Presidente dice que la CAI tuvo exceso de riesgo y un débil control interno

  • El presidente de la Fundación CAI, Juan Pemán, ha reconocido hoy que la entidad, en la etapa anterior a su llegada a la presidencia, asumió un exceso de riesgo promotor, tuvo un control interno débil, un estilo directivo "soberbio" propiciado por años de bonanza y un afán desmedido de ganancia.

Zaragoza, 19 jun.- El presidente de la Fundación CAI, Juan Pemán, ha reconocido hoy que la entidad, en la etapa anterior a su llegada a la presidencia, asumió un exceso de riesgo promotor, tuvo un control interno débil, un estilo directivo "soberbio" propiciado por años de bonanza y un afán desmedido de ganancia.

Pemán ha abierto hoy el turno de comparecencias en la comisión parlamentaria de investigación creada en las Cortes de Aragón sobre la gestión de la desaparecida entidad de ahorros, por la que pasarán 43 cargos y responsables relacionados con la caja desde el 2000.

Como presidente de Caja Inmaculada (CAI) desde mayo de 2010 y actual presidente de la Fundación CAI, ha señalado que a finales de 2009, y como consecuencia de las décadas anteriores, el principal problema de la caja era el "elevado riesgo promotor" fundamentalmente entre 2000 y 2007.

Un exceso de riesgo agravado por la financiación de suelo, en casos con futuro desarrollo muy remoto, y la participación como socia en bastantes sociedades promotoras, que situó a CAI en una "situación de extrema gravedad", además de no acertar siempre con los socios elegidos como "compañeros de viaje", ha dicho.

También ha señalado que antes de la etapa cerrada en 2009 había "debilidades" en el sistema de control interno y déficit de datos agregados que hubieran permitido detectar la existencia de riesgo promotor, así como un escaso papel de la auditoría interna, y la "foto que se daba era maquillada o distorsionada en parte".

Asimismo, el estilo directivo entre 2000 y 2009 estaba basado en la "opacidad, la desconfianza y la excesiva concentración en la cúspide de la capacidad de decisión", a lo que se unía una política de recursos humanos desafortunada que había generado un deterioro laboral en la caja, ha agregado.

Todo ello unido a alguna mala práctica bancaria detectada en el segundo semestre de 2009, e irregularidades en la contabilización de algún riesgo, sería determinante para el "cambio de rumbo" que decidió el Consejo de Administración el 14 de diciembre de 2009 con el relevo de su director general, Tomás García Montes.

El cambio supuso un "importantísimo punto de inflexión" en la historia reciente de la entidad, ha agregado Pemán durante su comparecencia, que se ha prolongado durante más de dos horas y en la que ha contestado a numerosas preguntas pactadas por los integrantes de la comisión, formuladas por la diputada popular María Ángeles Orós, y a otras realizadas por cada uno de sus miembros.

CAI formaba parte de Caja 3, junto con Caja de Badajoz y Caja Círculo de Burgos, todas ellas desaparecidas y convertidas en fundaciones.

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