Duelo de titanes en el seno del Gobierno, no solo entre los dos partidos de la coalición de izquierdas, sino en la situación enconada en la que se han colocado en sus respectivas carteras las tres vicepresidentas que más mandan después de Sánchez: Nadia Calviño, Yolanda Díaz y Teresa Ribera. Los frentes que cada una de ellas tienen abiertos frente a las empresas que caen en su órbita y en cuestiones básicas para el bienestar de los ciudadanos han colocado las espadas en alto en el seno del Ejecutivo, justo cuando se cumplen los cien días de rigor de la última remodelación que llevó a cabo Moncloa. El último capítulo entre Díaz y Calviño por la reforma laboral no hace más que seguir al que hace apenas dos meses tuvo también la titular de Economía con Ribera y Podemos por la idea de crear una empresa pública energética para paliar la subida de la luz. Está en juego la coordinación de la política económica del país, en plena llegada de los fondos europeos, con los Presupuestos sobre la mesa y la factura eléctrica paralizando la industria.
Los acontecimientos de los últimos meses demuestran que el tridente de vicepresidentas que ha creado Sánchez necesita unas reglas más claras para coordinar sus actuaciones, sobre todo si todo se mezcla con el acuerdo de Gobierno entre PSOE y UP. Fuentes cercanas a la vicepresidenta primera aseguran que una de las claves de la forma de actuar de Nadia Calviño está siempre en el impacto que las políticas internas tienen en Bruselas, que ha pedido cuentas al Ejecutivo español sobre cuestiones que en Europa se consideran cruciales, como puede ser tanto la flexibilidad laboral que permitió la reforma del PP, como el futuro de las pensiones o el respeto al modelo europeo de fijación de precios de la energía. Para hacer frente a todas esas incógnitas, que por sí solas generan dudas en la Comisión, la vicepresidenta primera reclama un papel de liderazgo y coordinación, cuyo resultado debería dejar claro el esfuerzo español por culminar las reformas pendientes y "merecer" los fondos UE, explican fuentes europeas conocedoras de la situación.
La cuestión es que esta nueva guerra le llega a Calviño con un ministerio que ha tenido que hacer frente a la salida de varios de sus principales colaboradores, desde la exsecretaria de Estado de Economía, Ana de la Cueva, al director del Tesoro, Carlos San Basilio, o su jefa de gabinete, Carmen Basa. Hasta seis asesores directos de la ministra dejaron la sede de Castellana 162 en la primera parte de la legislatura, para afrontar lo dos años que quedan hasta entrar en el periplo electoral con caras nuevas. Pero el cambio de Gobierno de hace ahora cien días también empoderó a la líder de la coalición morada, Susana Díaz, cuyo carisma nadie discute y que es la ministra que más consenso social ha logrado hasta el momento en sus negociaciones.
La encrucijada de Díaz
Tampoco Yolanda Díaz se libra de las convulsiones como vicepresidenta segunda y líder de la parte más a la izquierda del Gobierno sin pertenecer a Podemos (procede de Izquierda Unida) y tras la salida de Pablo Iglesias. La convivencia con las sucesoras 'moradas' (Irene Montero e Ione Bellarra) y también ministras afronta ahora unos momentos cruciales, cuando Díaz ya ha hecho público que su futuro político pasará por crear una plataforma más amplia que la que conforma el partido actual, con la idea de optar incluso a la presidencia. Su acercamiento a Ada Colau en Barcelona y a Mónica Oltra en Valencia han ampliado el radio de acción nacional frente al poder de Podemos en Madrid. Incluso la exalcaldesa de la capital, Manuela Carmena, que no entró a apoyar a nadie en las elecciones municipales, se ha mostrado muy partidaria de la ministra de Trabajo.
Tras los once acuerdos con los agentes sociales de los que siempre ha presumido Yolanda Díaz, todos puestos al servicio de Sánchez, este último enfrentamiento con Nadia Calviño, azuzado por Belarra en las redes sociales, puede marcar un punto de inflexión importante en el futuro político de la ministra, a la que en varias ocasiones han puesto ya más cera de la órbita de socialista que de la ‘podemita’. Fuentes del entorno comunitario aseguran que la claridad con la que Pedro Sánchez ha dado este viernes su apoyo a Calviño a la hora de marcar el paso para el cambio “prudente” que hay que hacer en la reforma laboral, frente a la radicalidad de Díaz, es un mensaje claro para que la titular de Trabajo “no se precipite en este enfrentamiento”.
El órdago de Ribera
Pendientes de lo que ocurra entre las dos primeras vicepresidentas, la tercera en discordia mantiene el pulso con las principales empresas eléctricas de este país, por un lado, y con las autoridades europeas, por otro, en busca de un cambio de modelo energético más ‘verde’ que evite que los precios de la luz sigan disparados hasta bien entrado el verano que viene, que es hacia donde apuntan los principales analistas. Un reciente foro de expertos de la Unión Española Fotovoltaica no marcaba un retroceso hasta los 80-100 euros el megavatio hora, frente a los más de 200 actuales, hasta el segundo semestre del año, algo que está muy por encima de lo que el mercado esperaba hace apenas tres meses.
El impacto que está teniendo esa escalada de precios en la industria intensiva en energía obligó a tomar cartas a Moncloa para que Ribera cediera alguna concesión en el decreto que obliga a las grandes eléctricas (y a muchas comercializadoras) a ceder gran parte de los llamados 'beneficios del cielo'. El mercado esta atento al cambio legal que pueda hacer con tan escaso margen para que el golpe no llegue a los casi 3.000 millones previstos, la mayor parte a costa de Endesa e Iberdrola, de forma que el coste para las empresas no pase de los 60 euros el megavatio hora.
La entrada en toda la refriega del PNV ha metido de lleno al área económica del Gobierno en el problema, dado que el apoyo de los vascos es fundamental para aprobar los Presupuestos Generales del Estado que acaban de ser presentados. Los nacionalistas vascos van a defender a la eléctrica de Sánchez Galán advertidos del impacto que un retraso en sus inversiones puede tener en la red de proveedores industriales de la comunidad y el presidente de la entidad se ha rearmado para negociar con quien haga falta y evitar un golpe tan duro en sus ingresos.
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