Presión por la guerra

La urgencia del pacto salarial aplaza la discusión del grueso del acuerdo laboral

La patronal y los sindicatos se abren a cerrar rápido solo la parte de la subida de sueldos y negociar en los próximos meses el resto del contenido al Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC).

(I-D) El presidente de CEOE, Antonio Garamendi; el líder de UGT, Pepe Álvarez; la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz; el presidente de Cepyme, Gerardo Cuevas; y el líder de CCOO, Unai Sordo, conversan durante el acto de firma del VI Acuerdo de Solución Autónoma de Conflictos Laborales (ASAC) entre CEOE y Cepyme, y CCOO y UGT, en la Fundación SIMA, en Madrid (España), a 26 de noviembre de 2020. 26 NOVIEMBRE 2020;YOLANDA DIAZ;ASAC Marta Fernández / Europa Press 26/11/2020
La urgencia del pacto salarial aplaza la discusión del grueso del acuerdo laboral
Europa Press

El Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (el conocido como AENC) se compone de dos patas: la subida salarial y el resto de condiciones laborales a regular en los convenios colectivos. La patronal y los sindicatos han empezado a negociar bajo una enorme presión que viene directamente desde Moncloa y en plena escalada de la inflación agravada por el estallido de la guerra en suelo europeo. Este escenario hace tan urgente alcanzar un consenso en materia salarial que los agentes sociales están dispuestos a cerrar ese capítulo con premura y posponer la negociación de otros aspectos que afectan a las relaciones laborales en las empresas, según adelantan a La Información distintas fuentes del diálogo social.

Tras la primera reunión mantenida el pasado jueves, el estado de situación es el siguiente: los sindicatos exigen subidas salariales de más del 5% y, en el mejor de los casos, la patronal está dispuesta a llegar al 3%. Como solución, CCOO y UGT se abren a rebajar su cifra, pero siempre que los empresarios accedan a incorporar cláusulas de revisión salarial que garanticen el mantenimiento del poder adquisitivo de los sueldos en el caso de que el IPC se desvíe de la previsión pactada en el convenio. La patronal rechaza estas cláusulas, pero en privado admiten que no supondría un gran problema aceptarlas, toda vez que el AENC establece recomendaciones y así lograrían situar la horquilla de subida salarial en un rango más bajo.

¿Por qué el 3%? Desde CEOE y Cepyme defienden que esa es la proporción en la que deberían subir los salarios porque, frente al 7,4% de IPC adelantado por el INE en febrero, la inflación subyacente (que excluye los elementos más volátiles de la cesta de la compra, como son la energía y los alimentos) está en el 3% y ese es además el nivel en el que cerró 2021 de media anual. ¿Y por qué el 5%? Porque los sindicatos son conscientes de que pedir subidas del 6%, el 7% o el 8% no es realista en este momento y están dispuestos a moverse hacia entornos más razonables, eso sí, siempre a cambio de las citadas cláusulas de revisión para garantizar el poder compra.

La cuestión de la subida salarial es el gran escollo. Y tanto la patronal como los sindicatos quieren superarlo pronto para cerrar un acuerdo cuanto antes. Desde el lado empresarial, urge concretar ya una cifra porque las previsiones apuntan a que el IPC seguirá escalando en los próximos meses, hasta tocar cotas del 10%, y es preferible pactar ya un porcentaje en base al escenario actual. Mientras, los sindicatos, quieren tener cuanto antes la garantía de que los sueldos de los trabajadores cubiertos por convenios colectivos se van a blindar ante la inflación con un pacto que permita incorporar herramientas de revisión que protejan las nóminas de la subida de los precios.

Tanta es la prisa que los agentes sociales están dispuestos a cerrar ahora solo la parte del acuerdo que tiene que ver con la subida salarial y dejar para más adelante el desarrollo del grueso del pacto plurianual. Los sindicatos no tendrían inconveniente en que la premura del pacto salarial posponga la negociación de otros contenidos más amplios que difícilmente pueden resolverse en cuestión de días y que tienen que ver con recomendaciones para incorporar a los convenios colectivos cuestiones como las referencias al teletrabajo, los planes de igualdad, la desconexión digital, la estabilización de la contratación o la puesta en marcha de sistemas alternativos de adaptación de jornada, entre otros asuntos.

Si bien los empresarios son partidarios de cerrar ya todo el ANEC. Según trasladan fuentes del diálogo social, la CEOE ha puesto una fecha sobre la mesa. La patronal ha planteado que el acuerdo esté concluido antes del 31 de marzo. Este tope no es casual, ya que, como se adelantó en estas páginas, los empresarios tienen la intención de aprovechar las directrices de la negociación colectiva para incorporar algunos elementos que permitan paliar el impacto de la nueva reforma laboral sobre las empresas. Y la normativa que acaba de aprobar el Gobierno entrará en pleno vigor a partir del 31 de marzo, que es cuando finaliza la vacatio legis.

Para Antonio Garamendi, en particular, es importante que ese AENC incluya elementos que amortigüen los efectos más perniciosos de la reforma laboral sobre las empresas porque es conocedor de que existe un movimiento silencioso promovido por varias patronales díscolas que están preparando una ofensiva contra el presidente por haber firmado una ley que les perjudica. Estas organizaciones empresariales están esperando, precisamente, a que la norma esté en pleno vigor a partir de marzo para empezar a difundir informes con datos concretos de afectación por sectores, por eso en CEOE urge cerrar cuanto antes la propia negociación interna, ya que el Comité Ejecutivo y la Junta Directiva tienen que votar el AENC.

Así las cosas, de demorarse la negociación de la segunda parte del AENC no podría ser durante mucho tiempo. Más bien, tendría que abordarse inmediatamente después de cerrar un pacto salarial. La presión que tienen encima tanto la patronal como los sindicatos es altísima y viene del mismo Gobierno. El presidente Pedro Sánchez ha pedido a los agentes sociales que alcancen un gran pacto de rentas que tenga en cuenta tanto los costes laborales como los márgenes empresariales para evitar los temidos los efectos de segunda ronda que enquisten una inflación alta en la economía y ha puesto a la patronal y los sindicatos como ejemplo de patriotismo. La presión, insisten desde el diálogo social, es "brutal".

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