Seúl reivindica la victoria en la batalla de los decibelios

  • Corea del Norte, aunque tenga la bomba atómica, perdió la batalla frente a su vecino del Sur respecto a las potentes emisiones de propaganda difundida en la frontera entre ambos países, según el gobierno surcoreano.

En respuesta al nuevo ensayo nuclear llevado a cabo la semana pasada por Pyongyang, Seúl puso en marcha de nuevo sus potentes altoparlantes que difunden a todo volumen hacia el norte una mezcla de canciones pop coreanas y mensajes propagandísticos, que irritan a las autoridades norcoreanas.

Corea del Norte instaló, como respuesta, sus propios altavoces que difunden hacia el sur mensajes a la gloria del líder norcoreano, Kim Jong-Un, y ataques en toda regla contra la presidenta surcoreana, Park Geun-Hye.

"Los altoparlantes norcoreanos se encendieron en diez puntos, pero su impacto es insignificante", declaró un responsable del ministerio de Defensa surcoreano, quien consideró "muy débil" la potencia de estos en comparación con los de Corea del Sur.

"Sus emisiones se escuchan en un radio de uno a 3 kilómetros, mientras que las nuestras pueden escucharse a 10 kilómetros", añadió.

Este método de guerra psicológica se remonta a los año del conflicto abierto entre ambos bandos entre 1950-1953, cuando unidades móviles equipadas de altoparlantes se desplazaban a lo largo de una línea del frente poco estable.

En un contexto de tensión creciente entre ambos países, estos mensajes provocaron la ira el verano pasado de Pyongyang, que llegó a amenazar con utilizar artillería para destruir estos aparatos.

Seúl los había desconectado finalmente tras un acuerdo a finales de agosto, si bien este preveía que la decisión sería nula si un "acontecimiento anormal se producía" en un futuro.

Tras el ensayo nuclear norcoreano, Seúl no ha dicho durante cuánto tiempo mantendrá las emisiones.

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