Voces de la crisis: MAFO cuelga el teléfono loco de las cajas y los políticos

  • El presidente del Banco de España ha sido uno de los grandes protagonistas de la semana, al advertir que no le temblará el pulso para intervenir, en breve, alguna que otra caja de ahorros si no aceleran los procesos de fusión. La respuesta de los políticos, al otro lado de este teléfono loco, ha sido poner recursos ante el Constitucional contra el fondo de rescate bancario
Ruth Ugalde

Ver para creer. En la misma semana en que se ha sabido que dos cajas de ahorros están en pérdidas -CajaSur y Caja Castilla-La Mancha-; que el presidente del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, ha dado un golpe en la mesa al advertir que no le temblará el pulso para empezar a intervenir entidades; y que se han aprobado las tres primeras fusiones de cajas, con la correspondiente inyección de dinero del FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancari); cuatro Comunidades Autónomas han decidido recurrir ante el Tribunal Constitucional este fondo.

Todo un ejercicio de pataleta en balde, que refleja el teléfono loco con que se comunican los líderes del país a la hora de afrontar la reestructuración del sector financiero, y también, motivo de fondo de que todavía esté en pañales la reestructuración del sector financiero español.

Sobre todo, porque no ha sido una, ni dos, ni tres, sino cuatro las Comunidades Autónomas que esta semana han salido a la palestra para oponerse al FROB. La primera en abrir fuego fue la Xunta gallega y rápidamente salió en su apoyo otro feudo del popular, la Comunidad de Madrid, al adelantar sus intenciones de recurrir algunos puntos del real-decreto por el que se aprobó el fondo, con el objetivo de "mantener la capacidad de decisión ante una fusión de esa naturaleza, en defensa de los intereses de los impositores, los empleados y los intereses generales de la Comunidad de Madrid", según señaló el consejo de Economía, Antono Beteta.

Más directos han sido los gobiernos socialistas de Extremadura y Cataluña, que directamente han presentado el recurso, curiosamente, un día después de que MAFO aprobara los dos grandes matrimonios de cajas catalanas, que recibirán del fondo 1.630 millones de euros.

Quizás consciente de la lluvia de recursos que se le avecinaban -en balde, por otra parte, porque este paso carece de la fuerza necesaria para frenar el proceso actual-, el presidente del Banco de España tomó la delantera el miércoles, cuando hizo"una llamada a la responsabilidad de esas cajas y de las comunidades autónomas que están perjudicando esos procesos para que cambien su actitud inmediatamente, no sólo por el daño que se hacen a sí mismas y a su región, sino por el perjuicio que causan al resto de las instituciones de crédito españolas que sí están haciendo sus deberes".

Suma y sigue, porque lejos de amilanarse ante la lluvia de recursos, MAFO recordó que "el Parlamento ha dotado al Banco de España de suficientes instrumentos para que, más allá de lo que piensen las asambleas de esas cajas y los gobiernos autonómicos, esas entidades sean intervenidas y posteriormente liquidadas o vendidas en la forma que prevé el FROB. Esto significa la apertura de expediente a los consejeros y demás órganos de gobierno de las cajas, y una reducción mucho más traumática del empleo y los servicios financieros en su región que la que se hubiera producido en el caso de haber acometido procesos ordenados de integración". A buen entendedor...

Parece que, esta vez sí, la paciencia del Banco de España ha llegado a su fin y la entidad empezará a intervenir entidades si éstas continúan dando largas al proceso de reestructuración. En el centro de la diana está CajaSur, por las pérdidas de 596 millones que tuvo al cierre de 2009. De hecho, la entidad andaluza es la única caja con números rojos reales, junto a la ya intervenida Caja Castilla-La Mancha, y recibió un ultimatum de MAFO cuando puso en jaque a su fusión con Unicaja.

Tampoco se puede perder de vista a las gallegas, Caixanova y Caixa Galicia, cuyo enquistado proceso de fusión se ha visto agravado con el recurso interpuesto por el Gobierno contra su ley de cajas autonómica -en este caso, con poder para frenar el proceso-. Una situación que encaja al dedo con la dirección hacia la que apuntó MAFO cuando dijo: "hay una minoría de cajas que está retrasando estos procesos, bien por sus propias decisiones, bien por la interferencia de los gobiernos de sus comunidades autónomas". Y ya no está dispuesto a tolerarlo.

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