Alza de las pensiones a partir de 2023

El alza de pensiones con el IPC no iguala la inflación acumulada en dos años

Las más altas superarán por primera vez los 3.000 euros, pero las más bajas siguen sin alcanzar el SMI. Con todo, las nuevas cuantías no compensarán la subida de la inflación media de los últimos dos años.

El alza de pensiones con el IPC no iguala la inflación acumulada en dos años
Reforma de las pensiones en función del IPC interanual
Europa Press

Faltan tan solo quince días para que acabe el año y muchos pensionistas se preguntan cuánto subirá su pensión de cara a los próximos doce meses, si podrán afrontar la subida de precios que se prevé siga siendo elevada en 2023 o si, por el contrario, seguirán perdiendo poder adquisitivo. Pero ya es oficial. Después de conocer el dato de noviembre de la inflación, que en tasa interanual se sitúa en 6,8%, se ha confirmado que las pensiones contributivas, abonadas por la Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS), se revalorizarán al 8,5%. Mientras que las no contributivas subirán un 15%.

Este alza del 8,5% en las pensiones supondrá un aumento de media de 107 euros al mes, lo que situará la cuantía a percibir en el entorno de los 1.364 euros. Para aquellos pensionistas que pertenecen al Régimen General, la subida será de 120 euros y, si se acaban de jubilar, la pensión media ascenderá a los 1.550 euros. Por otra parte, las pensiones máximas superarán por primera vez los 3.000 euros mensuales, al pasar de los 39.468,52 euros anuales a los 42.829,29 euros brutos anuales. 

Sin embargo, las más bajas no lograrán ni siquiera alcanzar el Salario Mínimo Interprofesional (SMI): la pensión mínima por jubilación con cónyuge a cargo será de 966,19 euros al mes, con un incremento de 76 euros adicionales; la de jubilación sin cónyuge a cargo será de 783,04 euros y la de viudedad con cargas familiares será de 905 euros. Al igual que a las pensiones, la revalorización del 8,5% se aplicará también al Ingreso Mínimo Vital (IMV).

Con la reforma de las pensiones, aprobada en diciembre del año pasado, se elimina la llamada "paguilla de los pensionistas" que se abonaba durante los dos primeros meses de cada año para compensar la diferencia entre la subida del IPC y la de las pensiones. Una cuantía que tenía sentido antes de que se recuperase la revalorización de las pensiones vinculada al indicador, pero que ahora pierde su razón de ser.

Se prorroga el alza del 15% de las pensiones no contributivas

Las pensiones no contributivas, es decir, las más bajas, gestionadas por las comunidades autónomas junto al Imserso, aumentarán en un 15%. El incremento en las prestaciones no contributivas nunca ha sido igual que el de las pensiones contributivas y este año no será diferente. Así, sus perceptores mantendrán durante todo el 2023 la subida del 15% en sus prestaciones, que ya se les venía aplicando desde el pasado mes de julio de 2022, por un acuerdo entre el Gobierno y EHBildu como condición para que la formación vasca diese su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado del año que viene. 

Por lo tanto, no se trata de una subida sobre la cuantía extraordinaria, pues seguirán cobrando los mismos importes que veían percibiendo desde que se les revalorizaron, inicialmente con carácter temporal hasta diciembre. Una cantidad que supone unos 72 euros más de media al mes, pasando de 484 a 556 euros mensuales y 7.800 euros anuales. Si en el mismo hogar hay dos perceptores de una pensión no contributiva, cada uno recibirá 472 euros mensuales y 6.617 euros anuales. Para las arcas de la tesorería supondrá un desembolso adicional de 400 millones de euros frente a los 224,10 millones del ejercicio anterior. El Banco de España, por su parte, estima que cada décima de incremento implica un coste de 180 millones de euros.

Existen dos clases de pensiones no contributivas (PNC): la PNC de jubilación y la PNC de invalidez. En ambas es necesario cumplir ciertos requisitos económicos (límite de ingresos mensuales) y de residencia (entre cinco y diez años viviendo en España), y requisitos de edad o de discapacidad. No obstante, si la incapacidad deriva de un accidente, sea o no de trabajo o de enfermedad profesional, no se exigen cotizaciones previas.

Las pensiones son generosa en relación con el salario

Si se analiza cómo ha ido evolucionando la cuantía de la pensión media a lo largo de los años y se compara con la mensualidad de los salarios, se apreciará una diferencia abismal entre ambos. Tanto es así que, entre 2006 y 2020, las pensiones aumentaron el doble que los sueldos medios de los trabajadores. Los últimos datos publicados por la Seguridad Social muestran una variación de la pensión media en noviembre de 2022 con respecto al mes anterior del 0,08% y, en comparación con el mismo mes del 2017, del 5,35%.

Para entender esta subida, es necesario detenerse a analizar las cuantías de las nuevas altas, las que entran con pensiones más elevadas debido a los salarios que han percibido durante sus años como trabajadores. Si se observa este dato, las cifras han evolucionado desde los 922 euros de 2006 hasta los 1.406 de 2020, un 52% más. Una coyuntura muy distinta a la que se enfrentan los jóvenes, entre 18 y 35 años, en la actualidad. Donde un 31% está en situación de desempleo, de acuerdo con los datos de la última Encuesta de Población Activa (la del tercer trimestre) y los que trabajan reciben remuneraciones que, por lo general, están muy lejos de alcanzar las de sus predecesores. 

Con todo, y a pesar de que la nueva ley actualiza las pensiones con el IPC desde este año, la subida que se prevé de cara a 2023 no logra compensar la inflación acumulada de los últimos dos años, situada en el 11,6%. Mucho menos lo hacen los salarios de los trabajadores, que siguen negociando sus convenios colectivos para poder compensar al menos en parte la escalada de los precios, en un contexto en el que la patronal CEOE está bloqueando la subida del SMI.

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