Tras la reforma laboral

Los sindicatos presionan para arrancar a Díaz más indemnización por despido

CCOO y UGT se movilizan en España y en Bruselas para incorporar sus reivindicaciones en los programas electorales de la izquierda. La vicepresidenta se abre a un debate alejado de la vuelta a los 45 días por año.

La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, charla con los líderes sindicales.
La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, charla con los líderes sindicales.
EFE

Los sindicatos no renuncian a incrementar la indemnización por despido, una de sus principales reivindicaciones tras la reforma laboral de 2010 que quedó aparcada en las negociaciones con la vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, por el enorme rechazo que genera entre los empresarios y en Bruselas. CCOO y UGT han iniciado una campaña silenciosa y se están movilizando tanto en España como en Bruselas para incorporar sus demandas en los programas electorales de la izquierda, según revelan fuentes al tanto de estos movimientos.

En la patronal están al tanto y asumen que los sindicatos volverán a la carga con este asunto después de las vacaciones. Son muchos los temas a negociar tras el descanso estival, pero esta "campaña silenciosa" (así la definen fuentes conocedoras de la movilización que se está produciendo entre bambalinas) no busca tanto una negociación ipso facto con el Gobierno y la CEOE, sino más bien se basa en un ejercicio de presión soterrada a las fuerzas políticas del flanco izquierdo para que incluyan en sus programas electorales el aumento del coste del despido.

Mientras los empresarios están centrados en paliar el impacto de la inflación en sus balances, con especial hincapié en las nóminas, los sindicatos miran más allá y pelean por recuperar lo que consideran un derecho arrebatado por la reforma laboral del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero: los 45 días de indemnización por despido improcedente. Intentaron ponerlo sobre la mesa en la negociación con Yolanda Díaz, pero la vicepresidenta lo descartó porque la medida no forma parte de los compromisos adquiridos con la Comisión Europea en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Los negociadores de la CEOE respiraron aliviados.

Por eso en las centrales sindicales son conscientes de que la movilización en el ámbito de las autoridades comunitarias es clave. Especialmente en la UGT, que el pasado mes de mayo interpuso una reclamación colectiva por el precio "asequible y nada disuasivo" del despido en nuestro país ante el Comité Europeo de Derechos Sociales, el órgano encargado de vigilar el cumplimiento por parte de los estados de la Carta Social Europea, que establece una serie de derechos y libertades fundamentales garantizados en diversas materias como la vivienda, la educación o el empleo.

Los sindicatos están ejerciendo su lobby particular con los grupos políticos, con la antena muy enfocada hacia la plataforma 'Sumar', el movimiento ciudadano basado en un proceso de escucha promovido por Yolanda Díaz. También miran a Unidas Podemos y partidos como ERC, EH Bildu y el BNG, que el pasado mes de mayo registraron en el Congreso de los Diputados una proposición de ley con medidas como el aumento de las indemnizaciones por despido, la reforma de las causas de despido objetivo, la recuperación de los salarios de tramitación y la reinstauración de la autorización administrativa en caso de despido colectivo; básicamente, las que no incluyó la reforma laboral y cuya ausencia adujeron para votar en su contra.

CCOO y UGT podrían tener una puerta abierta en la 'casa' de la vicepresidenta Díaz, que está a favor, al menos, de abordar el debate. Durante su última comparecencia en la Comisión la Comisión de Trabajo, Inclusión, Seguridad Social y Migraciones del Congreso de los Diputados, la ministra se mostró a favor de recuperar los 45 días de indemnización por despido improcedente que reclaman los grupos parlamentarios de la izquierda, pero reconoció que "la doctrina está caminando en otra dirección más provechosa" y apostó por avanzar hacia un "despido restaurativo y disuasorio" al estilo europeo.

Con su reforma laboral ya acordada con los agentes sociales y aprobada gracias a lo que pasará a la historia como la carambola del 'caserazo', la vicepresidenta segunda del Gobierno y responsable de las políticas laborales admitía así públicamente que está de acuerdo con la necesidad de incrementar la indemnización por despido, aunque con matices, y se mostraba dispuesta a abrir este debate en el ámbito parlamentario, independientemente del diálogo social. Será un tema que también tratará con expertos de ámbito laboral y sindical durante su proceso de escucha, con la vista puesta en el desarrollo del futuro Estatuto del Trabajo del Siglo XXI.

¿Más indemnización para los más mayores?

Durante su intervención parlamentaria Díaz dejó alguna pista. La ministra de Trabajo cuestionó que el planteamiento de los grupos -recordemos: ERC, Bildu y el BNG- estaba hecho "mirando atrás". Según afirmó, la propuesta de recuperar los 45 días de indemnización vigentes antes de la reforma laboral de Zapatero se basa en una "formulación clásica". Aunque reconoció que la iniciativa le parece "bien", explicó que el debate actual en Europa va sobre "el despido restaurativo y disuasorio". "Las miradas que está haciendo el sindicalismo europeo van mucho más allá", aseguró, y reclamó una mirada "más ambiciosa en la indemnización".

En este sentido, la vicepresidenta puso sobre la mesa un nuevo enfoque, a través del ejemplo de un trabajador que tenga 58 años y no disponga de una larga carrera de cotización. "¿Este trabajador no merecería que su indemnización fuera mayor justamente por la razón de la edad que tiene?", se preguntó. De este modo, Díaz no solo abrió la puerta a elevar el coste del despido en el caso de los trabajadores que son expulsados del mercado laboral en momentos más cercanos a la edad de jubilación, sino también en los casos de carreras de cotización insuficientes, para que así puedan armar un colchón más generoso para su retiro ante el riesgo de no volver a reincorporarse al mercado de trabajo en los últimos años de edad activa.

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