Valencia busca la antigua categoría de sus corridas de julio

  • En el que ya parece un largo y desigual empeño, la plaza de toros de Valencia sigue intentando recuperar la antigua categoría de su Feria de Julio, que hasta hace unas décadas era la más importante de la ciudad y que comienza mañana con una interesante novillada con picadores.

Paco Aguado

Valencia, 22 jul.- En el que ya parece un largo y desigual empeño, la plaza de toros de Valencia sigue intentando recuperar la antigua categoría de su Feria de Julio, que hasta hace unas décadas era la más importante de la ciudad y que comienza mañana con una interesante novillada con picadores.

Con el cambio de los hábitos de ocio de la sociedad española, las corridas falleras -tradicionalmente, apenas dos festejos puntuales- fueron ganando preponderancia y número hasta dejar relegado a un segundo plano el ciclo de julio en el global de la temporada valenciana.

Desde entonces, varias empresas han intentado sucesivamente variar la tendencia y devolver a la también llamada feria de San Jaime su antiguo esplendor, pero sin encontrar nunca la misma respuesta de público que en las corridas falleras.

Solo Simón Casas lo logró en 2011, cuando tuvo la suerte de que José Tomás eligiera Valencia como escenario de su reaparición en los ruedos tras el gravísimo percance sufrido en la plaza mexicana de Aguascalientes.

Consciente de los excelentes resultados que tuvo en la taquilla y en el número de abonados la contratación del torero de Galapagar, el empresario francés volvió a llegar a un acuerdo con él para esta misma feria, pero la lesión sufrida por José Tomás en el mes de marzo ha impedido finalmente su anuncio en los carteles.

La alternativa por la que ha optado Casas para suplir tan importante ausencia, sin que se resienta demasiado el tirón taquillero, ha sido la de cerrar varios mano a mano entre primeras figuras del toreo, en una fórmula ya muy extendida esta temporada.

Y así es como el del próximo viernes 26 -con El Juli y José María Manzanares, enfrentados ante un corrida de Domingo Hernández- y el del sábado 27 -Morante de la Puebla y Alejandro Talavante, con toros de Juan Pedro Domecq y Victoriano del Río- se decantan como los carteles estelares y de mayor demanda del abono.

Pese al intenso calor previsto para esos días en Valencia, es muy probable que ambos festejos presenten las mejores entradas del ciclo, pues ofrecen suficiente interés como para hacer salir al público de las playas.

Salvando las distancias, eso fue lo que sucedió en 1959, cuando en esta misma plaza, abarrotada de público, Luis Miguel Dominguín y Antonio Ordóñez, en un duelo tanto taurino como familiar, le dieron argumentos a Ernest Hemingway para su "Verano sangriento".

En el cierre del domingo 28, forzado también por la lesión del anunciado Fermín Bohórquez, habrá otro mano a mano más entre los rejoneadores Andy Cartagena y Diego Ventura, que reeditarán la triunfal competencia que mantuvieron el pasado día de San José.

Esos tres enfrentamientos directos son la seña de identidad de un ciclo que, siempre sobre la base ganadera de la sangre Domecq, también tiene otras citas de gran interés taurino, por mucho que no vayan a provocar tanta demanda taquillera.

Una de ellas es la novillada de apertura, en la que debutará con picadores el octavo miembro de la dinastía mexicana de los Armillita junto a dos noveles con buen ambiente entre los aficionados: el valenciano Román y el madrileño Martín Escudero, familiar del ganadero Victorino Martín.

Para el día siguiente, miércoles 24, se anuncia un cartel nada rutinario con la presencia de Finito de Córdoba, de quien todavía se recuerdan sus dos bellas faenas de Fallas, Juan José Padilla e Iván Fandiño, torero en racha que sustituirá a Manuel Díaz "El Cordobés", asimismo lesionado en su mano derecha.

Y justo antes de los mano a mano, una terna de habituales en las ferias -El Fandi, Castella y Luque- le servirá a la empresa para cumplir con el pliego de condiciones firmado con la Diputación.

Durante las últimas semanas, un gran despliegue publicitario se encarga de comunicar por toda la ciudad los alicientes de una feria que sigue a rebufo de las corridas falleras y que será el último abono que organice Simón Casas antes de que la plaza vuelva a salir a concurso.

El empresario francés ya ha expresado su negativa a aceptar la prórroga de un año de gestión a la que tiene derecho, esperando que la Diputación Provincial, propietaria del coso, redacte un nuevo pliego de condiciones que se adapte a las duras circunstancias económicas por las que atraviesa el país.

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