Virgencita, que me quede como estoy

  • El mercado, en general, sigue siendo bajista, una tendencia que arrancó a principios de mayo. Por eso, de momento no hay motivos para lanzarse a la búsqueda de gangas entre los grandes valores. No obstante, hay que destacar que los blue chips españoles están en una lógica bajista mucho más contenida que en otros parqués europeos.
FinancialRed/Antonio Rodríguez

Estos últimos días corren sensaciones por el mercado que ya conocemos. Salvando las distancias, se palpa algo parecido a aquella locura que embargó a las bolsas mundiales en octubre y noviembre de 2008. Por momentos, los operadores parecen estar dispuestos a atravesar en tropel la frontera que separa el miedo contenido del pánico desatado.

Y, para muestra, lo ocurrido el viernes con los bancos italianos puede ser un buen ejemplo de lo dicho. Esperemos que este sentimiento no se instale en nuestra banca, ya bastante castigada en algunos casos.

Puestos entre la espada y la pared, preferimos el mantenimiento de esa lógica bajista de medio plazo que reflejan los canales de líneas naranjas en los gráficos adjuntos de Santander y BBVA, que una estampida que haga saltar el soporte que el suelo de esos canales bajistas representa.

¡Virgencita, que me quede como estoy!Siempre será preferible este bajismo ordenado que disfrutamos en este lado de la Europa periférica que la vorágine de volatilidad que nos amenaza.

El mercado en general sigue siendo correctivo desde comienzos de mayo y las remontadas pueden tener más de efecto trampa que de verdadero síntoma de renacida fortaleza alcista.

Ninguna de las premisas que exponíamos no hace mucho para creer en ese renacer del bando alcista en el corto plazo se han cumplido. Seguimos, por tanto, sin ver motivos para lanzarse a la búsqueda de gangas entre los grandes valores, aunque permaneceremos atentos al desarrollo de los acontecimientos.

Artículo de Antonio Rodríguez. Más análisis en La Bolsa por Antonomasia. Síguelo en Bolsa.com.

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