Consecuencias del 28-M

El adelanto electoral aparcará 'sine die' cualquier pacto sobre política hídrica

La reapertura de las urnas y el 'tsunami' popular que anegó Aragón y Valencia hace imposible todo acercamiento entre PP y PSOE  sobre la sequía y la gestión de los recursos hídricos hasta después de las elecciones del 23-J 

Las urnas dejan en tablas la 'guerra del agua' y alejan el acuerdo entre PP y PSOE
Las urnas aumentan la presión sobre Sánchez para un 'Pacto Nacional del Agua'
Europa Press

Los acontecimientos van rápidos y las urnas se volverán a abrir el próximo 23 de julio, tras el adelanto del las elecciones generales anunciado hoy por el presidente del Gobierno. Un movimiento inesperado, por el que se disuelven las cámaras y dejará en manos de la Diputación Permanente el trámite de convalidar el último decreto atisequía con ayudas directas, rebajas fiscales, construcción urgente de infraestructuras y reducción de peonadas por un montante total de 2.190 millones de euros. Una lluvia de millones de euros al campo, que aún no se sabe si tendrá soporte europeo, y que ha caído en tierra baldía: Al 'tsunami' popular , por el que ha perdido los gobiernos de Aragón y Valencia, además de continuar al frente de Murcia, se une un ambiente electoral que acaba con cualquier posible acercamiento entre PP y PSOE alrededor de la política del agua. Ni siquiera el díscolo Emiliano García Page (Castilla - La Mancha) puede ser un apoyo, en esto también va por libre. 

Además el agua (la falta de esta, concretamente) puede ser otro terreno abonado para hacer campaña electoral, porque los enfoques en este 28-M han sido diferentes y la derecha tienen en el voto rural  una de sus caladeros naturales. PSOE encuadraba las políticas hídricas dentro de la lucha contra el cambio climático frente a los populares que apostaban por un 'Pacto Nacional del Agua' y la creación de una autoridad supraautonómica para coordinarlo.  En concreto, los socialistas reunían sus políticas hídricas bajo el  significativo epígrafe 'La acción de las comunidades autónomas en la lucha contra el cambio climático', con propuestas como la aprobación de leyes integrales del Ciclo Urbano del Agua, la elaboración de planes de adaptación del agua ante el cambio climático, el fomento de la participación ciudadana en la gestión hídrica, así como el desarrollo del Perte de Digitalización del Ciclo del Agua, entre otras. 

Mientras que para los populares, en materia de agua, han hecho del  'Pacto Nacional del Agua' "con la vocación de aportar soluciones en todo el territorio nacional", su principal compromiso electoral de cara a un futurible gobierno de Feijoo.  Una posibilidad más próxima tras lo sucedido ayer. Otras propuestas populares pasaban por la elaboración de planes de gestión de riesgos (inundaciones) a nivel autonómico y municipal; así como seguir con la modernización de regadíos.

Tajo-Segura, el trasvase de la discordia

Si hay una política hídrica que genera choques cíclicos entre comunidades autónomas independientemente del signo político es el trasvase Tajo - Segura.  El último episodio fue a propósito de los caudales ecológicos y enfrentó al hasta ahora presidente de la Comunidad Valenciana Ximo Puig (PSOE) con la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera y el presidente de Castilla - La Mancha, Emiliano García- Page, ambos también socialistas. Pero en otras ocasiones las diferencias han implicado también al máximo responsable de Murcia, en manos de los populares desde 1995. El motivo detrás de esta 'mini guerra civil' entre socialistas estuvo la decisión del ministerio de Ribera, de que el caudal ecológico del Tajo a su paso por Aranjuez (Comunidad de Madrid) se eleve  de seis a siete metros cúbicos por segundo desde el 1 de enero de este año, y pase a ocho en 2026. Ade más de que se eleve hasta los 8,65 metros cúbicos en 2027. 

El presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (Fenacore), Andrés Del Campo, recuerda que "hay más de 35 trasvases que funcionan principalmente para el abastecimiento y el regadío, que han ido bien". Sin embargo, no duda en hablar de "politización total" y de "problemas entre comunidades autónomas". En su opinón, en el caso del Tajo, han prevalecido "los criterios políticos no técnicos" y lamenta que tras 24 años de funcionamiento, no se hayan cálculado los caudales ecologicos desde un punto de vista técnico y exige alcanzar "un equilibrio".

En cualquier caso, Del Campo, exige que "el agua se mantenga al margen de la política, que se considere el bien común a la hora de la distribución y no el interés localista y político". A su juicio, es "imprescindible" un pacto hidrológico nacional que lleve el agua a donde sea necesaria. En este sentido, considera "una herramienta vital contra la sequía esa cesión temporal del uso de agua entre agricultores, que ya lo permite la Ley" y lamenta que, a pesar de las lluvias recientes, muchos agricultores se encuentren ante un dilema perverso: salvar los frutales o los cultivos perennes, los árboles, en detrimento de las producciones anuales.

Las danas, un alivio 

Para Del Campo, "las últimas precipitaciones ('danas'), llegan tarde, pero son bienvenidas porque pueden salvar algunos cultivos como los de verano, los girasoles y lo importante es que nos permite paralizar riegos y podemos aguantar otros 15 días, de tal manera, que se alarga la campaña y se completan los ciclos". De cualquier modo, para el representante de los regantes españoles se trata de "un respiro importante"  y "un buen riego", si no se reproducen en los próximos días temperaturas excesivamente elevadas. "En este momento a todos les viene bien, sobre todo, a los cereales que están a punto de germinar", concluye Del Campo quien cree que el mejor escenario es que siga cayendo agua del cielo. 

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