Tras dispararse la criminalidad

Trump y su '155' para llenar de policías federales las ciudades más "radicales"

El presidente arremete contra los demócratas en las grandes urbes y promete fondos especiales para contratar agentes para los que acepten el desembarco de los agentes bajo mando de la Casa Blanca.

19 July 2020, US, Portland: police move through tear gas clouds in front of the Hatfield Federal Courthouse while dispersing a crowd during a protest against racial inequality and police violence. Photo: Nathan Howard/ZUMA Wire/dpa ONLY FOR USE IN SPAIN 19 July 2020, US, Portland: police move through tear gas clouds in front of the Hatfield Federal Courthouse while dispersing a crowd during a protest against racial inequality and police violence. Photo: Nathan Howard/ZUMA Wire/dpa 19/7/2020 ONLY FOR USE IN SPAIN
Los agentes federales se sumaron a los policías locales contra las protestas en Portland.
EP

LeGend Taliferro era un chaval de 4 años que dormía en su casa de Kansas City cuando a las dos y media de la madrugada del 9 de junio una bala perdida procedente de un tiroteo callejero acabó con su vida. Un mes y medio después, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha esgrimido este caso y un puñado de ejemplos (masacre en una funeraria de Chicago, la madre de familia acribillada en su coche de camino al gimnasio en Albuquerque...) de violencia en las grandes ciudades del país para lanzar una operación a gran escala de refuerzo policial. La ha bautizado 'Operación Legend'. 

"La prosperidad no puede florecer en medio de un baño de sangre", ha proclamado en un discurso esta misma semana. En él, se rodeó de familiares de víctimas (también del chico de Misuri) y prometió dinero para pagar nuevos policías locales… a cambio de permitir el desembarco de los federales (o sea, los agentes que solo responden ante la Casa Blanca) en las calles. Es su manera de aplicar una especie de artículo 155 a la americana y asumir el control policial donde no tiene potestad apelando tanto a la emergencia como a la incapacidad (según él) de los gobernantes legítimos. 

Es también su última batalla electoral después de hilar las protestas contra el racismo con la inseguridad ciudadana que se ha disparado en los últimos dos meses (tras haber caído a plomo en los confinamientos); y la seguridad, uno de sus grandes caballos de batalla en todos sus aspectos, con la presencia de alcaldes demócratas en las grandes urbes. "La ayuda está en camino", ha prometido el presidente a los habitantes de las metrópolis, dando por hecho que los americanos quieren policías bien equipadas frente a la oleada de recortes que los cuerpos comenzaron a sufrir tras la muerte de Georgte Floyd y las manifestaciones masivas contra el racismo y, siempre según Trump, influidos por los movimientos de extrema izquierda y radicales.

Sale en numerosas películas. Un policía de Nueva York investiga un caso y aparece un agente del FBI que se arroga la competencia porque se trata de un delito federal. Pero ficción es ficción y en la realidad los asesinatos, robos, violaciones o desórdenes públicos son cuestión de los cuerpos municipales o estatales en la inmensa mayoría de los casos. Solo en supuestos extremos (terrorismo, seguridad nacional…) o cuando el delito afecta a más de un territorio, entran los agentes federales... y no solo el FBI, sino también de Seguridad Nacional, la Agencia contra las Drogas (DEA) o los US Marshalls (encargados de los traslados de presos y búsqueda de fugitivos). 

Las patrullas fronterizas o incluso los agentes que reciben a turistas (cuando los recibían) o visitantes en los aeropuertos también son federales. De hecho, estos últimos son casi un tercio de los 100.000 que suman las decenas de agencias nacionales mientras que el FBI apenas representa un 10%, según unos datos del Departamento de Justicia que también cifran en unos 700.000 los agentes de policía locales, de condado o estatales que hay en el país. 

El problema, por lo tanto, no es de número sino de autoridad. La inminencia de las elecciones presidenciales de noviembre ha exacerbado en Trump una vieja espina como es la mayoría aplastante de demócratas al frente de las ciudades más importantes y ha transformado un asunto doméstico como es la delincuencia en objeto de debate nacional. De debate y de intervención, porque está dispuesto a enviar a miles de agentes federales allá donde las tasas de criminalidad se multipliquen. En la misma comparecencia con familiares de las víctimas, desgranó una numerosa lista de datos de criminalidad y puso el foco sobre Chicago y Albuquerque, sus próximos destinos de desembarco federal. 

Sobre la primera, que es la tercera ciudad más grande del país y cuna de Obama (el detalle no deja de subrayarlo el presidente actual), han muerto 414 personas en lo que va de año, un 50% más que hace un año y pese al confinamiento. El pasado lunes, 23 personas sufrieron disparos de bala en un funeral. Pero hace dos semanas la polémica prendió en Portland (Oregón) cuando una serie de agentes no identificados convenientemente arrestaron y retuvieron en furgones sin señalizaciones a varios manifestantes. 

Las protestas de alcalde y gobernador se sucedieron (así como nuevas protestas sobre las protestas) y dos senadores del Estado del Pacífico junto a otro de Maryland han presentado ante la Cámara Alta una medida para exigir que cualquier intervención de las agencias federales se explique al detalle y se circunscriba a sus competencias a no ser que las autoridades locales pidan su ayuda. Para animarles a ello, a que pidan el aterrizaje nacional, Trump ha prometido un fondo especial de 61 millones de dólares para sufragar la contratación de "cientos" de policías locales y estatales. A cambio, los alcaldes deben permitir "el apoyo" de los federales y la aplicación de la 'Operación Legend' en sus calles. 

El fiscal general, William Barr, fue un poco más allá y, en la misma comparecencia, dejó claro que los agentes federales solo apoyarán y que no harán el trabajo de los locales y estatales. También, como cargo de confianza de Trump, recordó que fue con la Administración Obama cuando se descontrolaron las tasas de criminalidad y que ha sido este Gobierno el que ha logrado atemperarlas hasta la llegada de la Covid. Sea como sea, puso como ejemplo de éxito el despliegue de hasta 200 efectivos federales en Kansas City y su trabajo para esclarecer el asesinato del pequeño LeGend. Mes y medio después, y pese a ofrecer recompensas de 25.000 dólares por una pista, el crimen sigue sin resolverse. 

Los intereses de los criminales y América

"Durante décadas, los políticos al frente de muchas de nuestras mayores ciudades han puesto los intereses de los criminales sobre los derechos de los ciudadanos que cumplen con la ley. Estos mismos políticos han abrazado ahora el movimiento de extrema izquierda para para romper nuestros cuerpos de policía, provocando una espiral de crímenes violentos en sus ciudades", explica Donald Trump. 

En estas palabras brilla su estrategia electoral para los próximos meses: solo él garantiza la seguridad del hogar americano y el regreso a la prosperidad y a una América poderosa. La economía, el futuro del país, empieza en sentirse seguro. "Mientras otros quieren retirar fondos, difamar y abolir la policía, yo quiero apoyar y honrar a nuestra gran policía. Mientras los radicales quieren abolir la escuela concertada y eliminar la elección de los colegios, yo quiero ampliar la elección de escuelas y cada familia americana debería tener esa posibilidad. Mientras otros quieren destruir las oportunidades, cerrar los negocios y llevarse al otro lado del océano nuestros empleos, nosotros estamos contratando a americanos y estamos comprando productos americanos. Queremos construir fábricas en Baltimore, no en Pekín. Queremos hacer nuestros productos en Chicago, no en Shanghai. Queremos el Sueño Americano para los niños americanos y yo lucharé para proporcionarles ese sueño". 

Y todo acaba en la economía, porque la "oportunidad no puede prosperar donde hay violencia" y porque la Administración de Donald Trump siempre ha priorizado las cuentas como primer paso para todo lo demás. Lo ha hecho durante estos casi cuatro años y durante la pandemia dado que las cifras de empleo y los ceros en las nóminas de los americanos son conceptos que entiende cualquier votante. "De eso va la Operación Legend", concluyó Trump. 

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