Sánchez frente a lo imposible: tiene 72 horas para bajar la factura de luz un 12%

¡Tic, tac! La cuenta atrás para conocer si el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cumplirá su promesa -acerca de que los españoles pagarán un recibo de luz a final de año parecido al de 2018 (que coincide con el año donde más cara fue la factura media)- ha comenzado. Una apuesta que proclamó el pasado mes de septiembre en uno de los grandes salones de La Moncloa y que, tres meses después, ha seguido manteniendo. Un reto nada fácil ya que el precio medio del recibo de la luz en el mercado regulado (donde está el 40% de la población) es (hasta diciembre) de 75,6 euros, y este tendría que parecerse al de hace tres años, cuando fue de 67,21 euros. A falta de 72 horas -tres días para el 1 de enero- el recibo de la luz debería bajar un 12%. Una caída que parece más que difícil, por no decir que es un imposible, teniendo en cuenta los altos precios del mercado mayorista en el mes de diciembre.

Este miércoles el precio medio de la electricidad en el mercado mayorista se ha disparado un 73,5% con respecto a ayer y ha vuelto a superar la cota de los 180 euros por megavatio hora (MWh). En concreto, el 'pool' marca hoy una media de 181,09 euros/MWh, frente a los 104,36 euros/MWh del pasado martes. El coste de la electricidad en el mercado mayorista sigue muy al alza si se compara con los registros del mismo día del año anterior, cuando el precio se situó en 38,66 euros/MWh. El incremento de este miércoles en comparación con el 29 de diciembre de 2020 es del 368%, es decir, casi cinco veces más.

Si seguimos un análisis riguroso, atendiendo a la evolución anual del precio mayorista (que tiene un peso importante para determinar el precio del recibo de luz) observaremos que en el año 2021 éste ha sido (a 28 de diciembre) de 112,24 euros, mientras que en el año 2018 fue de 57,29 euros. Cuando el presidente pronunció estas palabras, allá por el mes de septiembre, el precio medio del mercado mayorista era de 68,67€. Tras su promesa, este no ha bajado, sino que ha aumentado un 63,45 %.

Ante la incapacidad de regular este precio, el Gobierno anunció una batería de medidas para aminorar el recibo de la luz por otras vías. El plan, según el presidente, tenía "cuatro ejes". En primer lugar, reformas estructurales, por medio de una apuesta firme por la energía renovable; en segundo lugar, bajar el impuesto del IVA de la luz del 21 al 10% y la suspensión del impuesto a la generación eléctrica; en tercer lugar, proteger a los consumidores más vulnerables (con prohibición de cortes de suministro o bonos sociales) y, en cuarto y último lugar, la revisión de los "sobrebeneficios" que tienen las eléctricas. 

Sin embargo, pese a todas esas medidas anunciadas, la evolución anual del precio medio de la factura en el mercado regulado (hasta diciembre) ha sido de casi un 10% más. Por lo que el efecto de dichas decisiones a corto plazo parecen no haber tenido mucho éxito. La fórmula que Sánchez -junto con su ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera- eligió para maquillar este resultado adverso fue combinar las facturas finales de los que se encuentran en el mercado regulado y los que se encuentran en el mercado libre (el 60% de la población, que han pactado un precio durante un tiempo determinado con su comercializadora y, por ende, no se han visto damnificados por las fluctuaciones del precio que ha marcado el 'pool' eléctrico este año).

El mercado libre ofrece hoy unos precios más atractivos que el mercado regulado (algo que históricamente no ocurría, ya que sus tarifas eran más caras, aunque más estables). Conocer el precio medio del mercado libre es muy difícil ya que está compuesto por más de 300 comercializadoras que ofrecen una enorme variedad de tarifas y fijan sus precios de forma independiente. Un gran porcentaje de ese 60% pactó un precio más barato que el actual para todo el año -cuando el recibo de la luz no ocupaba portadas de periódicos ni minutos en los telediarios- lo que ha permitido al presidente aprovecharse de estas tarifas más económicas para disimular su fracaso: todos los consumidores que se encuentran en el mercado regulado acabarán el año pagando un 12% más que en 2018.