Vítor Bento llega a la presidencia del BES aupado por el Banco de Portugal

  • El portugués Vítor Bento ocupa desde hoy la presidencia del Banco Espírito Santo (BES), un cargo de máxima responsabilidad especialmente en el actual contexto, con la entidad situada en el punto de mira de los mercados por ser parte de un grupo empresarial en serio riesgo de insolvencia.

Óscar Tomasi

Lisboa, 14 jul.- El portugués Vítor Bento ocupa desde hoy la presidencia del Banco Espírito Santo (BES), un cargo de máxima responsabilidad especialmente en el actual contexto, con la entidad situada en el punto de mira de los mercados por ser parte de un grupo empresarial en serio riesgo de insolvencia.

Economista de formación y con 60 años de edad, en su currículum sorprende la presencia de un máster en Filosofía, algo poco habitual entre los máximos responsables de las finanzas pero que refleja un carácter propenso a la reflexión y el análisis.

Sus cinco libros publicados -todos ellos vinculados a la economía- dan fe de ello, pero también lo dejó entrever en las múltiples entrevistas que ha concedido en los últimos años, en las que opinó frecuentemente sobre la crisis, sus causas y sus consecuencias.

Considerado en Portugal como una persona próxima ideológicamente al Partido Social Demócrata (PSD, centro derecha), ejercía como asesor al más alto nivel desde 2009, cuando fue nombrado consejero de Estado por el presidente luso, Aníbal Cavaco Silva, antiguo líder a su vez de esa misma formación política.

También sonó con fuerza su nombre en varias ocasiones como posible ministro de Finanzas, especialmente en 2011, después de que el PSD ganara las elecciones legislativas.

Todos los analistas coinciden en que en su ascenso hasta lo más alto de la cúpula del BES -la mayor entidad financiera a nivel de activos del país- ha jugado un papel esencial el banco central luso, donde fue director del Departamento Internacional a principios de los años 90.

La crisis en el Grupo Espírito Santo, principal accionista del BES, llevó a los responsables del Banco de Portugal a tomar cartas en el asunto separando a la multimillonaria familia de la gestión de la entidad con la intención de proteger el sistema financiero del país.

Uno de sus miembros, Ricardo Salgado, ocupaba el cargo de presidente desde hacía 22 años. Cuando se anunció su salida, el pasado 20 de junio, la familia Espírito Santo -tras una cruenta guerra interna disputada a la vista de todos- apuntó el nombre de Amílcar Morais Pires como sustituto.

"Morais Pires es la mano derecha de Salgado, el arquitecto financiero de los Espírito Santo", explicaron hoy a Efe fuentes del sector bancario portugués, en el que el candidato es conocido desde hace años.

Esta proximidad no cayó bien en el seno del Banco de Portugal, que en un comunicado recordó -a modo de "aviso a navegantes"- que el nuevo presidente tendría que cumplir con todos los requisitos para recibir su visto bueno, condición indispensable para que su nombramiento tenga efecto.

La familia Espírito Santo (que posee el 20,1 % del BES a través de una de sus filiales) rectificó entonces, y junto a otros accionistas mayoritarios como Crédit Agricole resolvió proponer a Vítor Bento.

La fuerte caída bursátil que acumula la entidad en Bolsa, donde ha perdido más de un 60 % de su valor en poco más de un mes, y las dudas sobre cómo afectaría al banco su exposición a otras empresas del Grupo Espírito Santo ha acelerado la sustitución de la directiva liderada por Salgado por el equipo encabezado por Bento, que hoy mismo tomó posesión.

Su nombramiento, no obstante, tiene todavía que ser refrendado en la Asamblea General del próximo 31 de julio.

El economista era hasta ahora el presidente de la empresa SIBS, especializada en pago electrónico y responsable de la mayor parte de los cajeros lusos, cargo que ocupaba desde el año 2000.

Además, ocupó otros puestos de responsabilidad, entre ellos el de responsable del Tesoro portugués (1996-2000), trabajó en la antigua colonia lusa de Macao y también impartió clases en la universidad.

La calma y la paciencia de Vítor Bento -que quienes le conocen destacan como dos de los rasgos más marcados de su personalidad- se verá puesta a prueba ahora como máximo responsable del BES, entidad situada en el epicentro de la crisis de los Espírito Santo, una de las familias más ricas y poderosas de Portugal dueña de un conglomerado empresarial que se tambalea.

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