A medida que se recupera la movilidad

El súper pelea por conservar las ventas ganadas a la hostelería por la Covid

Por el momento, las cadenas ya detectan un cambio en los patrones de consumo respecto al año pasado: sube ligeramente la frecuencia de compra mientras cae el gasto medio por cesta.

Trabajador de Mercadona en un supermercado de Valencia MERCADONA 1/3/2021
Trabajador de Mercadona en un supermercado de Valencia.
MERCADONA

El supermercado afronta un 2021 en el que inevitablemente bajará en ventas si la crisis sanitaria remite, después de que el pasado año sus cifras estuvieran "hinchadas" por el trasvase del consumo de fuera a dentro del hogar y se prepara para presentar batalla por conservar parte del terreno ganado a la hostelería.

Por el momento, la comparación de las cifras del primer trimestre respecto al mismo período del ejercicio anterior refleja un crecimiento del 1% del gasto en gran consumo, con un enero y febrero en claro ascenso -ya que en los dos primeros meses de 2020 no había pandemia- y un marzo en "rojo", con semanas de caídas incluso por encima del 30%.

Así se desprende de los datos de la consultora Nielsen, a los que ha tenido acceso Efe, que revelan la distorsión provocada por la locura que se desató por comprar masivamente para llenar la despensa en la segunda semana de marzo de 2020, lo que disparó las ventas en más de un 70% ante el temor de los clientes al desabastecimiento.

"Vemos caídas respecto al año pasado que no son reales, coincidiendo con los momentos de gran acopio que hubo por la Covid. Por eso, la clave para entender las tendencias es comparar los números con los de hace dos años", explica la directora general de Nielsen para España, Patricia Daimiel.

De hecho, entre enero y marzo el desembolso total de los españoles en el supermercado fue un 13% superior al gasto en el mismo periodo de 2019: niveles récord para un sector poco habituado a estas subidas tan abruptas y que ya se prepara para una ralentización en los próximos meses.

Una misma cuota de estómago

"Hay una parte del gasto que ahora se hace en el supermercado y que está 'prestado' por el consumo que se realiza normalmente fuera del hogar, en la hostelería", recuerda Daimiel, quien incide en que el quid de la cuestión será ver qué porcentaje de ventas recuperan los bares y restaurantes y qué parte se quedan los distribuidores en un escenario pos-Covid.

Al final, todos compiten por una misma "cuota de estómago" que apenas cambia en un país con una población muy estable, por lo que el crecimiento de uno implica, en la práctica, la caída del otro. "La distribución aún cuenta con una cuota de consumo prestada por la hostelería, que debería normalizarse con el paso de los meses, a medida que dejemos atrás las restricciones", corrobora a Efeagro el responsable de distribución y restauración en la patronal del sector de gran consumo Aecoc, Pablo de la Rica.

Por el momento, las cadenas de supermercados ya empiezan a detectar un cambio en los patrones de consumo respecto al año pasado: sube ligeramente la frecuencia de compra -el número de veces que el consumidor acude a la tienda- conforme se va recuperando la movilidad, mientras que el gasto medio por cesta cae.

Guerra de precios

Fueron precisamente las restricciones a la movilidad las que favorecieron a las cadenas que apostaban por la proximidad, como las regionales, según De la Rica, quien subraya la competencia entre los grupos que aprovecharon esta tendencia para ganar en cuota y los que se vieron perjudicados y quieren recuperar posiciones.

En este contexto se enmarca la incipiente guerra de precios que se observa en el lineal desde hace meses, con distribuidores que han bajado el coste de algunas de sus referencias como estrategia principal. La pelea también se repite en el comercio de alimentación en línea, que se disparó en pandemia para evitar ir físicamente a la compra y afronta el reto de consolidarse como canal.

"El desafío es rentabilizar las operaciones, pero el canal sigue creciendo" y la entrada de las plataformas de envío de comida a domicilio (como Glovo o Deliveroo) pueden ser "un acelerador incluso más importante de lo que fue la Covid", asegura De la Rica.

Doble competencia

De esta manera, los grupos de distribución se ven enfrascados en una doble competencia: dentro de su propio sector y frente a los hosteleros, que confían en recuperar terreno durante los próximos meses. Para intentar retener cuota de mercado frente al empuje de bares y restaurantes, los supermercados siguen reforzando su apuesta por la sección de "listo para comer", con comida preparada en la propia tienda.

Según el análisis de Nielsen, el año pasado no tuvo tan buen comportamiento como se preveía, porque las tiendas cerraron esos espacios nada más llegar la Covid; además, el consumidor ha pasado más tiempo en casa del habitual y hubo más teletrabajo, lo que ha provocado que, aunque no deje de crecer, haya tenido "un despegue más lento".

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