Standard and Poor pone el foco en España tras una jornada de máxima tensión en los mercados

  • Redacción Economía.- El matizado cambio de tono de Alemania sobre el rescate a Grecia relajó hoy, al cierre, la presión en los mercados bursátiles y de deuda después de una jornada de máxima tensión que culminó con la decisión de Standard&Poor's (S&P) de rebajar su calificación sobre la solvencia de España.

Standard and Poor rebaja la calificación de la deuda española
Standard and Poor rebaja la calificación de la deuda española

Redacción Economía.- El matizado cambio de tono de Alemania sobre el rescate a Grecia relajó hoy, al cierre, la presión en los mercados bursátiles y de deuda después de una jornada de máxima tensión que culminó con la decisión de Standard&Poor's (S&P) de rebajar su calificación sobre la solvencia de España.

El castigo de los mercados a las emisiones de deuda de Grecia, Portugal, Irlanda y España arreció al mediodía y amainó ligeramente al cierre, una vez digeridas las señales llegadas desde Alemania tras la visita del director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn.

Las pegas de Merkel, preocupada por las trascendentales elecciones de Renania del Norte-Westfalia, y la rebaja ayer de las calificaciones crediticias de Grecia y Portugal por S&P dispararon en la apertura el coste de la deuda de los países considerados más vulnerables.

El diferencial entre la deuda griega y la alemana, que sirve de referencia, cerró en 689 puntos básicos, por debajo del alcanzado ayer, después de tocar los 820 al mediodía.

El mismo camino siguieron los bonos de España y Portugal, que cerraron con diferenciales de 110 y 273 puntos básicos, respectivamente, después de alcanzar al mediodía 125 y 292.

En el caso de España, habrá que esperar a mañana para conocer los efectos de la rebaja de la calificación decidida por S&P -de "AA+" a "AA" con perspectiva negativa-, a la que podrían sumarse otras agencias.

Los mercados bursátiles europeos registraron pérdidas superiores al 1 por ciento. La mayor caída correspondió a la Bolsa española, que bajó el 2,99 por ciento.

Los políticos tuvieron que remar durante toda la jornada para intentar devolver la calma a los mercados.

Desde Tokio, los máximos responsables de la Unión Europea (UE) aseguraron que Grecia recibirá "a tiempo" la ayuda financiera que necesita, que podría llegar a 135.000 millones de euros hasta 2012.

El presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, confirmó que los dirigentes europeos celebrarán una cumbre extraordinaria antes del 10 de mayo para aprobar la operación de rescate a Grecia.

Barroso descartó la opción de que Grecia tenga que recurrir a la reestructuración de su deuda, una posibilidad que lleva días sobrevolando los mercados.

Sin embargo, los inversores estaban más pendientes de Alemania, la clave de bóveda del rescate a Grecia.

La canciller alemana, Angela Merkel, aseguró que su país "hará su aporte" a la operación de salvamento y su ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, anunció un procedimiento de urgencia para aprobar las ayudas a Grecia.

Para allanar el camino, Schäuble, Strauss-Kahn y el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean Claude Trichet, se reunieron hoy con los grupos parlamentarios alemanes en el Budestag.

El director gerente del FMI instó a los europeos a actuar con rapidez, aunque no se olvidó de pedir a Grecia un drástico recorte de su déficit.

Sometido a una enorme presión por los mercados, el Gobierno griego volvió a pedir ayuda y se comprometió a hacer todo lo necesario para poner en orden sus finanzas.

"El Gobierno griego afronta una gran responsabilidad nacional y también ante Europa, y la asumimos completamente", dijo el primer ministro griego, Yorgos Papandréu.

España y Portugal salieron al paso de la rebaja de sus calificaciones y de los ataques de los mercados.

La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, envió un mensaje de confianza a la ciudadanía y de tranquilidad a los mercados y recalcó que el Ejecutivo está adoptando "todas las medidas" para cumplir sus compromisos.

Desde Lisboa, el primer ministro luso, José Sócrates, defendió la credibilidad de la economía portuguesa y, al igual que España, dijo que su Gobierno cumple sus compromisos.

La CE hizo un inusual llamamiento a las agencias internacionales de calificación de riesgos a comportarse de forma "rigurosa y responsable".

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