Jornada de elecciones

Turquía vota sí o no al relevo de Erdogan con la inflación y la lira metiendo presión

Unos 61 millones de turcos están llamados a las urnas este domingo para elegir a un nuevo presidente entre los tres candidatos. Los últimos sondeos prevén una ajustada victoria de Kemal Kiliçdaroglu sin mayoría absoluta.

Recep Tayyip Erdogan
Turquía vota sí o no al relevo de Erdogan con la inflación y la lira metiendo presión
DPA vía Europa Press

Jornada clave en Turquía, los ciudadanos tienen en sus manos la reelección del presidente Recep Tayyip Erdogan, el cual se encuentra presionado por una oposición férrea que se ha fijado como objetivo principal sanear la maltrecha economía turca si gana este domingo las elecciones presidenciales. Estos comicios son los más reñidos a los que se ha enfrentado el actual presidente desde que llegó al poder, hace dos décadas.

La votación para las decisivas elecciones parlamentarias y presidenciales en Turquía de este domingo llama a unos 61 millones turcos a las urnas. Los ciudadanos pueden votar en más de 192.000 urnas para elegir a los 600 miembros del Parlamento y a quien será el nuevo presidente los próximos cinco años entre tres candidatos: Erdogan, el socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu y el nacionalista Sinan Ogan.

Los últimos sondeos prevén una ajustada victoria de Kiliçdaroglu sobre Erdogan, aunque es posible que ninguno de los dos logre en esta primera vuelta la mayoría absoluta que evitaría una segunda ronda dentro de dos semanas. Ogan no obtendrán más del 3%, suficiente para restar a los dos candidatos con opciones los votos necesarios para lograr esa mayoría.

La política de Erdogan

El descalabro de la lira, que se ha reducido a un tercio de su valor en solo año y medio, junto con una inflación desbocada que superó el 80% en verano pasado y está ahora en el 40%, han fundido los ahorros de muchos turcos al disparar el coste de la vida. Para frenar esta subida incontrolable de precios, los economistas recomiendan subir los tipos de interés, incentivando el ahorro y haciendo la moneda más atractiva en el mercado de divisas, pero el presidente Erdogan ha forzado al Banco Central a bajar los tipos hasta el 8,5% actual.

La táctica le ha servido para incentivar el consumo y, con ello, la producción, la exportación y el empleo, creando una sensación de crecimiento, pero a costa de una espiral de inflación. La devaluación de la moneda causada por esta dinámica solo ha sido frenada por las intervenciones del Banco Central, obligado a gastar sus reservas de divisas hasta el punto de tener "unos 70.000 millones de euros en negativo y estar vendiendo reservas de oro", aseguró el economista Bilge Yilmaz.

Recuperar la confianza

"Además, ya no hay Estado de derecho y el resultado de cualquier disputa legal lo determina quién eres y a quién sobornas", indicó Yilmaz, que asesora al partido nacionalista IYI y se postula como ministro de Hacienda si la oposición gana las elecciones. El experto achacó a esta falta de confianza la caída de la inversión extranjera en Turquía, y plantea que recuperarla será la primera tarea del nuevo Gobierno, si este domingo gana el opositor Kemal Kiliçdaroglu, apoyado por el partido socialdemócrata CHP, el del IYI y el de la izquierda prokurda.

"Estimamos la deuda pública de Turquía en un 50% del producto interior bruto (PIB), pero incluso en el peor escenario, si tras limpiar todo el estropicio resulta estar en el 70%, es algo que puedo manejar. En Europa, en general es muy superior", afirmó. Confió en una rápida vuelta de las inversiones extranjeras, favorecida por la ausencia de Rusia de los mercados y la polarización entre Occidente y China, y no ve problema en cumplir la promesa de Kiliçdaroglu de atraer 300.000 millones en cinco años.

El estado de las cuentas públicas, señaló, se ha ido agravando por la "desesperada" campaña electoral de Erdogan, que ha ofrecido enormes rebajas fiscales y extendido programas de ayuda social a 30 los 86 millones de habitantes de Turquía. "Cuanto más disminuyen las probabilidades de Erdogan de ganar las elecciones, más aumenta los gastos. Calcula que si pierde no necesita preocuparse de qué viene después, el problema lo tendrán otros", apunta Yilmaz.

En el caso de que gane Erdogan, Turquía se enfrentará a un desastre económico sin un equipo humano que sea capaz de suavizar la caída, teme el economista. De hecho, los problemas económicos y la común oposición a Erdogan son los elementos que unen a un bloque opositor con muchas fisuras ideológicas internas, y a sus votantes.

"Tal vez el único tema común que une a estas personas sea la acumulación de problemas económicos. Curiosamente, este asunto apenas se ha tomado como una cuestión de clase. Más bien se asocia a la creciente corrupción y al régimen unipersonal del propio Erdogan", señala Tarik Sengül, profesor de Ciencias Políticas en la Middle East Technical University.

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