Uruguay vende aviones de Pluna pero no despeja duda sobre su navegación aérea

  • Uruguay vendió hoy en subasta por 137 millones de dólares siete aviones de la quebrada aerolínea Pluna a la firma española Cosmo, en un acto que sirvió para saldar deudas del Estado, pero que no despejó las incógnitas sobre el futuro de la navegación aérea del país.

Álvaro Mellizo

Montevideo, 1 oct.- Uruguay vendió hoy en subasta por 137 millones de dólares siete aviones de la quebrada aerolínea Pluna a la firma española Cosmo, en un acto que sirvió para saldar deudas del Estado, pero que no despejó las incógnitas sobre el futuro de la navegación aérea del país.

Extrabajadores y acreedores de Pluna se mostraron sorprendidos por la aparición de la empresa Cosmo, que pujó al alza por los aparatos Bombardier CRJ 900, y con dudas sobre si esta venta permitirá recomponer la conectividad aérea de Uruguay y los puestos de trabajo de Pluna perdidos.

En una comparecencia de prensa sin preguntas, el ministro de Transporte, Enrique Pintado, señaló que el Ejecutivo está "satisfecho" con la subasta y con haber puesto fin a las "especulaciones" sobre si se conseguiría vender las aeronaves, compradas por Pluna con el aval del Estado.

Al mismo tiempo, Pintado reconoció que se abre en Uruguay una "nueva etapa" a la espera de saber qué hará Cosmo con los aviones para ver si se puede cumplir con todos los objetivos trazados tras la liquidación de Pluna.

El bajo perfil de la empresa española, cuya página web está en construcción y sobre la que apenas hay alguna referencia en la red, fue motivo de especulación durante todo el día e incluso de errores a la hora de identificarla, pues inicialmente las autoridades se refirieron a ella como Cosmos y no Cosmo.

Con la venta, Uruguay pretendía tanto recuperar el dinero de la compra de las aeronaves y pagar así a sus acreedores, lo que ya logró, como recuperar las rutas que dejaron de operarse, mantener una aerolínea con sede en el país y recuperar el empleo de los 900 trabajadores de Pluna, lo que aún está por ver.

Cosmo, con base de operaciones en Madrid, especializada en vuelos chárter y que opera en Europa, fue la única que pujó en una subasta que había levantado una gran expectación y que había sido postergada el pasado 12 de septiembre por el bajo número de ofertantes.

En apenas siete minutos el representante de la empresa, Antonio Sánchez, se hizo con los aviones, que en función del pliego de la subasta, podrán ser empleados libremente por su comprador.

En un breve contacto con los periodistas antes de la subasta, Sánchez dio a entender que la empresa no estaba interesada en volar en Uruguay, ya que su negocio estaba en Europa, y que por lo tanto los aviones no se quedarían en el país.

En el mismo sentido se expresó el presidente de la Asociación Uruguaya de Agencias de Viajes (Audavi), Sergio Bañales, quien consultado tras la subasta reconoció que Cosmo "trabaja sobre todo en países escandinavos" alquilando aviones desde hace tiempo.

Bañales se mostró sin embargo optimista sobre la posibilidad de que la empresa deje aviones en la región "porque evidentemente esta gente está abriendo también un negocio aquí en Suramérica".

Según dijo a la prensa el representante sindical de los ex pilotos de Pluna Francisco Mazzilli, el Gobierno prometió a los trabajadores que haría todo lo posible para que en comprador de los aviones se quedara en Uruguay y diera empleo a los ex trabajadores de Pluna.

"Nosotros dijimos que con una subasta podría ocurrir que el comprador se llevara los aviones, y los rumores que corren es que la empresa española se llevará los aviones a otro país, por lo que vamos a reclamar que cumpla con su palabra", indicó el piloto.

En este sentido, señaló que una de las opciones que se manejan es que el Estado uruguayo emplee los otros seis aviones de Pluna que no se subastaron para montar una nueva aerolínea de bandera uruguaya.

Pluna era propiedad del grupo argentino Leadgate en un 75 % y del Estado uruguayo en el 25 % restante y era responsable de cerca del 80 % del tráfico aéreo del país.

Para recuperar esas conexiones, el Gobierno estableció que al comprador de los aviones se le darían facilidades para adquirir y operar las rutas de Pluna si quería hacerlo.

En Uruguay se especuló con que en la puja entrarían la venezolana Conviasa, la argentina Sol y BQB, propiedad del empresario argentino Juan Carlos López Mena, dueño de la naviera Buquebus, además de la empresa de autobuses de Montevideo, CUTCSA.

Según las normas de la subasta, si nadie hubiera pujado al alza, se hubiera podido rebajar el precio a cambio de que los aviones se quedaran obligatoriamente en el país.

Mostrar comentarios