La jubilación activa que viene: requisito para cobrar a la vez un sueldo y pensión

Semana clave para las pensiones. Y es que el Gobierno y agentes sociales han cerrado este lunes el acuerdo definitivo de la reforma de pensiones que sella el pacto del primer bloque de la reforma que supondrá que las prestaciones vuelvan a revalorizarse con la inflación y que incluirá diversas medidas con el objetivo de acercar la edad real de jubilación a la edad legal, con la idea también de que promover la permanencia en el mercado laboral de los trabajadores sénior, asunto que en palabras del ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, no se ha promocionado lo suficiente. 

Así las cosas, además de vincular las pensiones al IPC, de modo que cuando sea negativo las prestaciones quedarán congeladas y no se compensará en los siguientes ejercicios (idea, por cierto, que planteaba Escrivá al principio, pero que terminó declinando, tras acordarlo con los agentes sociales), la reforma incluye un cambio sustancial en todos los tipos de jubilaciones que hay. 

Y es precisamente en este punto donde entra la jubilación activa, que también sufrirá cambios con la llegada de la reforma. En este sentido, para acceder a este tipo de retiro, que permite compatibilizar salario y pensión, será necesario como requisito que el trabajador haya seguido en activo al menos un año más, una vez alcanzada la edad legal. El Gobierno se ha comprometido, en un plazo máximo de doce meses, a revisar en el marco de diálogo social, esta modalidad. 

Actualmente, la jubilación activa está reservada para cierto tipo de trabajadores y solo para aquellos que desempeñen su actividad en el sector privado. Las dos condiciones principales son: haber cumplido la edad legal de jubilación y tener derecho a cobrar el 100% de la pensión, o dicho de otro modo, haber cotizado los suficientes años para que la prestación sea el total de la base reguladora. 

El nuevo contrato para salvar el sistema

Precisamente, un grupo de reconocidos economistas y juristas organizados en torno a la Fundación para la Investigación sobre el Derecho y la Economía (FIDE) lanzó la semana pasada una propuesta parecida para garantizar la viabilidad futura del sistema de pensiones y respetar el derecho al trabajo de todas las personas, tengan la edad que tengan. 

Hablan de la creación de un nuevo "contrato compatible" que permitiría seguir trabajando a quienes se jubilan y cobran una pensión sin las limitaciones actuales, que cotizaría además un 9% por "solidaridad" con el sistema de la Seguridad Social 

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Tras varios meses de análisis, la propuesta plantea eliminar cualquier tipo de discriminación laboral por razones de edad porque, "desde el momento en que se alcanza la edad legal de jubilación, todas las personas, con independencia del sector donde desarrollen su actividad, deben poder elegir si continuar o no con su actividad". Recomiendan una revisión de la legislación para que la jubilación parcial actual funcione de verdad como modelo de relevo en la actividad por trabajadores más jóvenes y no sea una modalidad encubierta de jubilación anticipada. "Cualquier persona jubilada debería poder compatibilizar el derecho a la pensión con la actividad laboral, con independencia de la cuantía de su prestación", recalcan.

El nuevo contrato compatible sería temporal y por cuenta ajena, se podría extinguir de forma unilateral por cualquiera de las partes sin costes y no conllevaría la condición básica de haber cotizado todos los años necesarios para tener toda la prestación, como ocurre ahora.