Wall Street pone fin a la fiesta de las últimas cinco jornadas

  • Todavía con la resaca tras la celebración del Día de la Independencia en EE.UU., que mantuvo los mercados neoyorquinos cerrados el lunes, los inversores pusieron fin hoy a la fiesta vivida en Wall Street en las últimas cinco jornadas, en las que el parqué neoyorquino no conoció los números rojos.

Nueva York, 5 jul.- Todavía con la resaca tras la celebración del Día de la Independencia en EE.UU., que mantuvo los mercados neoyorquinos cerrados el lunes, los inversores pusieron fin hoy a la fiesta vivida en Wall Street en las últimas cinco jornadas, en las que el parqué neoyorquino no conoció los números rojos.

El Dow Jones de Industriales, el índice de referencia de la principal plaza financiera del mundo, se dejó este martes el 0,1 % y cerró en las 12.569,87 unidades, con lo que interrumpió las sólidas subidas de la semana pasada que llevaron a ese indicador a acumular su mayor avance semanal en cerca de un año.

Pero después del largo fin de semana en este país la sesión de este martes estuvo marcada por la falta de rumbo (hacia la media sesión el Dow Jones descendía apenas el 0,03 %) y por la escasez en el volumen de las contrataciones, que se colocó por debajo de los 3.500 millones de acciones, comparado con los 4.500 millones de media diaria de 2010.

La pasividad reinante en el parqué neoyorquino apenas cambió después de que el Departamento de Comercio de EE.UU. informase media hora después del inicio de las contrataciones que los pedidos de bienes duraderos a las fábricas de este país aumentaron en mayo un 0,8 %, tras la caída del 0,9 % de abril, aunque ese número quedó por debajo del avance del 1 % pronosticado por los analistas.

Los inversores están mucho más pendientes de otras importantes noticias macroeconómicas que se difundirán esta semana en EE.UU., entre ellas los datos sobre creación de empleo en el sector privado que elabora la empresa de análisis Automatic Data Processing (ADP) y los relativos a la evolución del sector servicios que elabora el Instituto de Gestión de Suministros que se conocerán mañana.

De cualquier forma, esos datos serán un preámbulo de lo que ocurrirá el viernes, cuando el Departamento de Trabajo informará sobre el índice de desempleo en junio, un dato con el que los inversores tomarán el pulso a la evolución de la recuperación económica estadounidense, que en los últimos meses parece haber dado señales de ralentización.

Uno de los pocos movimientos del día se produjo unas dos horas antes del cierre, cuando los tres principales índices de Wall Street dejaron los moderados avances que registraban para colocarse en terreno negativo después de que la agencia de calificación Moody's rebajase cuatro escalones la nota de Portugal hasta Ba2, un nivel de bono basura, ante el "creciente riesgo" de que el país incumpla su reducción del déficit y tenga que pedir más ayuda.

Sin embargo, a medida que se fue acercando el cierre de la sesión el parqué neoyorquino moderó esos descensos y en el caso del índice compuesto del mercado Nasdaq regresó a los avances gracias a sólidos avances como el del videoclub "en casa" Netflix, que se disparó el 8,07 % tras anunciar que expandirá su servicio de películas y series en streaming a 43 países de América Latina y el Caribe.

Mucho menor fue el avance de la tecnológica Microsoft (0,04 %) tras anunciar que alcanzó un acuerdo con el buscador chino Baidu (1,76 %), líder en el mercado del país asiático, para ofrecer a los internautas de China un servicio de búsqueda en inglés.

Fuera de las tecnológicas la protagonista de la jornada fue la empresa gasística Southern Union, que ganó el 4,21 % un día en el que Energy Transfer Equity (0,69 %) anunció que acordó adquirirla por 5.100 millones de dólares, por encima de los 4.200 millones ofrecidos inicialmente, después de que su competidora Williams Companies (-0,23 %) presentara una contraoferta de 4.900 millones hace tres semanas.

En otros mercados, el petróleo subió el 2,05 % hasta 96,89 dólares por barril, el oro subió hasta 1.512,7 dólares la onza, el dólar ganaba terreno frente al euro (que se cambiaba por 1,4416 dólares) y la rentabilidad de la deuda pública estadounidense a 10 años retrocedía al 3,13 %.

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