Energía solar española para el Egipto más remoto

  • En la aldea de Ain Zohra, a unos 35 kilómetros de Siwa, el oasis egipcio más cercano a Libia, una decena de hombres charla en la calle a la luz de una farola, una escena inédita hasta ahora que ha hecho posible una empresa española.

Laura Millan Lombraña

Siwa (Egipto), 24 oct.- En la aldea de Ain Zohra, a unos 35 kilómetros de Siwa, el oasis egipcio más cercano a Libia, una decena de hombres charla en la calle a la luz de una farola, una escena inédita hasta ahora que ha hecho posible una empresa española.

Las casitas del pueblo, de una sola planta y aspecto humilde, lucen desde hace un año los paneles solares que instaló en sus tejados la compañía Genyal Energía.

Uno de los tertulianos en la recién iluminada calle, Suleiman Hamed, alaba los cambios que ha sufrido el pueblo con la llegada de los paneles solares, que proporcionan energía durante todo el día y sustituyen al antiguo generador diesel, que daba solo cuatro horas de electricidad diarias.

"Ahora podemos ver la televisión y tener a los amigos en casa hasta tarde", explicó a Efe Hamed, que contó que la mayoría de habitantes de esta población lleva una vida "muy tranquila y muy simple" trabajando en los palmerales que crecen junto al manantial que brota en pleno desierto.

La empresa española, con sede en Vigo, ganó un concurso público del Ministerio de Energía del Gobierno egipcio, que planea dotar de electricidad a las poblaciones más aisladas del país sustituyendo los antiguos y costosos generadores eléctricos por paneles solares.

"La principal ventaja es poder tener una nevera conectada todo el día porque antes, con el generador, la utilizaban solo para refrescar bebidas", aclaró a Efe el ingeniero responsable del proyecto, Rubén Rivadulla, que hace un año viajó a Egipto para dirigir y supervisar la instalación.

En Ain Zohra, adonde se llega desde Siwa por una pista sin asfaltar a través del desierto, los campesinos recuerdan con satisfacción la llegada de los paneles solares: "La primera vez que funcionaron parecía un sueño, ¡teníamos luz en casa toda la noche!", rememoró el joven Anuar Hamdi.

"Antes teníamos que acostarnos sobre las once de la noche, cuando el generador dejaba de funcionar, y si había una emergencia, un parto o algo, había que atenderlo casi a oscuras", explicó por su lado Hamed, que recordaba entre risas las dificultades que tenía para ir al baño a oscuras en plena noche.

Desde el Ministerio egipcio de Energía, el responsable de Energías Renovables, Salah Abu Auf, aseguró que "el proyecto ha creado más vida social, la gente intercambia visitas por la noche y se ha creado un contacto con el mundo exterior a través de la televisión".

Abu Auf confió en que "muy pronto van a aparecer otras actividades industriales pequeñas que requieren electricidad para su funcionamiento" en una región donde los manantiales subterráneos han atraído varias plantas de embotellamiento de agua.

Aun así, tras seis meses de funcionamiento, algunos de los paneles solares han comenzado a dar problemas y los aldeanos lamentan no saber cómo repararlos.

Rivadulla aseguró que los paneles que se estropearon "ya se han cambiado", al tiempo que recordó que la energía solar es adecuada para el desierto porque "el mantenimiento es prácticamente nulo, aunque como hay mucho polvo y arena, es necesario lavar las placas".

En Ain Zohra, la llegada de un forastero continúa ahuyentando a las mujeres, que corren a esconderse siguiendo la costumbre beduina de que los hombres no tengan contacto con mujeres desconocidas, algo que Rivadulla experimentó a su llegada.

"Cada vez que iba a inspeccionar las instalaciones en las casas el jefe del pueblo entraba primero, salían todas las mujeres por la puerta trasera y cuando no quedaba ninguna, yo podía entrar", recordó el ingeniero.

Recién llegado de trabajar en el palmeral, Hamdi se muestra satisfecho por que la energía solar le permite "trabajar durante más horas que antes".

Pero, con luz y todo, este agricultor beduino no oculta su alegría por que la vida cotidiana de su aldea permanezca al margen del alboroto en el resto del país.

Por aquí, como por muchos otros rincones de Egipto, la revolución que destronó a Hosni Mubarak no es más que una noticia remota en la televisión: "Esto está muy lejos de El Cairo, la revolución queda muy lejos de aquí", dijo Hamdi.

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