Trocear el "corazón" de Zorita, próximo paso del desmantelamiento que cumple un año

  • Almonacid de Zorita (Guadalajara).- Un año después de comenzar el desmantelamiento de Zorita, sus responsables preparan al detalle la fase más novedosa del proceso: la fragmentación de la vasija de su reactor nuclear, el "corazón" de la vieja central.

Trocear el "corazón" de Zorita, próximo paso del desmantelamiento que cumple un año
Trocear el "corazón" de Zorita, próximo paso del desmantelamiento que cumple un año

Almonacid de Zorita (Guadalajara).- Un año después de comenzar el desmantelamiento de Zorita, sus responsables preparan al detalle la fase más novedosa del proceso: la fragmentación de la vasija de su reactor nuclear, el "corazón" de la vieja central.

Se trata de la primera vez que una nuclear es desmantelada de forma completa en España, una labor que la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (ENRESA) comenzó el 11 de febrero de 2010 y que concluirá en 2016.

En 2003, el coste de la operación se estimó en 135 millones de euros.

El objetivo final es tener la central "empaquetada" y clasificada por materiales y restaurar el terreno de unos 65 hectáreas que ocupa en el municipio de Almonacid de Zorita (Guadalajara), explica el director del desmantelamiento de ENRESA, Manuel Rodríguez, durante una visita de prensa con motivo de este primer aniversario.

Ahora, tiene el aspecto de una gran fábrica de materiales perfectamente ordenados (cables, resinas, plásticos, metales...) en donde se extrema la seguridad. De hecho, el 25 por ciento de las 260 personas que trabajan aquí a diario pertenecen a riesgos laborales.

El número de incidentes es "diez veces menor" que en el sector de la construcción, asegura Rodríguez, que también participó en el desmantelamiento de Vandellós I y de otras instalaciones nucleares.

De las 100.000 toneladas de residuos que se generarán en todo el proceso, un cuatro por ciento son radiactivos y, por tanto, viajarán al almacén de residuos nucleares de baja y media actividad que ENRESA posee en El Cabril (Córdoba).

En la actividades preparatorias de 2009 para desmantelar la planta se evacuaron ya las alrededor de 170 toneladas de combustible gastado desde su piscina a un almacén temporal construido a tal efecto en las inmediaciones de la central de José Cabrera, más conocida por Zorita por su ubicación y la primera que se inauguró en España.

A juicio de Rodríguez, lo más característico y novedoso de este desmantelamiento residirá en la fragmentación de la vasija de Zorita (el recipiente que aloja el reactor) y de su circuito primario.

Los trabajos de segmentación de la vasija -alojada en el elemento constructivo más llamativo de la pequeña nuclear, su cúpula roja anaranjada-, comenzarán este año y acabarán en el plazo aproximado de dos años y medio.

Ahora, lo más inmediato es adaptar el edificio de turbinas para reutilizarlo y tratar allí los residuos radiactivos, lo que implicará entre cuatro y cinco meses de trabajos.

Cerca se encuentra otro pequeño edificio con el llamado medidor de bajo fondo, que identifica y mide la existencia de materiales radiactivos, los "puntos calientes", como los define Rodríguez.

Se calcula que el 40 por ciento de los materiales de Zorita procederá de zonas no radiológicas, por lo que se gestionará de modo convencional, y el resto, de áreas zonas radiológicas, serán tratados como convencionales tras este riguroso proceso de control y medida.

"Es un paso clave y muy sensible para conocer si el material está o no contaminado", subraya Rodríguez, acompañado del director técnico del desmantelamiento, Manuel Ondaro.

Durante este primer año de trabajo, se han generado casi 3.000 toneladas de residuos (lo que equivale al peso de una furgoneta), de las cuales 1.276 toneladas son chatarras (hierro, cobre y aluminio), 960 toneladas desechos de construcción y demolición, 550 toneladas de residuos no peligrosos y 53 toneladas de residuos peligrosos.

Estas cantidades, casi al cien por cien, han sido transportadas fuera de la instalación a los diferentes gestores autorizados.

En 2010 se derribaron también las diez torres de refrigeración (cuya explanada se usa para almacenar chatarras), aunque el aspecto exterior de la central no ha cambiado aún sustancialmente.

La nuclear, situada junto al río Tajo, es propiedad de Gas Natural y Unión Fenosa, pero ENRESA asumió su titularidad para proceder al desmantelamiento.

La instalación, que supuso un reto tecnológico para su época, se inauguró en 1968 y en 2002 el Ministerio de Economía, con el informe previo del Consejo de Seguridad Nuclear (organismo regulador), concedió la última renovación de su autorización de explotación hasta el 30 de abril de 2006.

Hasta su parada definitiva, Zorita alcanzó una producción total de 36.515 millones de kilovatios hora. Su producción anual equivalía al 20% del consumo eléctrico de Castilla-La Mancha.

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