Más de 12.000 millones en juego

El sector de chips 'presiona' a Maroto y fía la nueva fábrica para inicios de 2023

En el sector confían en cerrar un acuerdo con un fabricante pronto. En caso de lograrlo, la fábrica no produciría chips de vanguardia -como en Alemania- sino de una categoría inferior.

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La ministra de Industria, Reyes Maroto.
SECUNDINO PEREZ

En septiembre de 2021, la ministra de Industria, Reyes Maroto, mostró sus cartas y afirmó de forma tajante que su intención era traer a España una fábrica de microchips. Durante este año, ese objetivo se ha reforzado con la aprobación en mayo del PERTE de microelectrónica y semiconductores, el proyecto de los fondos europeos que ha recibido una mayor dotación económica (más de 12.000 millones, de los cuales más de 9.000 millones van solo destinados a construir una fábrica). Pese a la ambición del programa, los inversores siguen sin decidirse por nuestro país. No obstante, desde el sector de microchips en España son optimistas y confían en la puesta en marcha de la nueva fábrica para inicios de 2023.

"La idea es por lo menos conseguir dos fábricas y varias instalaciones pequeñas complementarias. Al final, lo importante es traer un ecosistema entero porque poner una fábrica sola no sirve para nada", comentan fuentes del sector que mantienen conversaciones fluidas y constantes con el Gobierno. La ministra reconoce la complejidad de la operación porque son "pocos fabricantes", aunque fuentes del sector confirman "canales abiertos" con TSMC, Intel, Micron y SkyWater Technology. Sin embargo, según ha podido saber este periódico, el 'gigante' taiwanés TSMC se borra y no tiene intención de invertir en España.

Mientras los fabricantes de chips están evaluando su mapa de inversiones para los próximos años, Bruselas mantiene su hoja de ruta: fabricar el 20% de los chips del mundo tras la crisis de suministros sufrida durante la pandemia. Cada mes que pasa cuenta y son muchos los países de la UE interesados en convertir su territorio en un 'hub' de los semiconductores. 

Pero desde el sector de los chips en España desestiman que dicha  competencia afecte a la posibilidad de que llegue una fábrica. "Al final es una estrategia común. No vamos a combatir por lo mismo. Si se hace, sería un error garrafal que seguramente la Comisión Europea impediría. La cosa no es perder la oportunidad si no actuamos rápido, sino que ahora mismo, a nivel internacional, se está estructurando el mercado y se está viendo quién de la UE va a hacerlo". 

Pese al rechazo de TSMC, desde el sector confían en que otras empresas sí muestren su interés por España. "El ecosistema es muchísimo más grande y la posibilidad de atraer es muchísimo más alta". Micron, NXP, STM (aunque esta se ha establecido en Italia) son algunas de las compañías de menor rango que podrían elegir España. "Fabricantes hay bastantes en todo el mundo, pero que tengan capacidad de fabricación de vanguardia tampoco hay tantos", apuntan.

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La futura fábrica de chips en Alemania.

INTEL CORPORATION

La apuesta del Ejecutivo por desplegar los semiconductores ha sido considerable. De hecho, el Gobierno ha destinado casi el 10% del total de los fondos europeos en el PERTE. Un país -el nuestro- que no destaca en el Viejo Continente por haber sido puntero en esta industria. Así, sorprende que la mayoría de los territorios de nuestro entorno sí contaban con alguna fábrica. Según los datos de la Comisión Europea, estos son: Alemania, Francia, Irlanda, Italia, Austria, Páises Bajos, Bélgica, Hungría, República Checa, Suecia, Finlandia, Portugal y Malta.

Uno de los pocos gigantes del sector, Intel, eligió hace ya varios meses a Alemania como el lugar donde levantar su gran centro integrado de chips ('de vanguardia') por 17.000 millones de euros y a Francia como el territorio donde desarrollar su 'hub' de diseño de semiconductores. Una realidad que difirió mucho de la porción que recibió por entonces España, con la inversión de 200 millones en un laboratorio de diseño de chips en Barcelona.

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