Adiós al ahorro en desempleo

Sánchez 'rompe la hucha' del paro: el gasto crece por primera vez tras la crisis

FACTURA PARO
FACTURA PARO

España ha dejado de ahorrar en parados. El frenazo que ha sufrido el mercado laboral durante el último año y la mejora de la red de cobertura impulsada por el Gobierno de Pedro Sánchez han provocado que el gasto en prestaciones por desempleo vuelva a crecer por primera vez desde la crisis económica. Esta partida venía reduciéndose todos los años desde 2012, cuando los servicios públicos de empleo desembolsaron más de 33.500 millones de euros para ayudar a subsistir a una parte importante de los más de cinco millones de desempleados que llegó a sostener el SEPE en el punto más crítico de la recesión. Pero en 2019 se revertió esta tendencia y la factura del paro creció respecto al ejercicio anterior. 

El año pasado, las prestaciones por desempleo (contributivas, subsidios y otras rentas) costaron más de 19.000 millones de euros. En concreto, según los informes mensuales del Ministerio de Trabajo, el importe total ascendió a 19.020 millones, a razón de entre 1.400 y 1.700 millones de euros al mes, dependiendo del periodo. Aunque la cifra está lejos del máximo que se alcanzó en 2010 (más de 34.000 millones) supone un incremento de casi el 9% respecto a la cantidad desembolsada en 2018.

Así, el SEPE (dependiente del Ministerio de Trabajo) se gastó 1.600 millones de euros más de lo que tenía para prestaciones de paro durante el año pasado, ya que en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2018, que diseñó el PP y siguen prorrogados, se destinaban 17.410 millones a este fin. Es más, la factura ha desbordado incluso la cantidad prevista en los Presupuestos fallidos de 2019 que el Gobierno no logró sacar adelante en el Congreso y que alcanzaba 18.101 millones de euros.

Pero el Ejecutivo ya contaba con esta desviación. Tal y como adelantó La Información a principios del pasado mes de diciembre, el Ministerio de Trabajo, a la vista del ritmo que había cogido el gasto en prestaciones, ya estaba echando cuentas para compensar este exceso gracias al superávit de ingresos favorecido por el incremento de la recaudación por  cotizaciones sociales derivado tanto del aumento del empleo como del alza histórica del Salario Mínimo Interprofesional (SMI).

Hay que tener en cuenta que la tasa de paro cerró el año pasado por debajo del 14%, de acuerdo con la Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre, pero el ritmo de creación de empleo se fue ralentizando paulatinamente al pasar del 3% del primer trimestre al 2% del último. En consecuencia, España pasó de crear 566.200 empleos en 2018 a menos de medio millón en 2019, en concreto, 402.300. Y la reducción del desempleo también frenó, pues mientras en 2018 abandonaron la cola del paro 462.400 personas el año pasado lo hicieron solo 112.400. 

Según los registros del SEPE, en diciembre de 2019 había apuntadas al paro 3.163.605 personas, de los que percibían prestación 1.964.182, un 7% más que durante el mismo mes del año anterior. Los recursos destinados a la protección de estos beneficiarios ascendieron a 1.725,9 millones de euros, un 13,2% más que en diciembre de 2018. El incremento más importante se produjo en la factura de los subsidios, que se disparó un 24,5%, por encima de los 464 millones de euros. 

La factura del subsidio para mayores de 52

Este desfase en los subsidios se debe al aumento de la cobertura para los desempleados más mayores con la recuperación del subsidio en los términos anteriores a 2011, rebajando la edad de acceso desde los 55 hasta los 52 años. Una medida aprobada por el Gobierno de Pedro Sánchez y cuyo coste se a disparado respecto a las estimaciones iniciales, como se explicó en este artículo. "El gasto estimado por esta medida rondaba los 1.300 millones de euros, si bien se consideró que habría una entrada paulatina del total de potenciales beneficiarios en un período de 4 años", recordaban desde el equipo de la anterior ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, responsable de la puesta en marcha de esta medida.

Por otro lado, la subida del SMI hasta los 900 euros mensuales también impulsó el gasto en 2019, elevando las bases de cotización, de manera que los trabajadores afectados aumentaron su aportación a la Seguridad Social y, en consecuencia, su protección por desempleo. Asimismo, de manera similar a lo sucedido en los años 90, desde que finalizó la crisis económica se está incrementando el desembolso en prestaciones contributivas (la media, incluidas las cotizaciones a la Seguridad Social, alcanzó los 901,4 euros en diciembre, lo que supone 46,6 euros más que un año antes, según los últimos datos del SEPE).

Los datos de paro y afiliación a la Seguridad Social del pasado mes de enero que se han conocido esta misma semana no invitan al optimismo. Si bien el primer mes del año es tradicionalmente desfavorable para el mercado laboral por la finalización de los contratos ligados a la campaña navideña, en esta ocasión fue especialmente negativo. Si el empleo se sigue frenando en línea con la actividad económica y continúa aumentando la tasa de cobertura y la prestación media por desempleado, no estaremos ante un repunte puntual e inevitablemente el gasto en paro volverá a encarar la senda alcista.

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