Incertidumbre económica

El 'ladrillo' se enfría y la inversión será débil hasta el segundo semestre de 2023

Al encarecimiento del crédito bancario por la subida de tipos se suman la pérdida de dinamismo de los visados de obra nueva, el alza de los materiales de construcción y la falta de mano de obra especializada.

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La inversión en construcción será débil hasta el segundo semestre de 2023
Imagen de SatyaPrem en Pixabay

En su último informe trimestral, el Banco de España (BdE) aprecia un debilitamiento de la economía en el tercer trimestre del año debido, entre otros factores, a la pérdida de vigor del consumo privado y a una confianza que se sitúa en el nivel más bajo desde 2013. El consumo no es lo único que se enfría, puesto que la inversión en vivienda también ha perdido dinamismo entre julio y septiembre y tiene por delante un horizonte incierto. La entidad que capitanea Pablo Hernández de Cos advierte de que ese frenazo en la inversión en construcción puede prolongarse lo que resta de 2022 y durante los primeros trimestres del año próximo

El escenario se ha vuelto endiablado para el sector, puesto que al encarecimiento del crédito bancario con la subida de los tipos de interés se suman la pérdida de dinamismo de los visados de obra nueva, el fuerte repunte de los materiales de construcción y la falta de mano de obra especializada. Un buen indicador para tomar la temperatura al 'ladrillo' está en los visados de obra nueva, que alcanzaron las 61.245 unidades entre enero y julio. La cifra apenas supone un aumento del 0,3% en relación al mismo periodo del ejercicio anterior.

Los datos que publica el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, constatan que en el séptimo mes del año se concedieron 8.869 de estos permisos, el nivel más bajo para un julio desde 2017. Esto, sin tener en cuenta los datos de 2020, que se vieron distorsionados por la paralización de la economía con la pandemia de covid. No es de extrañar que el consumo de cemento encadene cuatro meses consecutivos de caídas hasta agosto, cuando se redujo un 5,3%. 

Baja mucho más su consumo que la producción, y eso que esta materia prima empleada en la fabricación de hormigón se ha encarecido de forma notable con el alza de los precios energéticos y las consecuencias de la guerra en Ucrania. Según el Índice de Precios Industriales que elabora el Instituto Nacional de Estadística producir cemento, cal y yeso ha costado un 19,2% más hasta agosto que un año antes; elaborar vidrio un 15,7% más; fabricar materiales cerámicos para la construcción se ha encarecido un 13,1%; el hierro y el acero un 17% y los tubos o tuberías un 13,5%.

Los precios tensionados y las compraventas flaquean

A pesar de que las compraventas de vivienda se mantienen en niveles muy superiores a los registrados antes de la crisis sanitaria, la desaceleración que se ha venido observando en los últimos meses en el indicador de ejecución de obra "apuntaría a una cierta ralentización de la inversión en vivienda en el tercer trimestre", apunta el BdE. Después de veinte meses consecutivos al alza, estas operaciones descendieron por primera vez en julio en términos interanuales (un 2,5%), lo que da buena idea de ese empeoramiento de las perspectivas, puesto que se trata de un tipo de operaciones que suelen ser muy permeables al comportamiento del ciclo económico.

Por lo que respecta a los precios de la vivienda, estos moderaron ligeramente su crecimiento en el segundo trimestre, si bien continuaron mostrando avances interanuales notables —del 8% de media, según el INE— "ante la insuficiencia de la oferta para hacer frente a una demanda relativamente vigorosa", apunta el Banco de España. Los expertos identifican otro problema relacionado con esto último, puesto que los precios de la obra nueva han alcanzado un nivel tal, que cada vez hay menos demanda solvente capaz de asumirlos y el hecho de que también se reduzca el número de promociones que salen adelante puede alimentar más esa subida de costes.

El propio de Cos recordaba recientemente que el crédito a los sectores de construcción e inmobiliario sigue reduciéndose y que el peso del stock de crédito concedido a hogares para adquisición de vivienda sobre el PIB se sitúa en el 39,7%, 21,3 puntos menos que a finales de 2010. Son dos factores que también han servido para compensar en cierta medida la exuberancia que el inmobiliario venía registrando a lo largo de los últimos meses. Ese vigor se debilita y, en opinión del gobernador, la combinación de presiones inflacionarias, endurecimiento de condiciones financieras e incertidumbre cada vez mayor traerá consigo, en el caso de los hogares, "un ajuste a la baja tanto de sus decisiones de consumo como de su inversión en vivienda".

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