Madrid.- La primera de las tres jornadas de paro convocadas por los sindicatos en el Metro de Madrid se ha desarrollado con normalidad y menos usuarios y con disparidad en las cifras aportadas por unos y otros en cuando al seguimiento de la huelga.
A primeras horas de la mañana los sindicatos CCOO y UGT han cifrado en el cien por cien el seguimiento del paro, aunque con menor incidencia entre técnicos y administrativos.
Por su parte, el consejero de Transportes de la Comunidad, José Ignacio Echeverría, ha asegurado que el seguimiento era del 38 por ciento.
Las centrales han hecho esta convocatoria de paros a los 7.500 empleados de Metro para protestar por el recorte salarial propuesto por el Gobierno autonómico con el objetivo de reducir déficit.
Los dirigentes sindicales Ignacio Arribas (CCOO) y Teodoro Piñuelas (UGT), han coincidido en destacar la normalidad con que se desarrollaba la huelga y que los servicios mínimos del 50 por ciento fijados por la Consejería de Transportes e Infraestructuras se han respetado.
De la misma opinión han sido Echeverría y su jefa, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, quien ha afirmado que han circulado el cincuenta por ciento de los trenes de Metro y ha expresado su confianza en que los servicios mínimos se cumplan también mañana y pasado.
En lo que si diferían ambas partes ha sido en las razones de la huelga y su pertinencia.
Los sindicatos defienden que la rebaja salarial del cinco por ciento aplicada por el Gobierno central a todos los funcionarios no puede ser trasladada por el Ejecutivo regional a los empleados de empresas públicas como Metro.
Por el contrario, Aguirre ha defendido que esa reducción del salario del cinco por ciento es "un sacrificio que quienes tienen el empleo fijo tienen que hacer en favor de los 4,6 millones de parados. Los empleados públicos tienen garantizado que no van a ser despedidos y están en mejores circunstancias que los 3.300 españoles que diariamente pierden su empleo".
El paro ha motivado que en las primeras horas de servicio los andenes estuvieran más llenos de lo normal, sobre todo en estaciones con mucha afluencia de viajeros como Méndez Alvaro, Atocha-Renfe, Sol, Avenida de América y Príncipe Pío.
A media mañana, pasada la hora punta, los vestíbulos y pasillos apenas tenían público.
La jornada de huelga ha tenido consecuencias en el tráfico de la capital y, según datos facilitados a Efe por el Ayuntamiento, entre las 6 y las 8 de la mañana ha aumentado un 6,14 por ciento en la almendra central y un dieciséis en la M-30 respecto a un lunes normal.
Después, entre las 8 y las 10, ha descendido un 3,23 por ciento en el área central y ha subido un siete en la M-30.
Durante la jornada ha habido un contacto informal entre sindicalistas y dirigentes de Metro y Consorcio de Transportes, del que aquéllos han salido con una impresión pesimista sobre la posibilidad de un acuerdo.
Uno de los temas tratados ha sido la enmienda introducida el viernes pasado por el Grupo Popular de la Asamblea de Madrid al proyecto de ley de Medidas Urgentes que posibilita "flexibilizar" la rebaja de gastos de personal en el suburbano.
Sólo Metro podrá aplicar una reducción a cuenta del cinco por ciento hasta que, mediante negociación colectiva, se adopten las medidas que permitan otra fórmula de minoración alternativa que, necesariamente, deberá suponer un reducción de al menos un 2,15 por ciento del Presupuesto de Gastos de Personal para 2010.
Está previsto que hacia las 21 horas tenga lugar una asamblea de trabajadores para decidir acerca de la continuidad o no de los paros mañana y el miércoles.
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