La peor crisis de la historia

El año en el que el sector turístico volvió a 1995 por la cuarentena del 'sol y playa'

Los empresarios apuntan a unas pérdidas de más de 100.000 millones de euros en este ejercicio, consideran insuficiente el plan de rescate del Gobierno y sitúan la recuperación más allá de 2022.

El INE ha publicado la revisión del dato del PIB correspondiente al tercer trimestre
El año en el que el sector turístico volvió a 1995 por la cuarentena del 'sol y playa'
EFE

Este verano, el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicaba un gráfico increíble. Ni en las previsiones más pesimistas, ni en la peor crisis económica imaginada, alguien podía proyectar un desplome del 100% en los flujos de visitantes internacionales a España y, en consecuencia, de su desembolso en este país. El impacto de la pandemia en el turismo patrio, motor de la economía nacional, no tiene precedentes y ha hecho retroceder al sector al año 1995 tras estimar unas pérdidas de más de 100.000 millones de euros respecto de 2019, lo que supone un 67% del total de caída del PIB que estima el Banco de España para el conjunto de la economía española en 2020. Un retroceso de 25 años en la historia que, además de poner en cuarentena el modelo de sol y playa, augura una recuperación lenta.

Los datos que publicó el INE sobre la llegada de turistas extranjeros durante el mes de abril encendieron todas las alarmas. El cierre de las fronteras decretado a partir del 14 de marzo para frenar la propagación del virus dejaba unas tablas inéditas en la historia, en las que todos los epígrafes, en cualquiera de los desgloses de los indicadores, se saldaban con ceros y desplomes interanuales del 100%. La inusual imagen volvió a repetirse con los datos del mes de mayo y solo a partir de junio las visitas internacionales empezaron a recuperar cierto brío, para volver a desplomarse en septiembre y octubre con la nueva ola de restricciones. En total, hasta el décimo mes del año llegaron a España 17,8 millones de turistas de otros países, un 76% menos que en el mismo periodo de 2019. 

Las restricciones a la movilidad, las cuarentenas, el cierre de fronteras, la pérdida de confianza y el deterioro económico provocaron una clausura de verano marcada por un desplome histórico de cerca de 40.000 millones de euros en la actividad turística, según los datos que maneja Exceltur. El impacto en el empleo, solo hasta septiembre, es desolador: 595.000 puestos de trabajo afectados por la Covid, entre la pérdida de 281.000 afiliados y los 315.000 ocupados inmersos en expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). Ante este balance, las patronales anticipan el inicio de un proceso de destrucción masiva de empleo que puede afectar a los 750.000 trabajos turísticos que calculan que estarán en juego a cierre de este año.

Las esperanzas puestas en el verano se toparon, primero, con la falta de demanda derivada, por un lado, de las cautelas a la hora de viajar ante el miedo al contagio y, por otro, de la escasez de ingresos ante la crisis económica; y después, con la segunda ola del virus y las nuevas restricciones (clausuras forzosas, limitaciones de aforos y horarios, cierres perimetrales, etc.). Todo esto, inevitablemente, retrasó las expectativas empresariales de recuperación de la actividad turística a niveles pre pandemia y, si en junio de 2020 más de la mitad de los empresarios del sector creían que a mediados de 2021 se iniciaría la recuperación, en base a las encuestas de Exceltur, en octubre solo un 10% atisbaban una recuperación en 2021, un 46% la veían en 2022 y casi un 44% en años posteriores.

El rescate llega tarde

Entre tanto, el sector seguía esperando un rescate que no ha llegado hasta la semana pasada. El Consejo de Ministros aprobaba el 22 de diciembre, dos meses después de lo anunciado, un plan de ayudas al turismo, la hostelería y el comercio por valor de 4.220 millones de euros, incluyendo nuevas medidas en materia laboral, inyecciones de liquidez, deducciones fiscales para el alquiler de locales, así como aplazamientos en el pago de impuestos para autónomos y pymes hasta octubre de 2021. No se contemplan, por tanto, ayudas directas, tal y como reclamaban los sectores, que han denunciado que las medidas decretadas son insuficientes, llegan tarde y dejan fuera a muchos autónomos y empresas que las necesitan.

La ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, explicaba en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de la semana pasada que serán los gobiernos autonómicos quienes anuncien en los próximos días los incentivos en forma de ayudas directas que reclaman estos sectores. Maroto avanzaba que el plan de ayudas al sector se va a consensuar con todas las comunidades autónomas, por lo que se ha convocado una conferencia sectorial para este lunes, 28 de diciembre, donde confía en que se puedan "reforzar estas ayudas y dar una respuesta conjunta a estos tres sectores". A juicio de la ministra, lo importante no es el debate sobre ayudas directas o indirectas, sino que los incentivos a la recuperación sean eficaces.

En cualquier caso, desde el sector insisten en que la Covid seguirá teniendo un negativo impacto en el turismo, la hostelería y el comercio en los próximos meses. La llegada de la vacuna a España inspira cierto alivio, si bien los empresarios admiten que cualquier previsión está cargada de un elevado grado de incertidumbre. Las patronales advierten de que serán muchos los pequeños empresarios y autónomos que no podrán reabrir su negocio debido a que las ayudas han llegado demasiado tarde, cuando estos sectores estratégicos las llevaban exigiendo hace meses. También miran con optimismo a los fondos europeos y piden repartirlos con responsabilidad para avanzar a hacia un modelo turístico de calidad, más allá del sol y playa. Todo para evitar que la crisis de la Covid acabe provocando, además de una quiebra masiva en 2020, un daño estructural irreparable.

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