Santiago de Chile, 10 sep.- La Corte Suprema de Chile consideró hoy "preocupantes" las críticas hechas por la ministra de Medio Ambiente, María Ignacia Benítez, contra un fallo judicial que rechazó la tramitación ambiental de la central térmica Castilla, del magnate brasileño Eike Batista.
En ese fallo, emitido el 28 de agosto, el alto tribunal acogió un recurso de protección presentado por una comunidad de vecinos y solicitó un nuevo informe de impacto ambiental que incluya las dos partes del proyecto, que son las centrales y un puerto anexo.
Esos estudios ya habían sido presentados, pero de forma separada, por la empresa MPX, que pretende construir esa central en la norteña región de Atacama, con una inversión de 4.400 millones de dólares y una potencia superior a 2.000 megavatios (MW).
En una entrevista que publicó hoy el diario El Mercurio, la ministra se refirió por primera vez a esa decisión judicial.
Benítez consideró que "el razonamiento del fallo incurre en errores" porque a su juicio solo se debe prohibir el fraccionamiento de proyectos en caso de que se busque evitar que una parte del mismo se someta al proceso de evaluación ambiental.
La titular de Medio Ambiente estimó además que con ello la Corte Suprema se pronunció sobre un asunto que es competencia de la administración. "Sustituir al organismo técnico es lo que no corresponde, y acá la institucionalidad está en entredicho", opinó.
Los jueces de la Corte Suprema se reunieron hoy para analizar las palabras de la ministra pero, al no poder alcanzar el quórum necesario para emitir una declaración, pospusieron el debate hasta este martes, cuando sostendrán un pleno extraordinario.
"(El pronunciamiento de la ministra) Lo calificamos de preocupante y amerita conversar y decidir algo", dijo el portavoz de la Corte Suprema, Hugo Dolmestch, a Radio Cooperativa.
Tras conocerse el fallo de la Corte Suprema, Eike Batista, el hombre más rico de Brasil, propietario de MPX, aseguró en Twitter que "se está volviendo imposible" invertir en Chile.
El Gobierno refutó esas críticas aludiendo a las cifras que sitúan a Chile como tercer país receptor de inversión extranjera directa en Latinoamérica, con cerca de 17.000 millones de dólares en 2011.
La central Castilla, que constará de seis unidades generadoras a carbón, además de otras dos unidades de respaldo a diesel, se levantaría en una área costera donde habitan colonias de tortugas, lobos marinos y pingüinos.
Sus detractores denuncian que la central causará enormes daños en una zona de alto valor ecológico, mientras que sus partidarios argumentan que es necesaria para alimentar a las empresas mineras, motor económico del país, que perforan el árido desierto de Atacama.
Otro de los proyectos que han causado rechazo social en Chile es el de Hidroaysén, que contempla la construcción de cinco represas en la Patagonia, en el sur del país, donde sí abunda el agua.
En este caso, el estudio de impacto ambiental de las centrales fue aprobado antes que el de la línea de transmisión, que aún no ha sido presentado.
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