70% desde agosto

Los viajes de turismo de lujo se disparan desde septiembre y hasta fin de año

Aunque el sector acabó el verano con buenas cifras y destinos estrellas destacados, ha sido a partir de septiembre cuando se ha registrado un crecimiento "exponencial" en el turismo vacacional y corporativo.

Pasajeros cerca de páneles informativos en la terminal T4 del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, en Madrid (España), a 11 de septiembre de 2020. Terminal T4 del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, en Madrid (España), a 11 de septiembre de 2020. Los aeropuertos de la red de Aena, el Adolfo Suárez Madrid-Barajas entre ellos, cerraron agosto con unos 8,9 millones de pasajeros, lo que representa un 69,6% menos que en el mismo mes del año anterior. 11 SEPTIEMBRE 2020;VIAJES;TURISMO;AIR EUROPA;PASAJEROS Jesús Hellín / Europa Press (Foto de ARCHIVO) 11/9/2020
Pasajeros en la terminal T4 del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, en Madrid.
Europa Press

Los viajes de turismo de lujo se han disparado desde septiembre y hasta fin de año, con un incremento del 70% con respecto al mes de agosto, tras un buen verano y ante las ganas de los viajeros de salir de España y la apertura paulatina de destinos. Aunque el sector acabó la temporada estival con buenas cifras y destinos estrellas destacados, como Maldivas, Costa Rica y diversos países de África, como Tanzania, ha sido a partir del 1 de septiembre cuando se ha registrado un crecimiento "exponencial", tanto en el turismo vacacional como en el corporativo.

Según la directora ejecutiva de Atlantida Travel, Pilar Vivet, desde septiembre no dejan de entrar peticiones y reservas para viajes planificados hasta fin de año, sobre todo familiares. También ha aumentado el presupuesto de los viajes y, si en esta agencia de lujo la media era de unos 5.000 euros por persona, ahora es de 1.000 euros más por el ahorro que mucha gente ha conseguido en pandemia y que les ha permitido alargar sus estancias y darse más caprichos.

Para Vivet, venimos de una "travesía en el desierto" que ha cambiado "todos los paradigmas", entre ellos las preferencias de los viajeros, que apuestan claramente por espacios abiertos y naturaleza. Por ello, algunos países africanos se están convirtiendo en uno de los destinos más demandados, con los safaris como producto estrella ya que, una vez allí, los turistas viajan en coche particular y se encuentran con la inmensidad de los parques naturales, algo que echado en falta en pandemia.

Otro de los destinos preferidos, Costa Rica, ya tiene todos los hoteles de alta gama completos para Navidad y fin de año y hay muchas peticiones también para viajar a Japón en cuanto abran las fronteras. De la misma manera, Asia seguirá siendo un destino muy demandado a medida que los países abran sus puertas al turismo, como ocurrirá en breve con Tailandia, Singapur o India.

Una nueva tendencia que ha llegado con fuerza entre los clientes que se lo pueden permitir es la reserva de aviones y barcos privados para trayectos, principalmente, cortos, que ofrecen más seguridad ya que permiten compartir espacio solo con la familia o los amigos. También ha ganado terreno la demanda de villas, alojamientos con todos los servicios de un hotel que facilitan la privacidad de los clientes.

Las agencias de turismo de lujo ya están estudiando diversos productos que son tendencia en otras partes del mundo y que todavía no han llegado a España, como los "viajes filantrópicos". Este tipo de experiencias ya se da en Estados Unidos, donde hay gente de alto poder adquisitivo que busca hacer un "viaje diferente", explica Pilar Vivet, que pone el ejemplo de un turista estadounidense que aportó dinero y viajó a una reserva de Sudáfrica que desarrollaba un programa para cortar los colmillos a rinocerontes y, así, evitar que sean cazados por furtivos.

En el norte de Europa, algunas agencias organizan subastas entre los viajeros con fines benéficos que van destinados desde a promover edificaciones en colegios en países africanos a actos en favor de los animales. Otra tendencia que empieza ahora son los hoteles 'pop up' o efímeros, que se crean en plena naturaleza para un cliente de un nivel adquisitivo altísimo que disfrutará de algo "único e irrepetible": eso sí, este tipo de alojamientos, en medio de Islandia, por ejemplo, puede costar entre 300.000 y 600.000 euros en función del número de personas.

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