UBS prefiere bolsa alemana a española y aconseja diversificar por el riesgo catalán

  • El crecimiento global favorece la subida de las bolsas, apostando por el sector financiero y tecnológico en EEUU y selectivamente por la eurozona.
UBS obtuvo un beneficio atribuido de 1.242 millones en el tercer trimestre
UBS obtuvo un beneficio atribuido de 1.242 millones en el tercer trimestre

El Chief Investment Office (CIO) de UBS Wealth Management prevé un cambio de contexto para las carteras en 2018. El año 2017 ha sido el más sólido para la economía mundial desde 2011, y el crecimiento posiblemente haya aumentado a un 3,8% frente al 3,1% en 2016. El próximo año cabe esperar que el crecimiento se estabilice en el 3,8%, lo que significará una coyuntura favorable para las acciones. Sin embargo, los inversores deben estar atentos a las oportunidades que surjan y a los riesgos derivados de una política de endurecimiento monetario, calendarios políticos intensos, problemas tecnológicos, y cambio social y ambiental.

El banco suizo estima que este entorno de crecimiento global seguirá favoreciendo la inversión y la subida de la renta variable, apostando por sectores como el financiero y tecnológico en la bolsa americana y selectivamente por los mercados de la eurozona frente a Reino Unido en el continente europeo. De cara a 2018, en lo referente a la renta variable europea se muestra neutral con España, Italia y Francia, infrapondera los mercados belga y holandés y apuesta claramente por la bolsa alemana.

Aunque UBS estima que, en general, los factores geopolíticos no han logrado desdibujar la tendencia global del mercado de renta variable, de cara a 2018 existen una serie de riesgos geopolíticos que pueden provocar episodios de volatilidad local que aconsejan diversificar la cartera. Uno de los riesgos geopolíticos que señala el banco es la tensión generada por el órdago separatista catalán, que  “puede impulsar la volatilidad de los valores españoles”.

Aunque la economía nacional se beneficiará de la tendencia alcista en la Eurozona, la incertidumbre del proceso soberanista ha atemperado el crecimiento económico de forma moderada hasta el momento. Los efectos de este factor se notarán en que "España pasará de un crecimiento del 3,1% estimado para este año al 2,3% previsto para 2018. Las perspectivas para 2019 son aun menores, situándose en un 1,9%". Por su parte, los pronósticos de inflación para España apuntan a una senda ascendente, pasando del 0,9% previsto este año al 1,4% de 2018. 

Según señala Mark Haefele, director de inversiones globales de UBS Wealth Management, "Los periodos de alto crecimiento económico suelen preparar el terreno para su propia desaparición. Pero hoy en día hay poca evidencia de una recesión inminente. Históricamente, las recesiones han sido provocadas por uno o más de los siguientes factores: limitaciones de capacidad, shocks de precios del petróleo, una política de excesivo endurecimiento monetario, contracciones del gasto público o crisis financieras. No parece que ninguno de estos factores vaya a materializarse en 2018. En este contexto, mantenemos una visión optimista de las acciones respecto a los bonos de alta calidad y de deuda pública". 

El contexto global: Grandes desafíos y riesgos

Los bancos centrales endurecerán la política monetaria y en algunos casos subirán los tipos de interés en 2018. En determinadas áreas, en especial en el sector de servicios financieros, esto generará oportunidades, salvo en el caso improbable de subidas significativas. Pero en medio de una coyuntura de tipos de interés en aumento, los inversores también deben prepararse para un incremento de la volatilidad, una mayor dispersión de las rentabilidades de acciones individuales y, en algunos casos, correlaciones más altas entre acciones y bonos. En cambio, esto podría beneficiar a los gestores de inversiones alternativas y a otros con estilos de gestión activa.

Los escenarios políticos extremos, en especial un conflicto entre EEUU y Corea del Norte, siguen siendo un riesgo de baja probabilidad para los mercados. No obstante, la política posiblemente tenga un impacto local significativo. Los inversores pueden cubrirse frente a esta eventualidad mediante la diversificación mundial de sus carteras o tratándolo como una oportunidad, en especial en el caso de tendencias a largo plazo tales como el desarrollo de infraestructuras en mercados emergentes.

Del mismo modo, es poco probable que se materialicen resultados financieros extremos, en especial una crisis de deuda en China, en 2018, aunque vale la pena estar atentos. Los activos totales del sector bancario en China ascienden a un 310% de su PIB, casi tres veces la media de los mercados emergentes. Sin embargo, la alta tasa de crecimiento de China, su Estado poderoso, y una cuenta de capital cerrada reducen su vulnerabilidad a crisis de deuda. Nuestro escenario de base prevé un crecimiento del 6,4% frente a un 6,8% en 2017.

Por último, los cambios sociales, ambientales y tecnológicos continúan presentando tanto oportunidades como riesgos. Para el mercado de acciones, consideran que los temas tecnológicos más importantes a largo plazo son los datos digitales, la automatización y la robótica, y la movilidad inteligente. Los inversores pueden también invertir en diversos campos sociales y medioambientales en el área de inversión sostenible, en pleno crecimiento, lo que incluye bonos de bancos multilaterales de desarrollo e inversión de impacto, además de acciones cotizadas.

América y mercados emergentes

La economía estadounidense posiblemente crezca un 2,2% el próximo año, la misma tasa que en 2017. El país debería de beneficiarse de la solidez de los mercados laborales y de la rentabilidad empresarial. Prevemos que la Reserva Federal y el Banco de Canadá suban los tipos dos veces. En América Latina, esperamos que la economía de Brasil crezca del 0,5% a un 3,1%, y en México, del 2% a un 2,2%. Esto posiblemente contribuya a apuntalar la deuda de mercados emergentes, la cual ofrece valoraciones medias en comparación con la renta fija de otras regiones.

Europa 

En Europa, el crecimiento podría moderarse en 2018, al disminuir de un 2,3% en la zona euro y un 2,2% en la UE este año a un 1,9% el próximo. Sin embargo, prevemos casos de aceleración, como por ejemplo en Suiza, donde el crecimiento podría acelerarse del 0,8% al 1,8%. Mantenemos una visión optimista de las acciones de la zona euro frente a las del Reino Unido. Los indicadores económicos adelantados se sitúan en máximos de varios años en la zona euro, y sus empresas están muy orientadas a unas mejores perspectivas para la economía mundial.

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