Crece la preocupación social

AstraZeneca da el primer gran golpe a la vacunación y la recuperación económica

El dictamen de la EMA admitiendo posibles vínculos del suero con los trombos aparecidos en algunos pacientes genera dudas sobre la viabilidad de su uso. España la ha administrado a 2 millones de personas.

La ministra de Sanidad, Carolina Darias, durante la reunión con sus colegas de la UE por la vacuna de AstraZeneca
AstraZeneca da el primer gran golpe a la vacunación y la recuperación económica
Pool Moncloa/Fernando Calvo

El varapalo que ha puesto en jaque la campaña de vacunación europea contra el coronavirus ha llegado tres meses después de su inicio. El dictamen de la Agencia Europea del Medicamento admitiendo que las dosis de AstraZeneca pueden tener relación con los casos de trombos que han sufrido algunos ciudadanos del continente ha puesto en cuestión un proceso que empezaba a coger ritmo y que suponía la base para la recuperación económica. La polémica de la vacuna británica alimenta las dudas sobre una inmunización que debutó con problemas, después de que se desaconsejara su administración a los mayores de 65 años. El debate ya se ha instalado en la sociedad, con sectores de población que expresan sus reservas sobre ponérsela por estos posibles efectos secundarios. Las autoridades y los estados europeos también tienen que afrontar una situación nada favorable a sus planes. Todo un cóctel que pasa factura a la tan ansiada recuperación económica.

Las previsiones del rebote de la actividad tras la crisis sanitaria situaban ese hito en el tercer trimestre, coincidiendo con la campaña de turismo del verano, que debe asentarse en una buena gestión de las vacunaciones entre abril y junio, después de un inicio descorazonador. La consolidación de todos esos elementos para recuperar la actividad se esperaba para final del verano. La expectativa es que, para entonces, más del 70% de la población de la UE hubiera recibido al menos una dosis de las inmunizaciones disponibles. Para ello se contaba con los 300 millones de viales que Bruselas adquirió a la farmacéutica de la vacuna que desarrolló conjuntamente con la Universidad de Oxford. De ellos, más de 31 correspondían a España, que para los nueve primeros meses tiene previsto recibir un total de 13 millones, de los cuales ya ha administrado cerca de 2,1 millones. 

La resolución de la EMA (siglas en inglés de la Agencia del medicamento europea) pone el foco sobre esos diez millones de dosis pendientes que el Gobierno central tenía previsto que las comunidades autónomas administraran hasta septiembre. La última directriz del Ministerio de Sanidad es la de limitar la inyección a quienes tengan entre 60 y 65 años. Una recomendación que ha puesto sobre la mesa a las autonomías tras la reunión de los ministros del ramo de la Unión Europea, donde se ha analizado ese informe sobre el suero de la farmacéutica. En esa línea, la Agencia Española del Medicamento ha señalado en una nota que la mayoría de casos de trombos se registraron en mujeres menores de 60 años. Pero el organismo ha dejado claro que tan solo se han registrado algo más de 80 casos de trombos y 18 fallecimientos entre más de 25 millones de personas que la han recibido. 

Más allá de las decisiones tomadas por los estados miembro y el departamento sanitario que dirige Carolina Darias, la desconfianza ya ha llegado a la sociedad. Cada vez se conocen más casos de ciudadanos que admiten su rechazo a vacunarse con AstraZeneca por esos posibles riesgos que, según la EMA, son inferiores a los beneficios contra el coronavirus. También se han registrado casos de colectivos que han renunciado a la cita en la que se les iba a inocular el suero. Incluso entre quienes la han aceptado finalmente también empecen a crecer las dudas, según varios de ellos con los que ha contactado esta redacción.

Hasta el momento, 2.154.772 ciudadanos del país han recibido la inyección de AstraZeneca. La mayoría tienen entre 18 y 55 años, debido a que en principio se desaconsejó que quienes tienen más años la recibieran por la falta de ensayos clínicos en colectivos de esas edades. Posteriormente, se corrigió, y se amplió a quienes tenían entre 55 y 65. La decisión se produjo pocas semanas después de que varios países suspendieran por unos días el uso de estas dosis por esas sospechas de que generaban trombos. España fue uno de los últimos en sumarse a un camino que iniciaron Alemania o Francia. Lo que fue el primer alto en el camino para poner en duda todos los planes de vuelta a la normalidad que permitieran reactivar una economía golpeada durante más de un año. 

Ahora, ha sido Castilla y León la que ha vuelto a reabrir el debate por su decisión de paralizar la campaña por los posibles trombos en España. Pero la clave está en la regresión que todo este proceso supone para la recuperación de la confianza en la economía, el consumo y la inversión, algo sin lo cual no saldremos de la crisis económica que ha provocado el virus. 

Las previsiones de la UE, en el alambre

El año 2020 provocó el mayor desplome en la economía de la UE desde su creación. El PIB cayó de media un 6,4% en todo el año, y un 0,5% en el último trimestre. Las previsiones de la Comisión Europea apuntaron a que la eurozona crecería un 3,8% en 2021, rebajando así sus previsiones de otoño. La vicepresidencia económica de Nadia Calviño estimó que el crecimiento inercial del PIB sería del 7,2% este año, que se elevaría hasta un 9,8% gracias a las ayudas europeas. Todo siempre bajo la esperanza del funcionamiento de las vacunas. La realidad de un inicio de año poco favorable para la actividad ha provocado que Pedro Sánchez haya asumido que tendrán que revisar sus previsiones a la baja. Incluso aunque el mismo martes el FMI le diera un balón de oxígeno apuntando a que el alza española será del 6,4%, mejorando así el 5,8% que pronosticó en enero. 

El conocido ya como 'caso AstraZeneca' puede provocar que haya que pensar en una corrección 'extra' a la ya anunciada por Sánchez este martes tras el Consejo de Ministros. El jefe del Ejecutivo ha admitido en numerosas ocasiones que la mejoría económica dependía en una gran parte del proceso de inmunización de la población. Un plan al que iban a dar impulso al contar desde abril con decenas de miles de dosis de la vacuna de Janssen, a las que se sumarían en las próximas semanas las de Sanofi y CureVac. El objetivo es llegar a finales de agosto con el 70% de la población vacunada. Los 10 millones de dosis pendientes de AstraZeneca eran una pieza clave de ese esquema elaborado por Moncloa. Está por ver que las dudas por los efectos secundarios alteren un ritmo con el que se quiere salvar el verano y llegar a 2022 con la normalidad recuperada. 

Mostrar comentarios