En las historias de los emprendedores de éxito predominan los obstáculos y los comienzos humildes, algunos muy duros como el de Khalil Rafati, el vagabundo adicto a la heroína que ahora es millonario. El caso de Steve Hightower también incluye componentes de superación, pero por lo que destaca es sin duda por su ambición.
“Comencé como limpiador. Limpiaba suelos y baños y hacía esas cosas con las que la mayoría de las personas no sueñan”, explica el emprendedor americano en declaraciones a ‘CNBC’.
Steve trabajaba en la empresa familiar de limpieza pero tenía aspiraciones mucho más mayores. Por ello, se graduó en la Wright State University en Dayton (Ohio) en 1978, para acto seguido fundar una pequeña empresa de construcción.
El negocio avanzaba lento y pronto se topó con un problema imposible de superar: la falta de financiación. Este duro revés no hundió, sin embargo, la confianza y la ambición de Steve, quien comenzó a formarse en un programa para vender gas en Ohio. De ahí sacó varias ideas, siendo una de ellas la que le cambiaría la vida.
En 1981 puso en marcha una empresa de transporte de petróleo en la zona. Si bien los inicios fueron más lentos de lo previsto (en 1984 solo tenía un empleado y era un contable), con el paso del tiempo la firma se convirtió en una referente en la ciudad contando en la actualidad con 85 trabajadores y vendiendo 140 millones de litros de petróleo al año.
La compañía se llama Hightowers Petroleum y se dedica a comprar productos de petróleo a refinerías y a entregarlos a clientes corporativos como FedEx y GM en Estados Unidos. Estas actividades le permitieron generar 350 millones en 2015 y más de 500 en 2017.
De limpiador a tener una mansión de 11.000 metros cuadrados
Gracias a su mentalidad emprendedora la vida de Steve ha dado un vuelco por completo. Lejos quedan las largas jornadas limpiando aseos con un sueldo bajo. Ahora disfruta del tiempo libre que le da su empresa millonaria en su mansión de 11.000 metros cuadrados, decorada con obras de arte moderno.
El exlimpiador ahora conduce un Jaguar y también es el propietario de un equipo de fútbol, el FC Cincinnati. En realidad, nunca le gustó este deporte, pero asegura haber visto un potencial de inversión en él, por lo que ahora se declara "fan del fútbol".
La historia de éxito de Steve Hightower es la de un inconformista que se basa en el siguiente lema: "Porque si no crees que puedes ser increíble, nunca lo serás. Y yo sabía que iba a ser increíble desde hace mucho tiempo".
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