Tsunami silencioso en el motor: "No me gusta la situación, temo por mi empleo"

  • El matrimonio Fiat y Renault
  • Los fabricantes emplean directamente a 240.000 personas y a 1,7 millones de trabajadores indirectos, que comienzan a verse afectados por EREs
Trabajadores en una cadena de montaje.
Trabajadores en una cadena de montaje.
EFE

"Si el sector del automóvil se resfría el empleo en España agarra una pulmonía". La contundente frase sale de los sindicatos UGT-Fica y de CCOO Industria. Y las ventas de automóviles siguen cayendo y plantas como la de Ford en Almussafes (Valencia) o la de Nissan en Ávila anuncian Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) y recortes en la producción. De hecho, en la factoría valenciana de la firma del óvalo se recolocará a 300 trabajadores del turno de noche con motivo de la caída de la producción y Ford España y el comité de empresa acaban de acordar este viernes las condiciones de un ERTE, expediente de regulación de empleo temporal, para 7.100 de sus 8.000 trabajadores los días 1,2,19 y 20 de agosto.

Antonio (nombre ficticio, "no quiero problemas con la empresa") tiene 38 años y dos hijos, lleva trabajando en la cadena de montaje de Ford en Almussafes desde hace 10 años y reconoce que teme por su empleo. "La producción ha bajado y el panorama es complicado. El tema del diésel, la llegada del coche eléctrico… Hay una reestructuración de Ford en Europa. Aquí estamos con el lanzamiento del nuevo 'Kuga, pero…". El presidente del comité de empresa, Carlos Faubel, también daba este viernes la voz de alarma: "¿Qué pasa cuando se acabe el lanzamiento del Kuga? ¿Qué va a pasar entonces con el empleo?". Porque en mayo, las ventas de automóviles han descendido en España un 7,3%.

La visión general habla de que la principal industria del país es el turismo, pero en realidad España es una gran fábrica de automóviles. El noveno productor mundial y el segundo del mundo. Las 17 plantas automovilísticas que hay en España, donde trabajan 240.000 personas, fabrican tres millones de vehículos cada año, de los que 1,2 millones son diésel y 2,3 se exportan. Una industria que representa un 10% del PIB, el 9% del empleo y más del 17% de las exportaciones y de la que viven, entre puestos directos e indirectos, 2 millones de trabajadores en España.

Unos trabajadores, como los de la factoría de Nissan en Ávila, que llevaron a cabo los pasados jueves y viernes 13 y 14 de junio sus dos primeras jornadas de huelga por la desconfianza de los trabajadores hacia las inversiones previstas por la empresa para la ‘reconversión’ de la factoría, que, por otro lado, la ha salvado del cierre. La factoría de Nissan Ávila cuenta con 570 trabajadores y cambiará la fabricación de vehículos por la de piezas de recambio y estampación, además del almacenaje y distribución de piezas.

El sector prevé que las ventas de automóviles seguirán cayendo producto de la nueva fiscalidad para la gasolina, la normativa sobre emisiones de CO2 o la incertidumbre de qué pasará con el diésel y en algunas fábricas ha saltado la voz de alarma. "No me gusta nada la situación y aunque aquí parece que todo va bien, comienzo a temer por mi empleo en el futuro" Quién habla así es Fernando, un trabajador de la factoría de Volkswagen en Landaben (Navarra). Una factoría que fabrica en exclusiva el Polo, y a la que, de cualquier manera, parece no afectarle la bajada de ventas de turismos en España porque está dedicada principalmente a la exportación.

Para hacerse una idea de lo que supone la planta de Volkswagen para Navarra, una de las comunidades más ricas de España, hay que tener en cuenta que entre directos e indirectos genera más de 10.000 puestos de trabajo, una auténtica ‘barbaridad’ para una región con 600.000 habitantes, y aproximadamente el 15% de su PIB. Cualquier navarro cuenta con un hijo, hermano, primo o amigo que trabaja en la Volkswagen y todo el mundo sabe que la planta del fabricante alemán es el pulmón de la economía navarra, como lo sabe perfectamente, Patxi, un trabajador de una empresa auxiliar, que también sufrió la regulación de su empleo durante el ERTE que fue aplicado a finales del pasado año en Volkswagen.

La palabra incertidumbre también se oye entre los 13.000 trabajadores de Renault en España (Valladolid, Palencia y Madrid) por el descenso de las ventas de turismos en nuestro país y por rumores como la frustrada fusión entre el grupo francés y el italiano Fiat o anuncios, como el de un grupo de consumidores franceses que hablaba hace unos días de que hasta 600.000 motores fabricados en España podrían ser defectuosos. Pese a todo parece que no hay señales de alarma en Renault por el momento, aunque la empresa sí que prescindió de 900 trabajadores temporales el año pasado, aunque para este 2019 anunció 500 nuevas contrataciones.

Pese al panorama de incertidumbre, plantas como la de Seat en Martorell (la mayor de España) o PSA en Vigo continúan produciendo a toda máquina, pero los datos dados a conocer por las patronales del sector, Anfac, Faconauto y Ganván no dejan lugar a dudas: Las matriculaciones de turismos y todoterrenos en el mes de mayo decrecieron un 7,3% respecto del mismo periodo del año pasado, hasta las 125.625 unidades, con los mismos días laborables de 2018. "Las matriculaciones recuperan de nuevo la tendencia a la baja, como llevan registrando desde septiembre del año pasado, con la excepción del pasado mes de abril, gracias al impulso de la Semana Santa. En el acumulado del año, las entregas de vehículos turismos y todoterrenos han caído un 5%, hasta las 561.953 unidades". 

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