Verdades y mentiras sobre el 'crack' de la economía española

  • ¿Qué hay detrás de los informes que han publicado agencias de calificación y bancos de inversión en los últimos días? Algunas de sus conclusiones son verdades absolutas, pero otras pueden ponerse en entredicho.
Ana P. Alarcos
Ana P. Alarcos

¿De verdad nos tenemos que creer que la economía de Jamaica es más sólida que la española? ¿O, como aseguró el banco suizo Credit Suisse el pasado día 12, que los créditos en España están más expuestos al riesgo que en Kazajstán? Entonces, ¿cómo es posible que Eurostat reconozca que el poder adquisitivo de los españoles es superior al que registra la media comunitaria? ¡Qué contradicción! No somos los más guapos de la clase, está claro, pero tampoco estamos entre los más feos.

En los últimos días los informes de las firmas internacionales han dejado por los suelos a las principales economías mundiales y, sobre todo, a la española. Sin embargo, dentro de esa panorámica apocalíptica que han realizado acerca de la situación económica y financiera internacional aciertan al señalar que la locomotora de Europa, Alemania, está a años luz, pero de ahí a asegurar que España lidera el "índice de miseria" hay un paso.

El pasado 9 de diciembre la agencia Standard & Poor's (S&P) rebajó la perspectiva de la calificación del crédito español a corto plazo de estable a negativa,al considerar que las medidas políticas para hacer frente a losdesequilibrios económicos aún no se han materializado. Además, advertíaque la nota podría seguir bajando en los próximos años si esosestímulos seguían sin dar sus frutos. Aunque la noticia hizo activar laalarma, pero no la hizo saltar. De eso se han encargado la entidadCredit Suisse y la agencia Moody's, cuyos informes han ido un poco máslejos.

El banco suizo publicó un informe el día 11 en el que afirmaba que España es la segunda economía más frágil de la eurozonayla sexta más vulnerable de un conglomerado de 43 potencias(desarrolladas y emergentes). Para llegar a esa conclusión, losanalistas manejaron ocho variables, entre las que se encontraban labalanza por cuenta corriente, el déficit público, el volumen de deuda oel potencial de crecimiento. Y el resultado fue el siguiente: laseconomías de Kazajstán, Colombia o Egipto son más fuertes que laespañola.

Pero el gran protagonista en vaticinar el apocalipsis de la economía española ha sido la agencia de calificación Moody's, que ayer situó a España en el número uno del "Indice de miseria".Esta vez los analistas han tomado como referencia dos variables: eldéficit fiscal y la tasa de desempleo. Sumando los últimos datos queregistra España en estos indicadores macro, la puntuación final es 30(10% de déficit unido al 20% de paro), más del doble que la de Italia(que obtiene 14 puntos), una economía que puede compararse en teoríacon la nuestra. Para Rafael Pampillón, profesor de IE Business School,"lo que están previendo estos informes que la economía española sufrirámucho en 2010, mientras que Francia y Alemania ya están creciendo.España, para seguir sus pasos, tiene que cambiar el modelo productivo".

En base estos resultados, la agencia británica asegura que Españaes el país avanzado con mayor riesgo financiero de cara a 2010. Algocurioso sobre todo porque han mezclado dos índices muy distintos. Jesús Palau, profesor de ESADE,asegura que "se podía haber escogido un índice distinto como, porejemplo, la deuda sobre el PIB y la tasa de paro. Italia tiene unadeuda pública sobre el PIB del 119%, mientras que la de España nosupera el 65%. Así que, ¿aquí quién tiene más problemas: el que debe119 o el que debe 64?".

En este sentido, Pampillón, comenta que "la clave está en qué criterio utilizas para construir el índice de miseria. Arthur Okun diseñó el primer índice de miseria con la suma de la inflación y el desempleo,en cambio, ahora Moody's toma como referencia el déficit con eldesempleo. Pero, por encima de todo, Okun es conocido porque fue elprimero en demostrar algo que ahora parece tan simple, como que sicrece la economía, crece el empleo".

Las diferencias que, a priori, existen entre ambos paísesmediterráneos lo pone en duda S&P, la otra gran agencia de la City.Para el profesor de ESADE, "es cuanto menos curioso porque Standard & Poor's nos da una calificación de AA+, mientras que a Italia la deja en A+".

La economía española no va bien y en este sentido no hay argumentos en contra. Para empezar, nuestra crisis es doble porque a la económica y financiera le salió otro 'brazo', relacionado con la caída del sector de la construcción y el estallido de la burbuja inmobiliaria. Por este motivo, seremos la última de las grandes economías europeas en abandonar la recesión, algo que ya no dejó claro Eurostat. Si las previsiones apuntan a que en el próximo ejercicio los principales 'Productos Interiores Brutos' empezarán a crecer, a España aún le quedan varios trimestres en números negativos.

Sin embargo, no podemos olvidarnos de la tasa de paro, un indicador que duplica la media de la eurozona y encabeza la lista de lostreinta miembros de la Organización para la Cooperación y el DesarrolloEconómico (OCDE). Es el gran lastre que soporta nuestro modelo económico. Sobre todo porque para combatirlo es necesaria una reforma estructural, un cambio profundo que no se consigue de un día para otro.

A pesar de que los analistas de estas firmas cuentan con cierto prestigio en el mundo de las finanzas, sus predicciones y estudios no siempre aciertan. Unos días antes de la caída de Lehman Brothers, por ejemplo, S&P le otorgaba una calificación de triple A, un sobresaliente en toda regla. Tampoco vaticinaron nada acerca de los planes de Bernard Madoff, el mayor estafador de la historia. Por ello, "hay que hacerles un caso relativo", aconseja Palau, "porque me da la impresión de que a veces se utilizan unas variables en vez de otras, según interese en cada momento". Sin embargo, aciertan en una cosa que Pampillón resume en una frase: "Al final, la evolución del déficit va a depender del gasto y de la recaudación, y el problema de España es que, por el momento, no va a haber una recaudación importante, debido al aumento del paro y a los menores beneficios empresariales, y en cambio va a seguir el gasto público".

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