¿Se enfrenta AOL a su segundo cataclismo.com?

  • En un intento casi desesperado por volver a pintar algo en el mundo de Internet, American OnLine (AOL) ha comprado el medio digital creado por Arianna Huffington hace cinco años por un precio que los analistas consideran muy por encima de su valor real. ¿Una operación rentable o el síntoma de que se avecina un nuevo crack de las empresas basadas en Internet? 
Las bibliotecas de Barcelona preparan un servicio virtual que incluirá libros digitales
Las bibliotecas de Barcelona preparan un servicio virtual que incluirá libros digitales
Roberto Arnaz

Los tambores de burbuja retumban en el universo Internet y un viejo conocido de este tipo de debacles corre el riesgo de volver a tropezar con la misma piedra. Se trata del gigante American OnLine (AOL), que recientemente ha comprado el Huffington Post por un precio que los analistas consideran muy caro.

"Hay señales inequívocas de que hay una nueva burbuja". Para Eric Schmidt, el todavía presidente y director general de Google no hay duda alguna. Las disparatadas valoraciones de mercado que se están haciendo de las compañías basadas en Internet, las famosas punto.com, no se refieren al negocio real de las empresas online sino "a los grandes beneficios que los inversores esperan para el futuro".

Un matiz que, como desde algunos sectores de Wall Street se comienza a advertir, podría desencadenar un nuevo crack bursátil en el sector tecnológico como el vivido en 2000. Un argumento que apoyan quienes consideran que la compra de The Huffington Post por parte de AOL no hace más que alimentar lo que ya se ha bautizado como la burbuja 2.0.

Inversiones arriesgadas y la sobrevaloración de sus activos ya le costaron miles de millones a la compañía capitaneada por Tim Armstrong cuando reventó la burbuja de las punto.com hace casi 11 años. Justo antes del desplome, AOL estaba valorada en 118.000 millones de euros (161.000 millones de dólares).

Hoy, según los análisis de JP Morgan, apenas vale 2.925 millones de euros, un 98% menos que en su momento de mayor apogeo.Sin embargo, la compañía con sede en Nueva York no ha dudado en desembolsar 219 millones en efectivo,más 11 millones más en acciones, a Arianna Huffington, Kenneth Lerer y Jonah Peretti, propietarios de The Huffington Post.

Un precio desorbitado, según los expertos, para una web de noticias y agregador de blogs que se montó es 2005 con un millón de dólares de inversión, que cuenta con 25 millones de visitantes únicos mensuales y genera unos ingresos anuales de poco más de 22,5 millones de euros.

Parece que tras la abrupta ruptura de su tormentoso matrimonio con Time Warner, la compañía ha decidió que es el momento de volver a ser protagonista en Internet. No importa el precio ni, según parece, las consecuencias.

Pero, ¿tiene sentido pagar semejante cifra por una empresa de contenidos con la esperanza de que siga siendo igual de rentable, o más, dentro de diez años en un entorno tan cambiante como la Red? Para los directivos de American OnLine, sí.

Previsiones distintas

Las previsiones de los nuevos propietarios del influyente medio digital estiman que este año los beneficios crecerán hasta los 44 millones y que llegarán a los 70 millones en 2012. Sin embargo, las expectativas de entidades financieras como Credit Suisse no son tan optimistas y consideran que las ganancias se mantendrán en torno a los 22 millones.

Una diferencia de criterio que no sorprende si se tiene en cuenta el abultado historial de desastrosas operaciones financieras de AOL. La última: la compra de la red social Bebo, por la que en 2008 pagó algo más de 620 millones de euros en efectivo, y que vendió dos años después por apenas 7,3 millones.

Shahid Khan, analista de la consultora financiera MediaMorph, considera que la adquisición de The Huffington Post no será tan desastrosa, incluso asegura que "tiene sentido", aunque reconoce que la valoración de la compañía "es poco realista". Khan además considera que esta operación "dará luz verde a un nuevo periodo de adquisiciones".

Ya circulan rumores de que algunos de los blogs más exitosos en Estados Unidos, como Gawker Media, Glam Media o Business Insider, cuentan con jugosas ofertas sobre la mesa de compañías como Yahoo! o la propia AOL.

De momento, esta situación creada de manera artificial no hace más que inflar la burbuja 2.0, que está esperando la inminente salida a bolsa de las grandes redes sociales para estallar.


Salidas a bolsa

Facebook, Twitter, LinkedIn y Groupon podrían empezar a cotizar a finales de este año o en 2012, y los tiburones de Wall Street mueven ya fichas para ganar un dinero fácil en su inminente debut en los mercados bursátiles.

Los bancos de inversión y los fondos de alto riesgo se empeñan en disparar la valoración de mercado de las empresas con negocios online, como los 44.000 millones de euros de Facebook, casi 100 veces su volumen de negocio.

Para merecer realmente esta valoración, sería necesario que la compañía de Mark Zuckerberg opere, sea popular y rentable durante las próximas cuatro décadas.

Algo similar sucede con Twitter, tasada en 7.300 millones de euros, a pesar de no tener un modelo de negocio todavía definido. Ese precio significaría que cada uno de los 95 millones de tweets que se escriben a diario estaría valorado en algo más de 76 euros.

Y muy parecido es también el caso de LinkedIn y Groupon, valoradas en 2.200 y 2.300 millones de euros, respectivamente.Esta circunstancia parece no preocupar a los inversores, que planean multiplicar sus beneficios a corto plazo con la salida a bolsa de las redes sociales.

De hecho, el mes pasado, Goldman Sachs inyectó 365 millones de euros en Facebook, además de invitar a sus mejores clientes a invertir un mínimo de 1,4 millones de euros en acciones de la compañía, que no podrían vender hasta 2013, según The New York Times.

Una estrategia que JP Morgan, el archienemigo financiero de Goldman Sachs, estaría dispuesto a calcar de cara a la salida a bolsa de Twitter.Sin embargo, los analistas temen que estas compañías no cumplan con las expectativas y sea inevitable el segundo gran crack de las compañías basadas en Internet.

Un futuro incierto que dependerá únicamente de la capacidad de estas compañías de convertir su valor virtual en dinero real.

Mostrar comentarios