Ley de Weber

La ley física que afecta a tus decisiones de ahorro y te hace perder mucho dinero

Billetes de euro.
Billetes de euro.
Lukasz Radziejewski de Pexels.

Las decisiones de ahorro, en ocasiones, son contradictorias. A menudo nos ocurre que intentamos recortar en la compra de algunos productos con un precio bajo, pero no nos preocupamos de reducir esa misma cantidad de dinero cuando adquirimos productos más caros.  Pongamos un ejemplo para entenderlo. 

Si vamos a un establecimiento a comprar una botella de agua, cuyo precio es 1 €, y luego acudes a otro cercano donde el mismo producto tiene un precio de 2 €, es probable que vuelvas al primero para ahorrarte la diferencia. Sin embargo, cuando quieres adquirir un producto más caro, como un ordenador, quizás esto no se da. Es decir, la misma diferencia de precio en el caso del ordenador es probable que no te haga cambiar de tienda para realizar la compra. Y, ¿Por qué ocurre esto?

Pues bien, esto responde a un problema de lógica asociado a una teoría enunciada por Weber, que establece una relación cuantitativa entre la magnitud de un estímulo físico y cómo éste es percibido. Se trata de una ley física, pero que es aplicable a otros campos como la psicología. Viene a decir que la mayoría de gente no piensa en términos absolutos en la toma de decisiones, sino en términos relativos. 

Siguiendo el ejemplo anterior, nuestro cerebro se lo plantea de la siguiente manera: si nos podemos ahorrar 1 € de 2 € al comprar la botella de agua, pensamos: es el 50 %. Sin embargo, si nos ahorramos solo 1 € de 600 € con la compra de un ordenador, pensamos: sólo es el 0,16 %. La cuestión importante aquí es que se trata de la misma cantidad de dinero. 

¿Qué pesa más un kilo de hierro o un kilo de plumas?

Este 'acertijo' para niños sirve para resumir todo lo anterior. Si no pensamos la pregunta, lo primero que se nos puede venir a la cabeza es que lo más pesado es el hierro. Sin embargo, hay que tener en cuenta que hablamos de un kilo, que siempre pesa lo mismo. Sea el material o producto que sea. 

Entonces, ¿Qué vale más un euro en la compra de agua o de ordenador? Esta pregunta se puede contestar de la misma manera: un euro es un euro y su valor es el mismo compres el producto que compres. 

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