Se consume más producto caducado

La alta inflación de la cesta de la compra disminuye el desperdicio de alimentos

El acelerón del precio de la alimentación fuerza a las familias a aprovechar al máximo el contenido de lo adquirido en el supermercado, pero aumenta los riesgos de salud por la ingesta de comida fuera de fecha.

La subida de precios afloja las cifras del desperdicio de alimentos en los hogares.
La subida de precios afloja las cifras del desperdicio de alimentos en los hogares.
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El acelerado ritmo de las subidas de los precios en los supermercados apunta a que la UE conseguirá cumplir para 2030 su compromiso de reducir a la mitad el desperdicio de alimentos per cápita en la venta al por menor y de los consumidores. Sin embargo, este camino está limitando de una manera muy significativa el bienestar de los hogares españoles y, en ocasiones, poniendo en riesgo su salud, ya que se está registrando un incremento del consumo de productos caducados.

Cada vez son más los ciudadanos que se ven obligados a reducir los productos del carro de la compra ante la fuerte subida de precios, que se confirmó este viernes con la publicación del dato final de IPC de diciembre. En primer lugar, el encarecimiento provoca consecuentemente la caída del desperdicio de alimentos. Solo hay que fijarse que durante septiembre de 2022 las ventas de los productos perecederos como la carne bajaron un 16%, mientras que la de pescado se redujo hasta un 14%, según indican los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).

En segundo lugar, el alza de los costes obliga a la mayoría de familias a aprovechar al máximo los artículos comprados, llegando a registrar datos históricos. En este sentido, de acuerdo con el Informe de Hábitos de Compra y Consumo de 2022 llevado a cabo por la Mesa de Participación (MPAC) junto con Mercadona, el 41% de los consumidores aprovecha más los alimentos para evitar el desperdicio.

Lo que podrían parecer unos datos optimistas, realmente pueden relacionarse con el crecimiento del número de ciudadanos que en 2022 se han sentido vulnerables como compradores. “Sin duda alguna, la situación económica y social actual se ve reflejada en este estudio, puesto que las personas que han cambiado sus hábitos en los últimos meses se han incrementado 11 puntos con respecto a 2021, cuando un 39% de los encuestados no había modificado sus hábitos, mientras que en 2022 ha bajado hasta un 28%”, indica la MPAC.

El otro lado preocupante, es el mayor consumo de producto caducado.  Juan Moreno, secretario general de la Unión de Consumidores de Andalucía (UCAUCE) y miembro de la MPAC, denuncia el incremento de ciudadanos que reconocen abiertamente el consumo de productos cuya fecha de caducidad, no de consumo preferente, ha expirado. Una práctica que pone en riesgo la salud de las personas. En concreto, un 67% de los encuestados por la MPAC han afirmado consumir alimentos una vez superada su fecha, frente al 59% que lo hizo en 2021.

En general, las familias están haciendo un esfuerzo para buscar los mejores precios en el supermercado. Los ciudadanos de entornos rurales han sido los que más han ajustado su consumo, en comparación con los del entorno urbano, que han optado por tratar de cazar 'gangas'. “Sin duda alguna, es en este momento cuando los establecimientos comerciales deben buscar una estabilidad en el precio final al que nos ofrecen los productos y cuando los consumidores incrementaremos la búsqueda de ofertas y el mayor aprovechamiento de lo que compramos, tanto hablando de alimentación como de gran consumo”, indica el Informe de Hábitos de Compra y Consumo de 2022.

Una de las opciones a la que muchos han recurrido para conseguir precios más asequibles ha sido la compra de excedentes de comida al final del día a un precio reducido. La app Too Good To Go, que lucha contra el desperdicio de alimentos de mercados y establecimientos, registró en 2022 un incremento del 36% de usuarios que requerían de este servicio. Asimismo, la directora general de la compañía Marie Lindström apunta a que un tercio de los packs salvados proviene de supermercados “porque en estos packs suelen incluirse productos básicos como frutas y verduras, carne, pescado o pan, entre otros, que están a punto de finalizar su vida útil o alcanzar su fecha de consumo”.

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