El aumento del número de jubilados, procedentes mayoritariamente de la generación del 'baby boom', que seguirá desembarcando de forma masiva en el sistema en los próximos años, ha forzado una reforma de pensiones que incorpora medidas 'duras' para reducir el gasto y, también, otras iniciativas que pretenden incrementar los ingresos. Los 'boomers', con más años trabajados, más cotizaciones y menos prestaciones serán los grandes perjudicados de los cambios, que tienen como objetivo la sostenibilidad del actual sistema de reparto y mantener las prestaciones de los actuales jubilados y aumentarlas año a años referenciadas al Índice de Precios al Consumo (IPC).
La llegada a la jubilación de miles de trabajadores cada mes supone un mayor esfuerzo económico para la deficitaria Seguridad Social que es compensado, en parte, con los ingresos procedentes de sus retenciones en el Impuesto sobre la Renta, y, sobre todo, con las cotizaciones sociales. Así, la creación de empleo y la entrada en el mercado laboral es básica, como lo es que los trabajadores aumenten sus sueldos, a través de vías como el incremento de Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que se traducen en una mayor recaudación, y las aportaciones a Hacienda que hacen diez millones de pensionistas.
En paralelo, el incremento del consumo y la subida de los precios han resucitado la recaudación por el Impuesto de Valor Añadido (IVA) y los ingresos por el Impuesto de la Renta de las Personas Físicas (IRPF) también se han reactivado por la creación de empleo y por los incrementos de los salarios y las pensiones medias y en el tipo efectivo, según destaca el último Informe de Recaudación Tributaria que tiene fecha de julio de 2022.
La mejora de la ejecución tributaria ha venido determinada por las subidas de tipos a las rentas altas y la modificación de los incentivos a planes de pensiones
El análisis destaca algunos de los efectos, medidas y situaciones que han propiciado un aumento importante de la recaudación a mediados de año, que supone un 17,2% más que en julio de 2021 y alcanza los 39.227 millones, pese a que es un mes en el que se siguen haciendo efectivas las devoluciones de la Renta. Hay que tener en cuenta que los ingresos del mes de julio -este año no es diferente- son los de mayor peso a lo largo del año, ya que junto con las declaraciones mensuales habituales, se presentan las declaraciones trimestrales de las pymes -retenciones del trabajo, IVA y pagos fraccionados del IRPF- y se contabiliza el primer pago de la cuota a ingresar de la declaración anual del IRPF. En todos estos conceptos, señala el informe, se registraron incrementos de dos dígitos y, en el caso de la cuota del IRPF, incluso cercanos al 30%.
En la mejora de la ejecución tributaria ha tenido mucho que ver las medidas aprobadas en los Presupuestos Generales del Estado de 2021. Las claves han sido el impacto de las subidas de tipos a las rentas altas y la modificación de los límites en las aportaciones a planes de pensiones, una medida que ha supuesto un varapalo a los individuales y no ha revitalizado los de empleo. En 2021 el límite máximo de deducción por aportaciones a planes de pensiones individuales se quedó en 2.000 euros -de 8.000 en 2020- y este años la desgravación solo afecta a 1.500 euros. Los nuevos límites a las aportaciones a planes de pensiones han supuesto un aumento de los ingresos de 352 millones de euros.
Uno de los principales impulsos de la reactivación de la recaudación viene de las retenciones de pensiones que aumentan en el entorno del 17%
Mientras, en julio las retenciones del trabajo y actividades económicas crecieron un 13,3%. Según destaca la Agencia Tributaria, uno de los principales impulsos viene de las retenciones de pensiones que aumentan en el entorno del 17%. Dos puntos se explican por el incremento de la población pensionista y el resto se debe al aumento de la pensión media y del tipo efectivo. Por su parte, las retenciones ligadas a los salarios públicos crecen alrededor del 5%, un 1% procedente del aumento del empleo y sendos 2% de la subida del salario y del tipo efectivo.
La electricidad ha sido uno de los principales responsables de la pérdida de ingresos, debido a la rebaja del IVA y del Impuesto Especial sobre la Electricidad. Hasta julio el coste de estas medidas fue de 4.268 millones; de ellos, 281 corresponden a julio por la rebaja del tipo en el IVA -127 millones que todavía no recogen la rebaja adicional al 5%- y en el Impuesto Especial sobre la Electricidad, 154 millones. La pérdida total de ingresos desde que se pusieron en marcha estas medidas es de 5.873 millones de euros.
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