Artista chilena convierte trabajos textiles en obras de arte únicas

  • Janet Figueroa, una artista chilena afincada en la norteña ciudad de Iquique, lleva más de 40 años buscando transformar las técnicas tradicionales de nudos macramé (textil), lanas y otros soportes en obras de arte únicas que ahora se exponen en Chile, Italia e incluso El Cairo.

Cristina García Pérez

Santiago de Chile, 29 sep.- Janet Figueroa, una artista chilena afincada en la norteña ciudad de Iquique, lleva más de 40 años buscando transformar las técnicas tradicionales de nudos macramé (textil), lanas y otros soportes en obras de arte únicas que ahora se exponen en Chile, Italia e incluso El Cairo.

"Después de trabajar varios materiales me especialicé en tejer nudos macramé, de aquí nace el 'muralismo textil', obras de gran dimensión que sustituyen a un cuadro tradicional", explicó Figueroa en una entrevista a Efe.

En esta innovadora forma de arte, que a través de diferentes volúmenes y colores recrea ideas acerca del norte de Chile, ni tan siquiera el hecho de que sea textil es casual, pues responde a una búsqueda del soporte perfecto para la obra.

"Comencé trabajando en metal, que da un volumen increíble a las obras, sin embargo no era el más óptimo ya que puede resultar peligroso para trabajar cerca de nuestros hijos, el textil tiene fuerza y a la vez la suavidad y delicadeza de las mujeres", subrayó la artista.

Figueroa, diplomada en recursos humanos y emprendimiento, busca con su técnica "dar nuevas posibilidades laborales a personas de la región" y espera "que el individuo crezca gracias a este trabajo".

"Partí con un emprendimiento con minusválidos y también estuve diez años trabajando con mujeres de la localidad de Alto Hospicio para que ellas aprendan la técnica y inicien un emprendimiento al igual que yo", agregó la creadora de los murales textiles.

Estos murales, son una narración viva de la historia de la autora, que hablan de los atardeceres de Arica, a 2.050 kilómetros de Santiago, las gaviotas en la playa de El Laucho, los cerros sin vegetación copados de una rica gama cromática o los cielos lampiños de Parinacota.

"Mis murales son armonía, volumen y color con el que trato de mostrar mi norte, con lana solamente sacada de la llama a la que yo doy diferentes volúmenes", añadió.

No se trata de una labor sencilla, la artesana invierte entre 80 y 120 horas en realizar un metro cuadrado de mural textil, un trabajo que a pesar de la lentitud obtiene buenos resultados económicos según explica.

"La gente tiene una necesidad de que las cosas sucedan inmediatamente, este trabajo no es así, sin embargo recibe una remuneración mucho más grande que si se tratase de una pieza pequeña", señaló la creadora chilena.

El pasado 5 de junio, la artista estrenó en Iquique la exposición "Muros y murmullos" donde muestra doce murales como culminación de un proyecto del Fondo Nacional de las Artes regional.

Además, sus murales se emplazan en varios lugares de Chile, como la Universidad Santo Tomás de Arica donde se encuentra su mural más grande de 22 metros cuadrados, o el jardín botánico de Ginebra (Suiza).

Sin ostentar, como solo saben hacer algunos buenos creadores, Figueroa se ha convertido en la única contemporánea con una sala con nombre propio en la biblioteca Alejandrina de El Cairo llevando su arte fuera de los límites de su amado norte chileno.

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