Todos los grupos critican la reforma porque no soluciona los problemas laborales

  • Madrid.- Todos los grupos parlamentarios criticaron la reforma laboral aprobada hoy en el Congreso por considerar que no solucionará los problemas más importantes del mercado de trabajo.

Todos los grupos critican la reforma porque no soluciona los problemas laborales
Todos los grupos critican la reforma porque no soluciona los problemas laborales

Madrid.- Todos los grupos parlamentarios criticaron la reforma laboral aprobada hoy en el Congreso por considerar que no solucionará los problemas más importantes del mercado de trabajo.

Así lo defendió el diputado popular José Antonio Echániz, quien remarcó que la reforma del mercado laboral "termina como comenzó: en la más absoluta soledad", sin el apoyo de los grupos pero tampoco de sindicatos, patronal, expertos o instituciones económicas y sociales.

"Su reforma no es la que necesita España, ni para generar confianza ni para generar consumo, producción y empleo", dijo Echániz, tras señalar que el Gobierno "no ha querido escuchar" y ha rechazado todas las enmiendas del PP.

Carles Campuzano, desde CiU, opinó que todo el proceso ha supuesto una "oportunidad perdida" porque si bien se ha avanzando en algunas cuestiones, lo cierto es que "no se introduce la claridad y confianza que las empresas exigen", no se corrige la temporalidad, es injusta con los más jóvenes y con los trabajadores menos formados y es insuficiente en términos de mejora de competitividad.

Emilio Olabarria, diputado del PNV, ha sido el único que defendió la abstención, aunque señalando que la reforma no crea empleo ni resuelve los problemas estructurales que afectan a la competitividad, por lo que dudó de que gracias a ella se evite la "sangría" de destrucción de empleo.

Joan Tardà, en nombre de ERC, consideró que con esta reforma "la derecha ha triunfado y la tarea se la ha hecho el PSOE", y afirmó que todo "forma parte del guión ya escrito" que pretende arraigar entre los ciudadanos la idea de que sólo es posible salir de la crisis "si se paga el precio de reducir derechos".

Con esta perspectiva, Tardà animó a secundar la huelga general convocada para el 29 de septiembre para intentar obligar al Gobierno a rectificar, al igual que Joan Herrera, diputado de ICV, quien subrayó que "nunca como hoy" el Ejecutivo merece ese paro.

Herrera, en su intervención, calificó la reforma como "la joya de la corona de la legislatura más antisocial, de pérdida de derechos y del estado de bienestar", ya que gracias a ella sólo se lograrán despidos más baratos, salarios a la baja y limitar la negociación colectiva. "Y sí, lo han conseguido con los socios de la derecha".

Ningún miembro del grupo mixto respaldó la reforma; así, la portavoz del BNG, Olaia Fernández, remarcó que se trata de "la peor reforma de todos los tiempos", un "desaguisado" que va en contra del discurso del Gobierno de no dañar los derechos laborales.

Ana Oramas, en nombre de CC, opinó que no ayudará a salir de la crisis y que no es buena después del plan de ajuste aprobado hace unos meses; Rosa Díez, de UPyD, remarcó el oscurantismo con el que se ha tramitado y el "fracaso" que supondrá, porque, entre otras cosas, no estimulará la contratación fija.

Uxue Barkos, de Na-Bai, también la rechazó al entender que supone un abaratamiento del despido, que no es lo que el mercado laboral necesita para salir del túnel; y Carlos Salvador, de UPN, apuntó que llega tarde, es "incompleta e insuficiente" y no mejorará la competitividad.

Sólo defendió la propuesta el socialista Jesús Membrado, que afirmó que se trata de un texto "equilibrado y profundo" y respetuoso con las prestaciones de los trabajadores, y arremetió contra el PP por buscar el descrédito político del Gobierno intentando lograr réditos electorales.

La reforma "no es una receta mágica para crear empleo, no será fácil ni rápido", auguró el diputado socialista, pero en cualquier caso "no lesiona derechos".

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