Consejo Europeo que tiene lugar hoy jueves en Bruselas no es una reunión ordinaria más, como ocurre cada octubre, sino que se trata de una cita 'clave' donde España juega un papel fundamental para los intereses de los países miembros. La razón no es otra que la necesidad de construir el gaseoducto del Midcat, un proyecto abandonado que permitiría transportar el codiciado hidrocarburo desde las regasificadoras y los almacenes de nuestro país al resto del continente. Pero las reticencias de Francia -país por donde el tubo circularía- impiden de momento un acuerdo. No obstante, este jueves los líderes tanto de España como de Francia tienen una 'bala de plata' para desatascar el proyecto y poner fin al atasco de metaneros que se amontonan estos días en el Atlántico debido a que los almacenes de gas se encuentran llenos por las exigencias de Bruselas de cara al invierno.

En medio de este tráfico marítimo, el precio del gas se sitúa inusualmente barato debido a la falta de frío. Sin ir más lejos, ayer el precio en el Mibgas marcaba los 27 euros el megavatio. Por otro lado, España cuenta con el 40% del almacenamiento de gas en Europa y el 30% de la capacidad del continente para recibir gas natural licuado (GNL) de cualquier parte del mundo. Un escenario que convierte a nuestro país en un actor esencial para aliviar el actual problema de escasez que están generando los cortes del suministro por parte de Vladimir Putin. Ni siquiera el anuncio de Países Bajos de aumentar la extracción de gas en los campos de Groningen genera la suficiente ilusión -tanto en Bruselas como en Berlín- como el posible tubo que uniría España con el resto de Europa.

El Gobierno muestra cierto optimismo de cara a la reunión. Una cumbre a tres entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el primer ministro de Portugal, António Costa, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, junto con sus ministros de Energía. El Ejecutivo, no obstante, remarca como positivo que el gobierno francés haya llevado la inciativa para establecer la reunión. Allí se espera una discusión franca entre los líderes. 

Sin embargo, ayer Francia volvió a reiterar la inviabilidad del Midcat. La razón la conoce bien España. Los franceses no consideran que el gasoducto pueda servir para transportar hidrógeno verde, dudan con el trazado y ven con escepticismo los problemas técnicos que se pueden generar para crear esta infraestructura. Una realidad que convierte la reunión de hoy en aún más compleja. Mientras, el gas ruso sigue reduciendo su flujo hacia Europa y en Bruselas ya tienen en mente preparar a los miembros para tener llenos los almacenes subterráneos de gas.

El aumento de la interconexión gasística entre España y Francia no es un capítulo nuevo, sino un plan fallido en estos últimos años. Así, en 2015, durante el gobierno de Rajoy, se intentó. Más tarde, en 2018, y en plena cumbre de Lisboa, de nuevo se propuso. Pero el proyecto no avanzó por las reticencias de Francia

En el Consejo Europeo informal pasado se estableció una hoja de ruta basada en un gran paquete de medidas donde destacaba el aumento en la compra conjunta de gas y concreción para reducir los precios del gas. Sobre esto último, se plantea el diseño de un mecanismo alternativo al TTF (que es el indicador holandés que sirve de referencia del precio del gas natural para Europa) porque no refleja del todo bien el precio del gas metanero (el principal que llega a España, por ejemplo). Por lo que se insta a la creación de una especie de 'corredor de precios' referenciando al TTF, pero que tenga una serie de preciso máximos y mínimos, con un tope en los primeros.

La Comisión Europea reconoce que el GNL necesita un índice de referencia propio. No obstante, mientras se resuelven las cuestiones técnicas para dicho mecanismo, se plantea este tope dinámico con máximos y mínimos. Una opción que los alemanes -que hasta ahora eran los más críticos con extender el tope ibérico a toda Europa- ven con buenos ojos. Pero esta decisión no se conocerá hasta el consejo de Energía del próximo 25 de octubre.

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