Visto para sentencia el juicio contra "los Albertos" por la carta falsa de Urbanor

  • Madrid.- La Audiencia Provincial de Madrid declaró hoy visto para sentencia el juicio contra "los Albertos", sus abogados y otros tres acusados por la presunta falsificación de una carta que utilizaron los dos primos para intentar que el Tribunal Supremo revisara su condena en el caso Urbanor.

Los Albertos exigen su absolución por ser víctimas de un intento de estafa
Los Albertos exigen su absolución por ser víctimas de un intento de estafa

Madrid.- La Audiencia Provincial de Madrid declaró hoy visto para sentencia el juicio contra "los Albertos", sus abogados y otros tres acusados por la presunta falsificación de una carta que utilizaron los dos primos para intentar que el Tribunal Supremo revisara su condena en el caso Urbanor.

Los letrados de los empresarios Alberto Cortina y Alberto Alcocer pidieron que sean absueltos porque han sido "objeto de un intento de estafa" por parte de los hermanos Arnaiz y la documentalista Gloria Álvarez si se prueba que la carta es falsa, lo que a su juicio sigue siendo una incógnita.

En esa misiva, fechada en octubre de 2000 (cuando se inició el juicio contra "los Albertos" en el caso Urbanor), el socio minoritario Pedro Sentieri admitía que tanto él como el constructor Julio SanMartín conocían la existencia de dos precios para la compra de terrenos de la sociedad Urbanor, lo contrario de lo que afirmaron ante los tribunales.

"Los Albertos", a los que exculpa el Ministerio Fiscal, están acusados por los socios minoritarios de Urbanor por los delitos de falsificación de documento privado, denuncia falsa e intento de estafa procesal, entre otros, lo que podría conllevar penas que suman entre cuatro años y cuatro meses y ocho años de prisión.

Durante la última sesión del juicio, que se ha extendido durante siete jornadas, los letrados de "los Albertos" Víctor Moreno y Juan Casanueva rechazaron las tesis de que los primos diseñaron una trama al sostener que "en modo alguno han participado en el descubrimiento, elaboración ni presentación a la Fiscalía" de la misiva, "ni han inducido a nadie" a ello.

En su opinión, durante el juicio no se ha aportado "prueba ninguna, ni directa ni indiciaria, de la trama, del concierto, de la confabulación de los acusados", porque "sencillamente nunca existió".

También insistieron en que los dos primos siguieron instrucciones de sus abogados cuando firmaron un contrato con los hermanos Arnaiz para la búsqueda de pruebas exculpatorias, cuando se personaron en el procedimiento abierto a raíz de la aparición de la carta contra los socios minoritarios de Urbanor y cuando promovieron ante el Supremo de un recurso de revisión de la sentencia condenatoria.

Precisamente por seguir instrucciones del letrado Ignacio Peláez, rechazaron que los dos empresarios hubieran cometido estafa procesal en grado de tentativa.

Por su parte, los representantes de los abogados de "los Albertos", acusados únicamente por la representación de Pedro Sentieri, consideraron que deben ser absueltos porque no participaron en ninguna trama para falsificar pruebas y actuaron conforme a las normas de su profesión en la defensa de los intereses de sus clientes.

El letrado de Ramón Hermosilla, Nicolás González-Cuéllar, defendió que su cliente jamás redactó el contenido de la presunta carta falsa y que su actuación fue "absolutamente acorde con las normas deontológicas de la abogacía".

El mismo comportamiento deontológico arguyó el letrado José Antonio Choclán a su defendido, el ex fiscal de la Audiencia Nacional y abogado de "los Albertos" Ignacio Peláez, quien a su juicio no intentó engañar al Supremo en ningún momento.

Al igual que el resto de defensas, sostuvo que a su defendido tampoco se le puede imputar un delito de estafa procesal en grado de tentativa porque se trata de un delito patrimonial y en este caso no hubiera habido desplazamiento patrimonial alguno.

El caso se remonta a marzo de 2003 cuando, después de que el Supremo condenara a los dos primos por el caso Urbanor, firmaron un contrato con los hermanos José María y Javier Arnaiz para la búsqueda de pruebas exculpatorias a cambio de 4,9 millones de euros.

Pocos días después de la firma de ese contrato, el 9 de abril de 2003, Gloria Álvarez, amiga de uno de los Arnaiz, presentó una denuncia ante la Fiscalía con una copia de la carta, que supuestamente había recibido de forma anónima.

Tras las periciales que apuntaban que la firma de la carta era auténtica pero que el texto había sido manipulado, se sobreseyeron las actuaciones contra Sentieri y SanMartín y se incoaron diligencias contra "los Albertos", los Arnaiz y Gloria Álvarez (éstos últimos acusados tanto por el Ministerio Fiscal como por los socios minoritarios de Urbanor).

En su derecho a la última palabra, Javier Arnaiz aseguró hoy que la actuación suya y de su hermano en el proceso sólo ha servido "para llevarnos los golpes".

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