Valerio vs. Granado: reunión de urgencia para hacer las paces tras la última pelea

  • La ministra estalló contra su 'número dos' por unas declaraciones sobre la necesidad de bajar el coste medio de las pensiones de viudedad.
Magdalena Valerio y Octavio Granado
Magdalena Valerio y Octavio Granado

La ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, y su secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, han celebrado una reunión de urgencia este mismo miércoles para aclarar posturas ante su último malentendido ante los medios y para evitar que las diferencias entre las declaraciones de ambos vayan a más, ahora que se está acabando la legislatura. La ministra matizaba este miércoles durante un acto de partido unas declaraciones sobre las pensiones de viudedad que su ‘número dos’ hizo el día anterior y que, a su entender, llevaban a una conclusión contraria a lo que realmente se pretende, pero lo hacía con unas palabras muy duras, casi explosivas, que llevaban a pensar en un enfrentamiento entre los dos a apenas un mes de las elecciones del 28-A.

Desde el entorno del Ministerio se asegura que ambos han puesto en claro sus posturas en una reunión y se han marcado una estrategia con el objetivo de lanzar a la opinión pública el mensaje correcto: las pensiones de viudedad no van a bajar a corto plazo, al contrario, van a subir las que están más bajas, en línea con lo que la ministra Valerio ha asegurado este miércoles en Guadalajara. Otra cosa es que ese proceso haga que, más a largo plazo, la pensión media de viudedad, que ahora está en el entorno de los 700 euros, pueda reducirse, dado que la mejora de las menores acortará la diferencia que ahora existe con las que son más altas.

En la corta legislatura de ocho meses que ha pasado, la ministra siempre ha sido muy generosa en sus explicaciones ante los medios de comunicación (salió entrevistada en un periódico económico antes incluso de tomar posesión), sobre todo ante los temas candentes que le ha tocado lidiar, como la reforma laboral, las pensiones, la inmigración o la subida de los salarios en el marco del diálogo social. Pero su responsable de Seguridad Social no le ha ido a la zaga.

Octavio Granado se ha visto obligado a matizar en más de una ocasión sus palabras por salirse del guión marcado desde el Ministerio en algunas materias sensibles. Sus declaraciones sobre las pensiones de viudedad han sido únicamente la gota que ha colmado la paciencia de su ‘jefa’, la ministra Valerio. En un evento de partido en Guadalajara, provincia por la que la titular de Trabajo va de número uno al Congreso en la lista electoral, fue muy dura al advertir que Granado "opina en alto, va a conferencias, a charlas, él opina, opina… a veces no se da cuenta de que forma parte de un Gobierno… y de vez en cuando tengo que ir yo aclarando algunas cuestiones”.

Las palabras de Octavio Granado sobre la necesidad de vincular la prestación por la pensión de viudedad al nivel de renta de sus perceptoras -pese a sus matices en relación a que eso no se haría a corto plazo y que habría que abordarlo a futuro- desencadenaron titulares sobre un “tijeretazo” a este tipo de prestaciones que, a juicio de Valerio, no se corresponden con la realidad. 

Un rosario de malentendidos

El planteamiento de Granado a este respecto, que comparten buena parte de las fuerzas políticas representadas en la última Comisión del Pacto de Toledo y la totalidad de los organismos internacionales, mira más a la sostenibilidad futura de las cuentas de la Seguridad Social que a los cálculos electorales del Partido Socialista y así se lo ha hecho ver de forma contundente la ministra de Trabajo.

Granado, que asumió el cargo bajo el principio de que sabía que sería una gestión corta y que se iba a volcar en tomar las medidas que él creía necesarias para estabilizar las cuentas de la Seguridad Social, no ha entrado en cálculos políticos y eso le ha valido la enemistad de la representación socialista en el Pacto de Toledo, que no ha terminado de entender determinadas declaraciones del principal portavoz del Gobierno en materia de Seguridad Social en momentos clave de la negociación en la comisión parlamentaria. 

El caso más paradigmático se dio cuando el secretario de Estado de Seguridad Social aseguró que actualizar las pensiones solo con el IPC tenía "efectos perversos" y defendió la definición de un mecanismo de actualización de las pensiones que orbitara en torno al IPC pero tuviera en cuenta otras variables como el crecimiento económico o la evolución de los salarios en un contexto en el que el PSOE estaba defendiendo en el Pacto de Toledo la fijación del IPC como referencia única para actualizar las pensiones, como camino básico para garantizar el bien superior de preservar el poder adquisitivo de los pensionistas.

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