Wall Street solo tiene ojos para el "precipicio fiscal"

  • Wall Street apenas prestó atención hoy a los positivos datos sobre el crecimiento de la economía estadounidense, concentrado casi únicamente en el "precipicio fiscal", aunque la compra de la operadora de la bolsa de Nueva York por 8.200 millones de dólares consiguió robar algunas miradas.

Teresa de Miguel

Nueva York, 20 dic.- Wall Street apenas prestó atención hoy a los positivos datos sobre el crecimiento de la economía estadounidense, concentrado casi únicamente en el "precipicio fiscal", aunque la compra de la operadora de la bolsa de Nueva York por 8.200 millones de dólares consiguió robar algunas miradas.

El parqué neoyorquino había comenzado la jornada con una moderada tendencia bajista, retomando las pérdidas de la víspera y a la espera de que los líderes republicanos y demócratas volvieran a dar señales sobre la evolución de las negociaciones para evitar la crisis fiscal.

Pasaba por alto así que el Departamento de Comercio hubiera anunciado antes de la apertura que la economía de Estados Unidos creció en el tercer trimestre el 3,1 %, cuatro décimas por encima del cálculo preliminar y el porcentaje más elevado desde finales de 2011.

El dato superó además los pronósticos de los analistas, que habían previsto un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del 2,9 %, pero no pareció ser suficiente para que los inversores neoyorquinos se decantasen por las compras.

Tampoco lo fueron la recuperación de la actividad manufacturera en la región de Filadelfia durante este mes anunciada por la Reserva Federal o el sólido avance del 5,9 % que registraron el mes pasado las ventas de casas usadas, que se situaron a su nivel más alto desde noviembre de 2009.

Cierto es que también se divulgaron este jueves otros datos macroeconómicos menos positivos, como el descenso del índice de tendencia futura de la economía estadounidense o el primer aumento de las solicitudes de subsidio por desempleo por primera vez en cinco semanas.

Y es que, desde las elecciones del 6 de noviembre, Wall Street solamente parece tener ojos para el "abismo fiscal", las subidas de impuestos para todos los estadounidenses y los masivos recortes del gasto público que entrarán en vigor en enero si republicanos y demócratas no acuerdan reducir el déficit a largo plazo.

En el inicio de esta semana el pacto había parecido más cercano, pero esos aparentes progresos se desvanecieron el miércoles con las combativas palabras del presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, y del presidente estadounidense, Barack Obama.

Boehner anunció entonces que hoy la Cámara Baja sometería a votación el "plan B" republicano, que sólo contempla subidas de impuestos para quienes ingresen más de un millón de dólares al año, un proyecto que Obama tildó de un "desafío a la lógica" y dijo que vetaría.

Las palabras siguieron resonando en la mente de los inversores durante buena parte de esta sesión, y no quedaron relegadas a un segundo plano hasta que Boehner no salió a calmar un poco los ánimos, diciendo que seguirá trabajando para intentar alcanzar un acuerdo que impida la crisis fiscal.

Gracias a ello y al empujón final del sector financiero, el Dow Jones logró cerrar la sesión con una subida del 0,45 % ó 59,75 puntos para quedar en las 13.311,72 unidades, en tanto que el selectivo S&P 500 subió el 0,55 % y el índice compuesto del mercado Nasdaq el 0,2 %.

Si bien la atención de Wall Street está concentrada en Washington, un importante acuerdo empresarial robó hoy algunas miradas: la operadora de la bolsa de Nueva York (NYSE Euronext) acordó su venta por 8.200 millones de dólares a su pequeña rival Intercontinental Exchange (ICE) tras más de dos siglos como uno de los principales iconos del capitalismo mundial.

ICE, nacida hace algo más de una década y centrada en el negocio de futuros de materias primas, pagará 33,12 dólares por cada acción de NYSE, que se ha visto afectado en los últimos tiempos por la competencia de mercados electrónicos como el Nasdaq o el aumento de la negociación de derivados y futuros en detrimento de las acciones.

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