Si Madrid no existiera, la mitad de las comunidades no llegaría a fin de mes

  • Madrid es la gran pagana del modelo de financiación autonómica, porque es la región que más da al sistema común, y la única, junto a Baleares, que aporta más de lo que recibe. El resto de comunidades necesita inyecciones adicionales del Estado, y eso a pesar de que el nuevo modelo de financiación les ha permitido incrementar un 11% sus ingresos.
Ruth Ugalde

Madrid es la gran pagana del modelo de financiación autonómica. Ella, junto a las Islas Baleares, ya que son las dos únicas comunidades que aportan a las arcas comunes más de lo que reciben. Con la diferencia de que la primera aporta siete veces más que la segunda, por su mayor recaudación tributaria, en gran parte derivada del beneficio que supone tener la capital del país.

¿Y el resto de regiones? Necesitan recurrir a los fondos extra que se habilitan para que todas las comunidades puedan llegar a fin de mes. El problema es que, al final, este dinero sale, en gran parte, del bolsillo de los madrileños.

Dicho de otro modo, después de todas las transferencias y poder recaudatorio que han conseguido las comunidades con el nuevo modelo de financiación, Madrid y Baleares son las únicas que cubren realmente sus necesidades, sin dinero extra del Estado.

En concreto, la Comunidad de Madrid es la segunda con mayor capacidad tributaria, sólo por detrás de Cataluña, con 15.416 y 15.672 millones, respectivamente. Sin embargo, según el esquema de reparto que se fijó hace dos años, sus necesidades de financiación son muy inferiores: 12.985 millones, frente a los 16.264 millones catalanes.

Esto hace que Madrid tenga un excedente de 2.431 millones, frente al déficit de 592 millones de Cataluña. ¿Y donde va ese dinero que le sobra a Madrid? A cubrir los agujeros del resto de regiones, a través de la multiplicidad de fondos creados en torno al nuevo modelo de financiación autonómica.

Por ejemplo, gran parte termina en manos de regiones como Andalucía, que recauda 11.645 millones, pero tiene unas necesidades de 15.683 millones; o Canarias, que apenas ingresa 1.712 millones, para cubrir 3.768 millones.

Españoles de primera y de segunda

Cuando se determinan las necesidades de cada región, uno de los factores que más pesa es la población, pero no se trata del único, sino que entran en juego otros factores, como el porcentaje de ancianos y menores de 16 años.

Este esquema vuelve a perjudicar a Madrid y Baleares, ya que, a pesar de que el gran objetivo del nuevo modelo autonómico es que la financiación por habitante sea igual en todas las regiones, la realidad es que un madrileño, un balear, e incluso un catalán, salen mucho más baratos que un cántabro, un riojano o un extremeño.

La financiación por cada uno de los primeros es 3.000 euros, casi un 25% más de los 2.300 euros de un balear. Del mismo modo, un extremeño o un riojano ronda los 2.800 euros, frente a los 2.400 euros de un catalán o un madrileño.

Esto pervierte al sistema, ya que aunque el mecanismo busca asegurar que cada comunidad recibe los mismos recursos por habitante para garantizar los servicios fundamentales del Estado de Bienestar, al final, unos españoles se financian con mucho más dinero que otros... aunque éstos aporten más a las arcas comunes, como ocurre con Madrid y Baleares.

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