Zurab Pololikashvili, secretario general de la OMT

"Una buena red de hospitales será una gran ventaja para recuperar el turismo"

El negocio turístico volverá cuando se genere la suficiente confianza para viajar a pesar del virus, pero con una estructura y unas condiciones de mercado nuevas y más selectivas. 

Secretario General de la Organización Mundial del Turismo
"Una buena red de hospitales será una gran ventaja para recuperar el turismo".
José González

El turismo ha sufrido un cataclismo de tal envergadura que sus consecuencias van a durar hasta bien entrado el año que viene, a la espera de que el sector vuelva a ser el motor de muchas economías, pero con unas pautas y una estructura diferentes a las que hasta ahora conocemos. Así lo advierte el secretario general de la Organización Mundial del Turismo (OMT), Zurab Pololikashvili, para quien esta disrupción del mercado turístico va a obligar a todos los países a partir de cero, con nuevas promociones y productos en los que la confianza y la seguridad van a ser la clave de bóveda, hasta el punto de que “contar con una buena red de hospitales se va a convertir en una de las cuestiones fundamentales para que un país recupere el sector cuanto antes”.

Este georgiano político y diplomático llegó a la OMT en enero de 2018, después de pasar por varias embajadas de su país, y se ha encontrado un año después ante uno de los mayores retos históricos del sector. Está inmerso en pleno verano en viajar y ver a todo el mundo, desde la UE a Canarias o Milán, conectado a todas horas para atajar como se pueda la sangría que todos los negocios que dependen del turismo van a sufrir. Desde el minuto uno de la pandemia, la OMT pidió apoyo para las empresas privadas a todos los gobiernos, vía créditos y con ERTEs, seguros de que “van a necesitar un apoyo más largo que otros sectores, porque va a ser muy difícil volver a los 1.400 millones de turistas anuales que se estaban moviendo en el mundo, cuando cerraremos este año con unos 300 millones. Vamos a necesitar un año o año y medio como mínimo para ver lo que ocurre y poder hacer unas previsiones creíbles”, advierte.

Los fondos para la reconstrucción que acaba de aprobar la UE son para la OMT una de las bases para la recuperación, y así se lo hicieron saber a los socios comunitarios a quienes pidieron soluciones ya en el mes de febrero. “Nunca se ha hablado tanto de turismo en la historia de Bruselas como en los dos últimos meses”, asegura, convencido de que no es un problema solo de puertas adentro de la UE, sino también de todos los mercados que le rodean. “La epidemia se centró mucho en Europa, y estoy seguro de que Europa va a ser el primer lugar donde va a crecer ahora la confianza necesaria para salir, porque es el lugar más visitado del mundo y es mucha la gente que trabaja en el turismo”, señala con mucho optimismo. “No son solo hoteles y restaurantes, son también aerolíneas y otros sectores, millones de empleos que están en juego y cuya vuelta depende de que seamos más responsables que antes y confiemos los unos en los otros a la hora de viajar”.

“Acabo de estar en Italia y no hay comparación con la situación de hace tres meses. Por eso soy optimista y pienso que el riesgo es ahora más bajo, que cuando teníamos miles de casos al día”, señala Pololikashvili para justificar su visión positiva a pesar de todo. “Muchos expertos hablan del riesgo de los rebrotes, pero es evidente que somos cien veces más responsables y hay más medidas sanitarias. Esa es la confianza que tenemos que hacer ver a las personas que viajan”, apostilla.

La hoja de ruta que desde la organización se contempla para el turismo, a nivel global, es muy clara: lo primero que hay que recuperar es la conectividad, los transportes, que han empezado ya con los destinos y viajes interiores, a los que seguirán los trayectos internacionales “con tiempo y confianza, porque primero hay que salir mentalmente del shock que supone haber estado más de tres meses confinados en casa”, algo que seguro que va a generar cambios en la estructura del negocio turístico. “Por ejemplo, los jóvenes van a viajar ahora más que la gente mayor, porque temen menos al riesgo”. Aún así, “los turistas van a ir a sitios más seguros, donde haya buena preparación de los profesionales y una red de hospitales preparada por si pasa algo. Va a haber algunas restricciones que se quedarán, como medir la temperatura y algunos protocolos que antes no estaban, pero que no van a molestar al turista”.

El movimiento en los hábitos de los viajeros también supondrá, a juicio del secretario general de la OMT, variaciones en el mercado de la oferta, “van a cambiar productos, temporadas y la gente irá en grupos menores y muy seleccioandos… Estamos analizando para ver cómo va a variar la estructura del sector por mercados, países, regiones, etc… Ahora hablamos desde Madrid, cuyo mayor mercado es América Latina, y viceversa… pero no hay ni un solo vuelo a aquella zona cuando hace muy poco teníamos cientos cada día. Todo depende de cómo va a evolucionar la pandemia aquí y allí”, señala muy gráficamente. “Hay que ver lo que ocurre en países importantes para el turismo, como Rusia, Reino Unido o EEUU… China va a apostar mucho para volver a enviar millones de turistas a Europa, y todo eso va a necesitar tiempo y trabajo, mucha promoción, y un cambio en la mentalidad de la gente”, explica. “Muchos países van a empezar su promoción desde cero y habrá mucha competitividad para ser líderes o volver a serlo”, remata.

Precisamente esa nueva competencia que se va a generar entre países para tener su parte del pastel turístico va a depender mucho de la innovación que sean capaces de aplicar en sus ofertas y sus servicios. Desde la OMT se hizo una convocatoria para startups para ver por donde se puede mejorar a medio plazo y “nos hemos encontrado con miles de productos nuevos en los que nunca habíamos pensado”, para cubrir los nuevos requerimientos que van a surgir; antes nunca habíamos pensado que nos tomarían la temperatura en los aeropuertos, y ahora hay plataformas digitales que van a cambiar nuestra vida y nuestros viajes tras la Covid”. El objetivo, conseguir que los viajes sean sostenibles, es decir, “con menos barreras, más accesibles, más fáciles y más seguros”, en palabras de Pololikashvili.

Esa sostenibilidad no supone, a juicio del responsable de la OMT, que se vayan a lanzar de forma oficial sellos y certificaciones de calidad, al contrario: “Desde el primer minuto no sabíamos, ni sabemos, cómo actuar con estos días tan difíciles de la crisis del virus. Por eso siempre evitamos dar un sello o una marca, para no confundir a la gente y para no cometer un error. Dar un sello a alguien significa dar una garantía, y hoy nadie está seguro de nada. Se pueden recomendar países y destinos, pero nadie puede garantizar al cien por cien que no vamos a encontrarnos con el virus, incluso con todas las mascarillas del mundo”.

La OMT tiene su sede en España, uno de los líderes mundiales del turismo que tendrá que volver a reinventar el negocio si quiere seguir siéndolo. Para su responsable, que también fue embajador de Georgia, nuestro país está muy bien situado en esa carrera, porque se diferencia mucho de otros países con una buena infraestructura sanitaria y está más avanzado por su dotación turística. “España tiene diversidad y puede abrir poco a poco todos sus destinos y recuperar uno por uno. Viendo los números, que ya no son los de febrero a abril, y manteniendo las formas y los protocolos, muy pronto España podrá volver como líder del turismo a nivel mundial, no tengo ninguna duda”, asegura. 

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