Cada vez se usan más

Motivos por los que deberías tener una tarjeta virtual: ahorrar en comisiones

Aunque suelen usarse para abonar compras por Internet, también pueden utilizarse para pagar compras en comercios físicos y para sacar dinero en cajeros.

Tarjetas virtuales
Sin comisiones: motivos por los que deberías tener una tarjeta virtual
©️[alengo] a través de Canva.com

Las tarjetas virtuales están de moda. Durante los últimos meses, el interés de los españoles por este tipo de tarjetas se ha disparado, según Google Trends. No es casualidad que esta tendencia coincida con el auge del comercio electrónico. Al fin y al cabo, uno de sus usos más habituales es comprar por Internet y desde el inicio de la pandemia las compras online han experimentado un crecimiento del 46% en España, según un estudio de Ipsos publicado el pasado mes de enero.

Pero ¿qué son exactamente las tarjetas virtuales? La única diferencia entre estos medios de pago y las tarjetas que llevamos en la cartera es que las virtuales no existen físicamente, afirman fuente del comparador de productos financieros HelpMyCash.com. Si contratamos una tarjeta virtual, no recibiremos un rectángulo de plástico en nuestro domicilio, sino que estará almacenada en nuestra banca online y podremos consultar sus datos en la web o la app del emisor. Resulta más fácil hablar de las similitudes entre los dos tipos: ambas sirven para pagar compras y tienen un número, una fecha de caducidad y un CVV.

Aunque este tipo de tarjetas suelen usarse para abonar compras por Internet, también pueden utilizarse para pagar compras en comercios físicos y para sacar dinero en cajeros que dispongan de la tecnología contactless si se vinculan a un wallet.

¿Me interesa tener una tarjeta virtual?

Si compramos habitualmente por Internet o solemos pagar nuestras compras con el móvil, una tarjeta virtual nos evitará tener que cargar con un plástico más encima. Precisamente, una de sus principales ventajas es la comodidad. Para comprar por Internet no hace falta disponer de ningún medio de pago físico, únicamente de un número, una fecha de caducidad y un CVV que pueden consultarse fácilmente en la app del banco. Y si queremos pagar en un comercio físico, podremos hacerlo a través del móvil si asociamos la tarjeta virtual con un monedero electrónico.

Pero el motivo de su éxito no es únicamente la comodidad, sino, sobre todo, la seguridad. Las tarjetas virtuales no se pueden perder, ya que no existen físicamente, por lo que si tenemos una no corremos el riesgo de extraviarla o de que nos la roben y la usen sin nuestro consentimiento, explican desde HelpMyCash.

Además, la mayoría de las tarjetas virtuales son de prepago y estas ofrecen un extra de seguridad contra uno de los peligros de Internet: la posibilidad de que un ciberdelincuente robe los datos para hacer pagos fraudulentos. Este tipo de tarjetas son como un monedero; no están conectadas con una cuenta o una línea de crédito, sino que podemos cargar el dinero que queramos y solo podremos gastar esa cantidad hasta que la recarguemos de nuevo. De esta manera, si alguien la duplica, no podrá gastar más dinero del que el titular haya cargado previamente.

Además, se pueden descargar cuando uno quiera. Para reducir el riesgo, lo ideal es mantenerlas sin saldo y cargarlas únicamente cuando se vayan a usar.

¿Dónde contratar una tarjeta virtual?

BBVA comercializa una tarjeta virtual de prepago sin comisión de emisión ni de mantenimiento. Permite hacer recargas de hasta 600 euros a través de la banca online, cajeros, las oficinas del banco o, incluso, por teléfono. Para solicitarla es necesario ser cliente del banco. Los interesados pueden abrir la Cuenta Online de BBVA fácilmente por Internet, una cuenta sin comisiones y sin vinculación obligatoria.

Openbank también ofrece una tarjeta prepago 100% digital para comprar por Internet. La tarjeta eCommerce es gratis, admite recargas desde un céntimo hasta 3.000 euros y se puede cargar al instante desde la web o la app del banco o en los cajeros. Openbank no cobra comisiones por recargar la tarjeta. Además, ofrece descuentos en varias marcas y no cobra comisión al comprar en otra divisa. Los clientes de Openbank pueden solicitarla desde su banca online y comenzar a usarla al instante. Los que aún no lo sean y estén interesados en la tarjeta pueden abrir la Cuenta Corriente Open sin comisiones y sin vinculación.

Banco Santander tiene la tarjeta virtual de prepago eCash, gratuita durante el primer año y también los siguientes si se realizan al menos tres compras anuales; en caso contrario, la comisión de mantenimiento será de nueve euros. Se pueden recargar entre 6 y 1.650 euros en los cajeros u oficinas del banco, teléfono, app y banca online (cargar la tarjeta no tiene coste). La Cybertarjeta de prepago de CaixaBank no tiene gastos de emisión, pero tiene un coste de 12 euros al año. Cobra un 1,5% con un mínimo de 1,5 euros por cada recarga. Se puede cargar en oficinas, cajeros y banca digital. Kutxabank, Abanca y Unicaja también permiten crear tarjetas virtuales.

Tarjetas virtuales de débito

Durante los últimos años han aparecido también las tarjetas de débito y de crédito virtuales, apuntan fuentes de HelpMyCash, aunque son mucho menos habituales que las de prepago, especialmente las de crédito.

Openbank comercializa una de débito y otra de crédito en formato virtual. Ambas no tienen comisiones de emisión y de renovación y se pueden usar para abonar compras en Internet o en cualquier comercio que acepte tarjetas contactless vinculándolas a Apple Pay, Google Pay, Samsung Pay, Fitbit Pay o Garmin Pay.

N26, por su parte, entrega una tarjeta de débito virtual gratis a los nuevos clientes que abran una cuenta estándar sin comisiones y sin vinculación, aunque les ofrece la posibilidad de recibir una tarjeta física en su domicilio si pagan una comisión única de 10 euros. La tarjeta virtual se puede usar tanto para pagar como para sacar dinero asociándola a Apple Pay y Google Pay.

Una ventaja de las tarjetas virtuales es que se pueden usar desde el mismo momento en el que se solicitan, ya que no hay que esperar a que lleguen físicamente.

Si queremos crear una tarjeta virtual en una entidad de la que seamos clientes, probablemente podamos realizar este trámite a través de su app o de su web. Dentro del apartado dedicado a las tarjetas encontraremos información sobre las tarjetas virtuales y cómo solicitar una, además de que podremos cargarlas y descargarlas en el caso de ser de prepago.

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