Sólo uno de cada tres españoles ve positivo el actual modelo de las autonomías

  • El modelo autonómico empieza a despertar más de una suspicacia entre los ciudadanos. En el último lustro, marcado por la grave crisis económica, el porcentaje de españoles que considera bueno o muy bueno el sistema actual de gestión ha bajado desde el 50% al 31%. Y la percepción negativa se agudizará hasta que no se salga del pozo.
FUNCAS prevé una caída del PIB del 1,7 por ciento este año y un paro del 24,2 por ciento
FUNCAS prevé una caída del PIB del 1,7 por ciento este año y un paro del 24,2 por ciento
Álex Medina R.

No es país para autonomías. O lo va siendo cada vez menos. Los graves problemas presupuestarios en las regiones han retratado la verdadera capacidad de gestión de los gobiernos territoriales: en un año de fuertes recortes como 2011, fueron incapaces de reducir sus números rojos, que suman unos 30.000 millones.

Aunque eso es casi lo de menos. Lo que importa es su capacidad de reacción, que vuelve a estar más en entredicho que nunca. No lo dice nadie en particular, sino los ciudadanos en general, que han duplicado en los tiempos de crisis su recelo hacia el Estado de las autonomías tal y como está concebido ahora y, por el contrario, sólo uno de cada tres lo ve con buenos ojos.  

Según ha revelado un informe de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) realizado por María Ramos y María Miyar, basándose en las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas, el Estado de las autonomías ha entrado en una espiral de desconfianza que la crisis está agudizando.

Éstos son los datos: entre 2005 y 2010, la valoración negativa se ha duplicado. A la pregunta de cómo cree el ciudadano que ha funcionado la organización por comunidades, en el último sondeo disponible la respuesta fue de mal o muy mal según el 18% de los encuestados (frente al 9% de cinco años atrás).

No sólo eso. Todos los indicadores se han deteriorado, de modo que los que respondían bien o muy bien han menguado desde el 50% de hace un lustro al 31% del último informe, algo menos de un tercio. La respuesta tibia por antonomasia (es decir, regular) ratifica la sensación general de pesimismo: crece del 35% al 45%.

¿Y para qué ha servido el esfuerzo? Sólo contestan a esto los que calificaron de bueno o muy bueno el modelo. Su respuesta más repetida, con un 19%, es que se ha conseguido acercar las instituciones al ciudadano. Le sigue el 16% que destaca las bondades del autogobierno y el 12% que considera que se defienden mejor los intereses autonómicos.

Sólo un 2% responde que se han mejorado los servicios públicos (y estamos en el grupo de los que están a favor).

Por el contrario, entre los que renegaron del sistema, el 43% apunta que ha servido para generar conflictos y potenciar la desunión, mientras que un 29% está convencido de que el gasto ha aumentado y un 13% apunta a una mayor desigualdad entre autonomías de la que había antes de la democracia.

Pero, ¿hacen algo bien las comunidades? Sí, algo hay. A la hora de valorar la gestión por competencias, las que reciben mejor porcentaje de respuestas de buena o muy buena son las infraestructuras (un 37%), la sanidad (35%) y la seguridad ciudadana y protección del medio ambiente, ambas con un 30%.

¿Y las malas? El desempleo se lleva un 62% de respuestas adversas. Tras él, la economía, con un 57%; la inmigración, con un 48%; y la vivienda, con un 39%.

En resumen, el estudio concluye con que "un debilitamiento de la percepción de eficacia de las autonomías pueda redundar en un deterioro de su moderado apoyo social".

Todo ello, hasta 2010. El responsable de la edición de Cuadernos de Información Económica de Funcas, Fernando Pampillón, avisó de que "es bastante probable de que las opiniones hayan empeorado todavía más en este tiempo".

Porque hay otro dato que no sólo afecta a las autonomías, sino a todas las administraciones sin excepción: en épocas de crisis se tiende a culpar más a las instituciones de todos los problemas. "Cuando las cosas van bien, a nadie le importa mucho en qué se gasta, pero cuando no hay dinero la cosa cambia", señala Pampillón.

Dinero, como se encargó ayer Funcas de recordar, hay bastante poco y mucho menos va a haber a lo largo de 2012. La Fundación de las cajas, que dirige Carlos Ocaña, el que fuera secretario de Estado de Hacienda con Elena Salgado, ya predijo que España retrocedería un 1,7% en el conjunto del ejercicio.

Además, y al igual que el propio Gobierno del PP (aunque Funcas lanzó sus previsiones antes), estipuló el déficit con que cerrarán las cuentas públicas en un 5,8%. Con este panorama, y según apuntó Pablo Alcaide, responsable de los estudios autonómicos de la fundación, sólo las regiones con fuerte componente turístico (las islas, por ejemplo) podrían limar algo más las asperezas y caer menos que el resto.

Pero todas sin excepción sufrirán a lo largo de este ejercicio incluso sin contar el impacto negativo que podrán tener los recortes que aprobarán para intentar cumplir con el objetivo particular de déficit del 1,5% que se les ha impuesto.

Mostrar comentarios