Un testigo de los ataques en Iguala explica que la policía les disparaba directamente

    • "Estaban pegando a los estudiantes. La gente tenía tanto miedo de que les dispararan que se rendían. Pensaban que solo los iban a arrestar. Pero les esperaba algo diferente", relata Eusebio, de 19 años.

    • Según publica el diario mexicano El Universal, que ha tenido acceso a un documento confidencial, gracias a los nexos de su esposa, suegra y cuñados con Arturo Beltrán Leyva, el acalde de Iguala consiguió una fortuna considerable.

Un testigo de los ataques en Iguala explica que la policía les disparaba directamente
Un testigo de los ataques en Iguala explica que la policía les disparaba directamente

"El tiroteo duró mucho tiempo. Llegaban más policías y nos disparaban. Me tumbé en la parte de atrás del autobús. Algunos respondían tirando piedras. ¿Pero de qué sirven piedras contra pistolas? Ninguno de nosotros estaba armado." El que habla es Eusebio, de 19 años, un estudiante que participó en los trágicos sucesos que tuvieron lugar el pasado 26 de septiembre en el estado de Iguala, en México.

Según explica al diario Global Post, salió de la universidad rural para maestros en Tixtla, situada en el estado mexicano de Guerrero, para participar en las manifestaciones en protestas contra la discriminación que sufren en la repartición de plazas en favor de escuelas urbanas por parte del gobierno y en el posterior homenaje a los estudiantes caídos en la Masacre en Tlatelolco

Eusebio iba en uno de estos autobuses cuando un fue bloqueado por un coche policía. Los estudiantes salieron corriendo del autobús para intentar hacer que la Policía se moviera. Según los testigos, los agentes de seguridad empezaron a disparar a los estudiantes enseguida.

"Estaban pegando a los estudiantes. La gente tenía tanto miedo de que les dispararan que se rendían. Pensaban que solo los iban a arrestar. Pero les esperaba algo diferente", relata Eusebio.

"Los disparos llegaban de todas las direcciones y la Policía u hombres armados bloqueaban las salidas. Pero otro estudiante y yo conseguimos encontrar la salida a través de un callejón. Salimos corriendo a otra calle y allí había un hombre al lado de su casa. Al principio se mostró desconfiado, pero le explicamos que solo éramos estudiantes y nos dejó entrar en su casa. Nos quedamos allí hasta la mañana. Este hombre nos salvó", cuenta agradecido Eusebio.

Pocos vecinos de la localidad saben algo de lo que pasó aquella noche. Los estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa desaparecieron en el estado de Guerrero cuando protestaban contra la discriminación que sufren en la repartición de plazas en favor de escuelas urbanas por parte del gobierno de esa entidad. Al parecer, los estudiantes se apoderaron de tres buses para realizar protestas. La policía del lugar, argumentando que se los habían robado, persiguió a los jóvenes y disparó contra ellos. En ese lugar murió al menos un estudiante.

Varias horas después, cuando algunos de los estudiantes denunciaban lo ocurrido a periodistas, un grupo los atacó. Después se comprobó que dos armas de fuego de la policía local fueron utilizadas en el ataque. Seis personas murieron esa noche en Iguala: tres estudiantes, un futbolista, el conductor del autobús de los deportistas y una mujer que viajaba en un taxi y fue alcanzada por una bala.

Cuando los estudiantes se reunieron, descubrieron que al menos 58 de ellos faltaban. Quince de ellos aparecieron el lunes 29 de septiembre. Aún siguen desaparecidos 43 hasta que el domingo se descubrió una fosa con 28 cuerpos calcinados. Aunque por el momento se desconoce si los cuerpos pertenecen, los peores presagios se ciernen sobre los familiares de los estudiantes.

Los estudiantes pertenecían a la escuela de Ayotzinapa

La escuela a la que partencia los estudiantes estaba en Ayotzinapa, en el municipio de Tixtla y se fundó en el año 1926. Como la mayoría de las normales rurales impulsadas por el presidente Lázaro Cárdenas, el objetivo era que"diera educación a hijos de campesinos y obreros para que tuvieran más adelante una carrera", cuenta un estudiante.

"Conocemos el contexto que se vive en el estado de marginación, pobreza, bajos recursos... Y esta escuela es para gente que realmente lo necesita", añade.

El espíritu de esta Normal se rige por el socialismo que roza el comunismo, como atestiguan las referencias constantes sobre las paredes con frases y pinturas con las caras del Ché Guevara o figuras del socialismo ruso o chino.

Y es que el fin de esta institución, por la que pasaron hace ya varias décadas los líderes guerrilleros Lucio Cabañas y Genaro Vázquez, es estudiar para poder devolverle a la sociedad lo aprendido y tratar de luchar por un mundo mejor.Vinculan al alcalde con el crimen organizado

Un informe del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisne) confirma que José Luis Abarca, alcalde de Iguala, escenario de la desaparición de 43 estudiantes mexicanos hace más de diez días.

Según publica el diario mexicano El Universal, que ha tenido acceso a un documento confidencial, gracias a los nexos de su esposa, suegra y cuñados con Arturo Beltrán Leyva, "pudo levantar en poco años una fortuna considerable"

El documento interno fechado el 1 de octubre destaca que "el alcalde logró sobornar a los dirigentes estatales y nacionales del Partido de la Revolución Democrática, a través de la entrega de dinero en efectivo y apoyos en especie".La familia vinculada con el cártel del Guerrero Unido

Este diario describe también la relación que existe entre los familiares del alcalde prófugo de Igualda. Uno de sus cuñadas, Salomón Pineda Villa, tras ser excarcelado se convirtió en jefe del cártel. Otros dos cuñados, Alberto Pineda Villa y María Pineda, fueron durante años operadores del narco.

El informe revela que el pasado 26 de septiembre, alrededor de 100 estudiantes de la escuela Raúl Isidro Burgos quería trasladarse a la plaza de las Tres Garganta, ubicada en la ciudad. María de los Ángeles Pineda, esposa del alcalde, habría dicho a su jefe de seguridad, Felipe Flores Vázquez que les detuviese. El informe, contrario a los que dice el alcalde, siempre tuvo conocimiento de los hechos.El alcalde huido desde comienzos de esta semana

José Luis Abarca, el alcalde, lleva huido desde comienzos de esta semana. Se separó de su cargo con la excusa de facilitar las investigaciones, después de declarar que él tampoco vio ni oyó nada aquella noche de viernes.

Ni cuando sus policías tirotearon varios autobuses de estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa, ni cuando les volvieron a disparar en la calle en el momento en que ofrecían una rueda de prensa improvisada, ni cuando tirotearon otro autobús con un equipo juvenil de fútbol; él no supo nada. Nadie lo avisó.Reacción EEUU

La desaparición de 43 estudiantes en el estado mexicano de Guerrero es un "crimen preocupante que demanda una investigación completa y transparente" para que los responsables sean llevados a la justicia, dijo este martes la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki.

El gobierno estadounidense, añadió Psaki, "acompaña los reportes sobre la problemática desaparición" de los estudiantes y sobre el hallazgo de una "sepultura colectiva cerca de la ciudad de Iguala".

"Nuestros pensamientos y nuestros sentimientos están ahora con las familias y los amigos" de aquellos que están desaparecidos.

Por lo menos 43 estudiantes están desaparecidos desde hace más de 10 días después de ser interceptados en una carretera por fuerzas policiales en las afueras de la ciudad de Iguala.

En medio a denuncias de participación de policías en el episodio, el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto desplegó centenas de militares y fuerzas especiales en la región, al tiempo que el alcalde de Iguala, José Luis Abarca, se encuentra prófugo.

Convoys del flamante nuevo cuerpo de Gendarmería, fuertemente armados, han tomado el control de Iguala siguiendo las órdenes de Peña Nieto.

El hallazgo de fosas comunes donde se teme que haya estudiantes muertos desencadenó que el lunes el mandatario se comprometiera a esclarecer este caso y a castigar a los responsables.

Inmediatamente el Ejército desarmó a todos los policías municipales de Iguala (140.000 habitantes) que no habían sido detenidos en los primeros interrogatorios.

Esta misma jornada, el Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, señaló en una nota oficial que se sentía "consternado" ante las informaciones sobre lo ocurrido con los estudiantes en Iguala.

Insulza pidió que el esclarecimiento de este crimen "tan inhumano como absurdo",y apuntó que el episodio "enluta no sólo a los mexicanos sino a todos los países de las Américas".

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