Seguimos para bingo... los juegos 'online' suben su apuesta y crecen casi un 30%

  • Las modalidades tradicionales, como el bingo o la quiniela, recaudan hoy la mitad que hace un decenio y la recuperación económica no mejora la cifra.
Sorteo, sorteos, juego, lotería, loterías, premio, la quiniela
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EUROPA PRESS - Archivo

España vive un auténtico ‘boom’ del juego online y las apuestas deportivas, mientras dos juegos tan tradicionales en nuestro país como el bingo y las quinielas languidecen inexorablemente y se desploman en los ingresos. Al juego online solo le resisten la Lotería Nacional, el Cupón de la Once y las tragaperras. Los españoles dejan atrás los cartones y el 1-x-2 y prefieren apostar ahora, de manera instantánea y vía internet, si Messi marcará el siguiente gol del Barça; si en el próximo partido del Real Madrid jugará Courtois o Keylor Navas; si el Atlético ganará 1-0 con gol de Griezmann; si el tenista suizo Roger Federer ganará o no el Masters 1000 de Sanghai; o incluso el resultado del Newport County-Colchester United de la Tercera división inglesa. Y a quien no le interese el fútbol, siempre le queda echar una partida de póker online.

Los españoles nos jugamos en 2017 más de 37.000 millones de euros, el 3,5% del PIB nacional, de los que 13.673 fue en juego online y apuestas deportivas. Una cantidad, esta última, que ha crecido exponencialmente en los últimos años, si tenemos en cuenta que solo cinco años antes, en 2012, el volumen en este tipo de juego en España fue de 2.805 millones. Así, el margen de explotación de las empresas del sector, tras descontar premios, pasó de 162 millones de euros a los 668 de 2017, según los datos de la Dirección de Ordenación del Juego, del Ministerio de Hacienda.

Y el crecimiento sigue porque, al socaire del Mundial de Fútbol de Rusia, el crecimiento de este tipo de juego sigue siendo espectacular en este año 2018. Así, se han realizado apuestas por un valor de 4.165 millones de euros en este segundo trimestre de 2018. Una cifra que es un 27% superior a los 3.275 millones que se jugaron en los tres mismos meses del año pasado en España. 

Páginas web y salones de apuestas proliferan al calor del dinero: solo en Madrid hay más de 210 de este tipo, y la publicidad de estas empresas nos martillea continuamente en los medios de comunicación. Hoy, nombres como 888, Betfair, William Hill, Sportium, Luckia… son más familiares para los españoles, sobre todo para los jóvenes, que ‘el pleno al 15’. “¿Eso qué es?”, pregunta un chaval que asegura llamarse Lucas y haber cumplido los 18 años, en un salón de apuestas del centro de Madrid este jueves 11 de octubre a media tarde. ¿Y tú a qué estás apostando?, le pregunto entre decenas pantallas de televisión y de personas –habrá cerca de 25- en donde se ve fútbol, carreras de caballos, fútbol gaélico, carreras de galgos… “10 euros a favor de 'Crooks Hurricane' en la siguiente carrera del canódromo de Newcastle. Está cinco a uno, si gana me llevo 50 euros. Normalmente suelo jugar desde el ordenador de casa, pero hoy me apetecía venir y tomarme una cerveza y apostar aquí”.

En Madrid, está permitido el servicio de hostelería a diferencia de Andalucía, por ejemplo. ¿Y cuánto te juegas al día? “Unos 150 euros a la semana”, antes de que su apuesta se lleve la carrera: “50 euros para la ‘buchaca’... menos mal, porque llevaba una tarde...”.

Vecinos de los distritos de Usera, Puente de Vallecas y Latina, tres de los de renta más baja de la capital, han denunciado estos días la proliferación de este tipo de locales de apuestas en sus barrios. Y es que al barrio de Usera ya se le conoce como el ‘Las Vegas Cañí’, lo que ha exigido más control de acceso a los mismos por parte de la Comunidad de Madrid, al menos, una atención especial sobre menores similar a la que se someten los bingos de toda la vida.

Incluso, en el acuerdo sobre Presupuestos que alcanzaron el jueves el Gobierno de Pedro Sánchez y Podemos, se especifica que para tratar de controlar “la proliferación de modalidades de juego online que están utilizando fórmulas de publicidad muy agresivas vinculadas a la imagen de personas famosas, habitualmente deportistas de éxito, o a bonos de acceso gratuitos”, se contempla aprobar una regulación de la publicidad de este sector similar a la de los productos de tabaco.

El objetivo es evitar “graves problemas de adicción y ludopatía”. En este sentido, Mikel López de Torre, director digital de Sportium y presidente de la Asociación Española del Juego Digital (Jdigital), explica en la web de su asociación que “somos uno de los sectores con mayor transparencia de todas las ramas de 'e-commerce' de España. Cuando un usuario se da de alta se comprueba inmediatamente la identidad de esa persona con el registro de la Policía para verificar que los datos son correctos, que es mayor de edad y que no está inscrito en el propio registro de intervención de juego, que son las personas que han dicho que tienen un problema”.

Igualmente, López de la Torre especifica que el negocio del juego online no es tan boyante como parece desde fuera: “De los 13.000 millones jugados online el año pasado el 95% fue repartido en premios. Sólo fueron 500 millones en ingresos brutos, y hay que descontar el 27% del impuesto especial al juego, más gastos operativos, de publicidad, y quedan 70 millones a repartir entre los operadores a los que hay que quitar el Impuesto de Sociedades. Sólo algunos operadores consiguen ser rentables ahora mismo, pero hay un porcentaje muy importante que es deficitario”.

Casi enfrente del local de apuestas visitado se encuentra uno de los bingos más emblemáticos de Madrid, en la plaza de Manuel Becerra, el Bingo Roma. A última hora de la tarde hay gente, unas 50 personas. “Pero esto antes estaba lleno un día como hoy, que es víspera de fiesta”, asegura un matrimonio de mediana edad que viene “un par de veces por semana”. “Los premios ahora son mucho menores, pero se pasa el rato”. El Bingo ofrece promociones, este jueves las mujeres cenaban gratis, por ejemplo, con el fin de atraer clientes; o celebra tertulias taurinas, dada su cercanía con la plaza de toros de Las Ventas, por San Isidro.

Aunque los bingos ya no son lo que eran. “Sin duda, es el juego al que la crisis le ha propiciado un impacto más negativo”, explican desde la CEJ (Confederación Española de Empresarios de Juego del Bingo) y destacan el freno que ha experimentado su caída. Aun así, la situación de las salas de bingo, sobre todo de las más pequeñas, es crítica: “En la medida en que el volumen de operaciones de estas salas va cayendo y hay que hacer frente a la tasa, al impacto del IAE, al IVA soportado y no deducible, al coste de la plantilla mínima, alquileres y gastos de mantenimiento... el negocio de desploma irremediablemente. Y esto es así. Cuando decimos que el 25% del sector está en riesgo de cierre a corto y medio plazo, no estamos sembrando la alarma, sino denunciando una situación económica sectorial que responde a la más cruda realidad”, explica Fernando Luis Henar, presidente del CEJ.

Y es que los datos son concluyentes: en 2007 había en España 425 salas de bingo en las que se jugaron 3.661 millones de euros y el pasado año, en 2017 el número de salas había descendido hasta 313 y la cantidad jugada no pasó de 1.975 millones. En Madrid, por ejemplo, donde se emplean en el sector unas dos mil personas según la Comunidad, los bingos han pasado de 150 a 40 en apenas 20 años.

Unos metros más abajo del Bingo Roma hay una administración de loterías. El taco de boletos de quiniela está casi sin tocar. Entran varias personas, una compra un décimo de lotería para Navidad, otro señor ‘echa’ una primitiva y una chica pide otro décimo para el ‘Gordo’ de Navidad. Nadie se acuerda de la quiniela. “¿Todavía existe?”, se pregunta extrañada la chica. Y es que la quiniela, hace unos años la información estrella de los programas deportivos de la noche del domingo, ha desaparecido de los medios de comunicación y de las preferencias de los apostantes. “Cada vez se juega menos a la quiniela cuando hace 20 años había colas aquí para sellarlas los viernes y los sábados”.

Para esta semana, que no hay jornada de LaLiga, alguno de los partidos para conseguir acertar los antes anhelados 14 son Gimnastic-Alcorcón, Noruega Eslovenia o Bulgaria Chipre… Quizás ahí, y en los horarios de viernes a lunes, haya que buscar el porqué de la decadencia de la quiniela. “Es una pena, durante años fue nuestro principal sustento”, sentencia el administrador del despacho de loterías.

Los datos avalan esta sensación: la quiniela recaudaba un total de 378,96 millones de euros el año 2010 y en 2017 los españoles solo nos jugamos al 1-X-2, 223 millones. La jornada del 27 de abril de 2008 la quiniela logró recaudar 18,09 millones; el pasado 7 de octubre apenas llegó a 5,1 millones de euros. Esta jornada del 14 de octubre, sin partidos de Primera división, apenas superará el millón de ingresos.

Una vez más el online es la causa: el e-commerce también ha llegado al juego y de nuestros tradicionales juegos de siempre solo la Lotería Nacional y el popular cupón de la ONCE resisten a los nuevos tiempos. Aquella ha pasado de vender 4.651 millones de euros en 2014 a los 5.144 de 2017 y los juegos de la ONCE vendieron por valor de 1.957 millones de euros en 2011 y 1.992 el pasado ejercicio, con lo que apenas se ha notado el paso de la crisis en ellos. Lo demás, ya saben: en un rato corre el galgo Brangwyn Vienna en el canódromo británico de Yarmouth y está 7,5 a 1 en las apuestas… Y en la Copa de Egipto jugaban el Zamalek-Minyat Samanod, a última hora del jueves, y 150 españoles habían apostado a este partido en una conocida casa de apuestas británica asentada en nuestro país. Es el sino de los tiempos.

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