Vuelve la normalidad, siguen las secuelas en El Prat

  • El Prat de Llobregat (Barcelona).- Si ayer ni anteayer hubieran existido, cualquiera diría que hoy es un domingo más en el aeropuerto del Prat, con colas en los mostradores de facturación, movimiento en la zona de embarque, prisas por no perder el vuelo e ilusión por el inminente inicio de las vacaciones.

El Prat ya ha operado 127 vuelos y registra sólo 24 cancelaciones
El Prat ya ha operado 127 vuelos y registra sólo 24 cancelaciones

El Prat de Llobregat (Barcelona).- Si ayer ni anteayer hubieran existido, cualquiera diría que hoy es un domingo más en el aeropuerto del Prat, con colas en los mostradores de facturación, movimiento en la zona de embarque, prisas por no perder el vuelo e ilusión por el inminente inicio de las vacaciones.

Pero ayer y anteayer sí que existieron, y de qué manera, y hoy toca buscar soluciones a todos los problemas que ocasionó la huelga sorpresa de los controladores aéreos.

Muchos pasajeros afectados hicieron caso de las recomendaciones de Aena y de las compañías aéreas a través de los medios de comunicación y no acudieron al aeropuerto, a sabiendas de que no podrían volar.

Son precisamente ellos quienes han llenado hoy las colas de las oficinas de las aerolíneas buscando alternativas a sus vuelos cancelados, en muchos casos males menores, pues la mayoría pretendía disfrutar de unas vacaciones del puente de la Constitución que se presumía acueducto y que al final se ha quedado reducido a paso a nivel.

Es el caso de Francisco y María José, que tenían que volar ayer a las cuatro dirección a Venecia y que ahora ven como la compañía les ofrece volar este domingo a las ocho. Son 28 horas más tarde, 28 horas de vacaciones que pierden y que, por ello, pedirán una compensación económica.

Peor lo tienen Cristina y Juan Manuel. Tenían que volar ayer a las seis hacia Amsterdam y temen que la aerolínea no los pueda reubicar pronto porque si piden el reembolso de este vuelo perderían el de la vuelta, puesto que lo contrataron con otra compañía.

Todos se quejan que nadie les ha atendido por teléfono ni internet y que han tenido que acudir al aeropuerto, con la correspondiente molestia que supone, aunque otra mujer también se ha quejado de que tenga que pedir el reembolso por Internet, porque no sabe y suerte, dice, de que su hija la pueda ayudar.

Otros, sin embargo, no pudieron marcharse del aeropuerto y han tenido que pasar la noche en la terminal.

Están muy cansados, como es el caso de Natalia, uruguaya, que llegó el viernes a Madrid procedente de Montevideo, pasó la noche en Barajas, vino en autocar hasta Barcelona ayer, durmió en el Prat y ahora espera poder volar esta noche hacia Palma de Mallorca.

Natalia, que se hace llamar Lola, confiesa que no puede más y que llegó a llorar "de impotencia, de incertidumbre y de cansancio".

Las molestias e indignaciones por lo de ayer contrastan con la vuelta a la actividad normal en el aeropuerto, donde salvos pocas excepciones el Prat ha vuelto a asemejarse a un reloj suizo, como suizo fue el primer vuelo ayer tras el paro.

Por su parte, el personal de facturación de una compañía extranjera destaca que desde primera hora de la mañana impera la normalidad, con la actividad habitual de un domingo, siendo el grueso de los pasajeros los programados para hoy y, en menor medida, clientes recolocados de ayer.

Con todo, la T1 de El Prat ya funciona a pleno rendimiento, mientras que las oficinas de las compañías tampoco paran, pero no tanto para despachar billetes como para atender reclamaciones.

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